/ jueves 2 de junio de 2022

Rincón de Luz | ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS FÍSICOS DEL DUELO?

“Hace 4 años que perdí a mi madre”, me dijo Ruth. Tenían una relación muy estrecha, solían compartir vacaciones juntas, las dos eran unas consumadas deportistas, disfrutaban de cuidarse no solo el alma sino también el cuerpo, ambas compartían la pasión por la vida saludable, la cocina sana y dos veces por semana asistían a clases de natación. Ruth, puntualmente cada martes y jueves, pasaba por Ana, su madre.

Ana sufrió un accidente cuando se dirigía con su esposo a la playa durante unas vacaciones soñadas por toda la familia. Ruth se uniría al plan 3 días después cosa que fue imposible porque Ana perdió la vida aquella triste mañana de abril.

Cuando Ruth, mi usuaria me contactó había subido 9 kilos de peso en menos de 4 meses. Esa era sólo una de las manifestaciones físicas con las que Ruth se había enfrentado a la pérdida de su madre. Además de los síntomas como mucho llanto, actividad en exceso, irritabilidad, pérdida de energía, pérdida de interés en actividades agradables, inquietud o problemas para dormir… “¿Por qué me está pasando esto a mi?”, me preguntó Ruth.

Todas estas reacciones a la pérdida son normales. Sin embargo, no todos los que atraviesan un proceso de duelo experimentan las reacciones antes citadas, y no todos las experimentan en el mismo orden. Es común retroceder a través de algunas de estas reacciones, etapas y síntomas más de una vez.

Es mucho más común de lo que creemos conectar con la emoción mas primaria, aquella que conocemos de toda la vida, que no es cara y que no nos cuesta nada conseguir: comer. Pero ¿comemos por tristeza?

“EL CORTISOL DURANTE EL PROCESO DE DUELO”

No, no es un cuento chino, ni una 'movida' esotérica neohippie. Somatizar no es sentir un malestar que sólo existe en la mente, como si de una ilusión se tratara. Nuestro cuerpo y nuestras emociones están mucho más conectadas de lo que creemos. El cortisol es una hormona que se libera como un mecanismo de defensa del cuerpo ante el miedo o el estrés producido por una situación de tensión.

Comer en exceso muchas veces es utilizado por el doliente como una especie de anestesia emocional. Podemos mezclar todo tipo de alimentos dulces y salados en tan sólo unas horas y cuando ya estamos satisfechos decimos ¡Cómo pude comer todo esto!… El proceso de duelo es un evento profundamente estresante por lo que podría incrementar los niveles de cortisol, responsables de provocar los “antojos” de alimentos que nos llevan a comer en exceso. Por todo ello, es importante comprender que la mente es cuerpo: mente y cuerpo forman parte del mismo todo, no son dos realidades independientes o separadas.

Llorar es un mecanismo que alivia la tensión interna, muy útil como forma puntual de desahogo, pero es importante no quedar anclado en el llanto y el lamento porque esclaviza y victimiza a la persona. Es importante no reprimir la tristeza, hay que vivir su experiencia y trascenderla. La falta de apetito así como el exceso de comida no son sino dos formas de canalizar el profundo proceso emocional que estamos atravesando.

Aquí te dejo unos consejos para sobrellevar la perdida:

1.\u0009Permítase experimentar el dolor de la pérdida. Aunque sea muy doloroso, el duelo es natural y saludable.

2.\u0009Sea paciente.

3.\u0009Hable con otros.

4.\u0009Encuentre salidas creativas.

5.\u0009Involúcrese en actividades físicas.

6.\u0009Aliméntese equilibradamente.

7.\u0009Siga una rutina.

8.\u0009Perdónese.

9.\u0009Cuídese.

10.\u0009Únase a un grupo de ayuda.

¿Cómo te has alimentado en el proceso de duelo? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!

Ileana Bolio es tanatóloga y terapeuta Gestalt.

