/ sábado 29 de septiembre de 2018

Si no se renueva el PRI Morirá

El PRI debe extinguir totalmente el viejo molde para que pueda renacer y, sólo de esa manera, garantizar su permanencia en el universo político, a fin de trabajar en la recuperación de espacios perdidos en los últimos años; sin embargo, existen cúpulas que se resisten a desprenderse del viejo esqueleto de huesos secos, frenan la gestación de una nueva organización y obstaculizan su renacimiento.

Ese partido que gobernó por muchos años el país, llamado la “dictadura perfecta”, se encuentra ahora en la mayor encrucijada de toda su historia pues nació desde el poder, y las reformas que experimentó también las vivió desde el poder, razón por la cual al ser despojado de su imperio se encuentra en un estado depresivo y al borde la esquizofrenia que no le permite reorganizarse. En este momento, además, no sabe si es de izquierda, de centro o derecha. Actualmente patalea y hace berrinches como lactante oposición, pero no tiene cabeza ni dirección; pareciera que el último golpe que recibió con la derrota del 1 de julio lo mantiene aturdido todavía y por eso sus dirigentes articulan incoherencias, como es el caso de Pedro Gutiérrez Gutiérrez en Tabasco. La derrota del 1 de julio de 2018 es totalmente distinta a las de 2000 y 2006; nada tiene que ver una con las otras porque en aquella ocasión el poder del presidente se “transfirió” automáticamente a los gobernadores, al Senado de la República, a la Cámara de Diputados, a los ayuntamientos y a los congresos locales. Ahora no quedó ni “shish” de eso, pues el tsunami llamado Morena arrasó con todo. Si este partido no se renueva seguirá en la mediocridad (medio vivo o medio muerto), y nunca volverá a ser el instituto político poderoso que fue durante ocho o nueve décadas ¿Por qué? Por una simple y sencilla razón: el PRI no tiene experiencia para sobrevivir fuera del poder. Es como si usted sacará a un pez del agua. Antes de buscar un nuevo dirigente el tricolor necesita, por lo menos en Tabasco, una reforma de fondo que ubique a cada uno en el lugar que le corresponde; requiere la conservación de su fuerza social a través de liderazgos regionales y evitar que la cúpula permanezca como la figura protagónica que hasta ahora ha sido. Es increíble que apenas acaban de perder la gubernatura del estado, los 17 municipios y las 21 diputaciones locales, y los grupos de poder ya están en la batalla por colocar a sus mejores cartas en la dirigencia estatal, con el propósito de conservar sus cotos de poder a través de las diputaciones plurinominales que el sistema pudiera obsequiarles en 2021. No, señores priistas, ustedes necesitan democratizar sus formas y procedimientos para elegir dirigentes y candidatos, además de redefinirse ideológicamente, para que entonces, al haber determinado cuál es su doctrina, puedan buscar a una persona con el perfil idóneo que les permita abanderar causas específicas y, con un cimiento fuerte y preciso, empiecen a construir ese nuevo instituto político que tanto anhelan. Sassón No quiero pensar mal, pero eso de que el Congreso del Estado de Tabasco reforme la ley para asignar obras de manera directa, me suena como a legalizar la corrupción y el tráfico de influencias…Tengo también el presentimiento de que es más rentable un cargo en el Poder Ejecutivo, aún en tiempos de “austeridad republicana”, que uno de representación popular (diputación), ¿verdad Ariel Cetina?

El PRI debe extinguir totalmente el viejo molde para que pueda renacer y, sólo de esa manera, garantizar su permanencia en el universo político, a fin de trabajar en la recuperación de espacios perdidos en los últimos años; sin embargo, existen cúpulas que se resisten a desprenderse del viejo esqueleto de huesos secos, frenan la gestación de una nueva organización y obstaculizan su renacimiento.

Ese partido que gobernó por muchos años el país, llamado la “dictadura perfecta”, se encuentra ahora en la mayor encrucijada de toda su historia pues nació desde el poder, y las reformas que experimentó también las vivió desde el poder, razón por la cual al ser despojado de su imperio se encuentra en un estado depresivo y al borde la esquizofrenia que no le permite reorganizarse. En este momento, además, no sabe si es de izquierda, de centro o derecha. Actualmente patalea y hace berrinches como lactante oposición, pero no tiene cabeza ni dirección; pareciera que el último golpe que recibió con la derrota del 1 de julio lo mantiene aturdido todavía y por eso sus dirigentes articulan incoherencias, como es el caso de Pedro Gutiérrez Gutiérrez en Tabasco. La derrota del 1 de julio de 2018 es totalmente distinta a las de 2000 y 2006; nada tiene que ver una con las otras porque en aquella ocasión el poder del presidente se “transfirió” automáticamente a los gobernadores, al Senado de la República, a la Cámara de Diputados, a los ayuntamientos y a los congresos locales. Ahora no quedó ni “shish” de eso, pues el tsunami llamado Morena arrasó con todo. Si este partido no se renueva seguirá en la mediocridad (medio vivo o medio muerto), y nunca volverá a ser el instituto político poderoso que fue durante ocho o nueve décadas ¿Por qué? Por una simple y sencilla razón: el PRI no tiene experiencia para sobrevivir fuera del poder. Es como si usted sacará a un pez del agua. Antes de buscar un nuevo dirigente el tricolor necesita, por lo menos en Tabasco, una reforma de fondo que ubique a cada uno en el lugar que le corresponde; requiere la conservación de su fuerza social a través de liderazgos regionales y evitar que la cúpula permanezca como la figura protagónica que hasta ahora ha sido. Es increíble que apenas acaban de perder la gubernatura del estado, los 17 municipios y las 21 diputaciones locales, y los grupos de poder ya están en la batalla por colocar a sus mejores cartas en la dirigencia estatal, con el propósito de conservar sus cotos de poder a través de las diputaciones plurinominales que el sistema pudiera obsequiarles en 2021. No, señores priistas, ustedes necesitan democratizar sus formas y procedimientos para elegir dirigentes y candidatos, además de redefinirse ideológicamente, para que entonces, al haber determinado cuál es su doctrina, puedan buscar a una persona con el perfil idóneo que les permita abanderar causas específicas y, con un cimiento fuerte y preciso, empiecen a construir ese nuevo instituto político que tanto anhelan. Sassón No quiero pensar mal, pero eso de que el Congreso del Estado de Tabasco reforme la ley para asignar obras de manera directa, me suena como a legalizar la corrupción y el tráfico de influencias…Tengo también el presentimiento de que es más rentable un cargo en el Poder Ejecutivo, aún en tiempos de “austeridad republicana”, que uno de representación popular (diputación), ¿verdad Ariel Cetina?