/ lunes 29 de abril de 2019

Seguridad y moches

La seguridad, tanto en la integridad física de los ciudadanos como en su patrimonio, así como en el aspecto jurídico de certidumbre a las inversiones, crea las condiciones para un crecimiento económico que conlleva la generación de empleos, algo que hoy ocurre de forma marginal en Tabasco.

La caída en las actividades económicas y la ineficacia en materia de seguridad que prevaleció en el sexenio pasado son tan profundas que cualquier asomo de avance en el naciente gobierno se antoja nimio.

Por lo pronto desde Pemex, su director Octavio Romero abona en ese sentido al destinarse 414 millones de pesos en implementos para la seguridad y más adelante se impulsarán proyectos sociales por 283 millones de pesos más.

Veremos qué tanto impacto tendrá eso en reducir la inseguridad al igual que la policía especial para Centro que anunció el gobernador, Adán Augusto López Hernández, sumado a la operatividad de la Guardia Nacional más adelante y así alentar la llegada de más inversiones, no solo en lo relacionado con el sector energético, pues se requiere la diversificación.

Porque en el terreno del impulso económico desde la obra pública han comenzado a surgir reclamos de un sector que en plena actividad genera derrama económica hacia decenas de segmentos productivos, como lo es el constructor.

Desde la CMIC, su presidente, Sergio Coll Motalvo, puso en tela de duda aquello que los nuevos gobernantes en campaña juraron no harían: el nacimiento de compadrazgos, amiguismo o parentela que son beneficiados en algunos ayuntamientos y el cobro de diezmos o ‘quincidiezmos’ en detrimento de los empresarios constructores.

“Se supone que estamos en la Cuarta Transformación; el gobernador lo ha dicho: no moches, no diezmo ni nada, y tenemos que alzar la voz”, fue lo expresado por el dirigente constructor, a quien le prometieron junto a sus agremiados que esas malas prácticas por las cuales se echó del poder a otros políticos, no se cometerían de nuevo.

Si bien el gobernador debe responder por su administración que es el ámbito de su competencia, desde los ayuntamientos es donde podría hacer agua la cruzada anticorrupción enarbolada en las campañas. El de la CMIC es como un grito a tiempo.

HOJA DE APUNTES…

Gastar 10 millones de pesos en balnearios temporales en el municipio de Centro, detonó la molestia en amplios sectores mal aceptada por el alcalde, Evaristo Hernández Cruz. Desafiante, se escudó en ‘sus’ 240 mil votos, sin dar mérito al arrastre y efecto en las urnas del paisano Andrés Manuel López Obrador, así como dar a entender que el presupuesto es de su propiedad, expresiones que no cayeron bien entre la gente. La andanada de interpelaciones que recibió por parte de algunos ciudadanos, hizo explosión en su ánimo por la forma en que trató a un quejoso sobre un problema particular, a quien nunca se le escuchó siquiera que alzara el tono de voz contra el alcalde. Hay, desde luego, rezagos fuertes que se encontraron, pero transcurrieron ya siete meses de estar al frente del municipio y parece que las cosas no han salido como esperaba, mientras la paciencia ciudadana da muestras de estarse agotando. Obras son amores y le urge a Evaristo –y a todos- que lleguen pronto.


La seguridad, tanto en la integridad física de los ciudadanos como en su patrimonio, así como en el aspecto jurídico de certidumbre a las inversiones, crea las condiciones para un crecimiento económico que conlleva la generación de empleos, algo que hoy ocurre de forma marginal en Tabasco.

La caída en las actividades económicas y la ineficacia en materia de seguridad que prevaleció en el sexenio pasado son tan profundas que cualquier asomo de avance en el naciente gobierno se antoja nimio.

Por lo pronto desde Pemex, su director Octavio Romero abona en ese sentido al destinarse 414 millones de pesos en implementos para la seguridad y más adelante se impulsarán proyectos sociales por 283 millones de pesos más.

Veremos qué tanto impacto tendrá eso en reducir la inseguridad al igual que la policía especial para Centro que anunció el gobernador, Adán Augusto López Hernández, sumado a la operatividad de la Guardia Nacional más adelante y así alentar la llegada de más inversiones, no solo en lo relacionado con el sector energético, pues se requiere la diversificación.

Porque en el terreno del impulso económico desde la obra pública han comenzado a surgir reclamos de un sector que en plena actividad genera derrama económica hacia decenas de segmentos productivos, como lo es el constructor.

Desde la CMIC, su presidente, Sergio Coll Motalvo, puso en tela de duda aquello que los nuevos gobernantes en campaña juraron no harían: el nacimiento de compadrazgos, amiguismo o parentela que son beneficiados en algunos ayuntamientos y el cobro de diezmos o ‘quincidiezmos’ en detrimento de los empresarios constructores.

“Se supone que estamos en la Cuarta Transformación; el gobernador lo ha dicho: no moches, no diezmo ni nada, y tenemos que alzar la voz”, fue lo expresado por el dirigente constructor, a quien le prometieron junto a sus agremiados que esas malas prácticas por las cuales se echó del poder a otros políticos, no se cometerían de nuevo.

Si bien el gobernador debe responder por su administración que es el ámbito de su competencia, desde los ayuntamientos es donde podría hacer agua la cruzada anticorrupción enarbolada en las campañas. El de la CMIC es como un grito a tiempo.

HOJA DE APUNTES…

Gastar 10 millones de pesos en balnearios temporales en el municipio de Centro, detonó la molestia en amplios sectores mal aceptada por el alcalde, Evaristo Hernández Cruz. Desafiante, se escudó en ‘sus’ 240 mil votos, sin dar mérito al arrastre y efecto en las urnas del paisano Andrés Manuel López Obrador, así como dar a entender que el presupuesto es de su propiedad, expresiones que no cayeron bien entre la gente. La andanada de interpelaciones que recibió por parte de algunos ciudadanos, hizo explosión en su ánimo por la forma en que trató a un quejoso sobre un problema particular, a quien nunca se le escuchó siquiera que alzara el tono de voz contra el alcalde. Hay, desde luego, rezagos fuertes que se encontraron, pero transcurrieron ya siete meses de estar al frente del municipio y parece que las cosas no han salido como esperaba, mientras la paciencia ciudadana da muestras de estarse agotando. Obras son amores y le urge a Evaristo –y a todos- que lleguen pronto.