Citas por whatsapp (+52) 9933117879

“Hace 4 años que perdí a mi madre”, me dijo Ruth. Tenían una relación muy estrecha, solían compartir vacaciones juntas, las dos eran unas consumadas deportistas, disfrutaban de cuidarse no solo el alma sino también el cuerpo, ambas compartían la pasión por la vida saludable, la cocina sana y dos veces por semana asistían a clases de natación. Ruth, puntualmente cada martes y jueves, pasaba por Ana, su madre.

Ana sufrió un accidente cuando se dirigía con su esposo a la playa durante unas vacaciones soñadas por toda la familia. Ruth se uniría al plan 3 días después cosa que fue imposible porque Ana perdió la vida aquella triste mañana de abril.

Cuando Ruth, mi usuaria me contactó había subido 9 kilos de peso en menos de 4 meses. Esa era sólo una de las manifestaciones físicas con las que Ruth se había enfrentado a la pérdida de su madre. Además de los síntomas como mucho llanto, actividad en exceso, irritabilidad, pérdida de energía, pérdida de interés en actividades agradables, inquietud o problemas para dormir… “¿Por qué me está pasando esto a mi?”, me preguntó Ruth.

Todas estas reacciones a la pérdida son normales. Sin embargo, no todos los que atraviesan un proceso de duelo experimentan las reacciones antes citadas, y no todos las experimentan en el mismo orden. Es común retroceder a través de algunas de estas reacciones, etapas y síntomas más de una vez.

Es mucho más común de lo que creemos conectar con la emoción mas primaria, aquella que conocemos de toda la vida, que no es cara y que no nos cuesta nada conseguir: comer. Pero ¿comemos por tristeza?

“EL CORTISOL DURANTE EL PROCESO DE DUELO”

No, no es un cuento chino, ni una 'movida' esotérica neohippie. Somatizar no es sentir un malestar que sólo existe en la mente, como si de una ilusión se tratara. Nuestro cuerpo y nuestras emociones están mucho más conectadas de lo que creemos. El cortisol es una hormona que se libera como un mecanismo de defensa del cuerpo ante el miedo o el estrés producido por una situación de tensión.

Comer en exceso muchas veces es utilizado por el doliente como una especie de anestesia emocional. Podemos mezclar todo tipo de alimentos dulces y salados en tan sólo unas horas y cuando ya estamos satisfechos decimos ¡Cómo pude comer todo esto!… El proceso de duelo es un evento profundamente estresante por lo que podría incrementar los niveles de cortisol, responsables de provocar los “antojos” de alimentos que nos llevan a comer en exceso. Por todo ello, es importante comprender que la mente es cuerpo: mente y cuerpo forman parte del mismo todo, no son dos realidades independientes o separadas.

Llorar es un mecanismo que alivia la tensión interna, muy útil como forma puntual de desahogo, pero es importante no quedar anclado en el llanto y el lamento porque esclaviza y victimiza a la persona. Es importante no reprimir la tristeza, hay que vivir su experiencia y trascenderla. La falta de apetito así como el exceso de comida no son sino dos formas de canalizar el profundo proceso emocional que estamos atravesando.

Aquí te dejo unos consejos para sobrellevar la perdida:

1.\u0009Permítase experimentar el dolor de la pérdida. Aunque sea muy doloroso, el duelo es natural y saludable.

2.\u0009Sea paciente.

3.\u0009Hable con otros.

4.\u0009Encuentre salidas creativas.

5.\u0009Involúcrese en actividades físicas.

6.\u0009Aliméntese equilibradamente.

7.\u0009Siga una rutina.

8.\u0009Perdónese.

9.\u0009Cuídese.

10.\u0009Únase a un grupo de ayuda.

¿Cómo te has alimentado en el proceso de duelo? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!

Ileana Bolio es tanatóloga y terapeuta Gestalt.

Citas por whatsapp (+52) 9933117879