/ sábado 2 de febrero de 2019

Rectores estafadores

Resulta que ex gobernadores y ex alcaldes ladrones son niños de pecho comparados con funcionarios de la administración federal y ocho universidades involucradas, que se apropiaron de miles de millones de pesos, a través de lo que Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) bautizaron con el nombre de “La Estafa Maestra”.

Como usted ya sabe, amable y fiel lector, La Estafa Maestra se llevó a cabo mediante la entrega de 7 mil 670 millones de pesos en contratos ilegales a 186 empresas (de las cuales 128 no tenían facultad para recibir recursos públicos), con la participación de 11 dependencias federales, ocho universidades y más de 50 funcionarios.

Se discute el tema desde años atrás, pero cobra relevancia porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo sacó a la luz en su conferencia mañanera del jueves.

El jefe del Ejecutivo federal señaló: “hay tres funcionarios (de Pemex) que, sin declararlos culpables, estuvieron involucrados de una u otra manera en este proceso, la llamada Estafa Maestra, por lo mismo se les pidió información, entregaron notas informativas, argumentando que no tenían responsabilidad”.

El tema es muy interesante para Tabasco, porque de las ocho instituciones de educación superior involucradas en ese mega fraude, cinco son de la entidad.

Sí, leyó usted bien, ahí figuran la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y su rector José Manuel Piña Gutiérrez, la Universidad Politécnica del Golfo (UPG) en el tiempo de Luis Andrés Domínguez, La Universidad Popular de la Chontalpa (UPCh) que involucra a tres ex rectores: José Víctor Zárate Aguilera, José Luis Hernández Lazo y Pedro Javier Muñoz Vergara; la Universidad Tecnológica de Tabasco (UTT) que envuelve a Fernando Calzada Falcón, y el Instituto Superior de Comalcalco que implica a Carlos Mario Olán López, no a Juan José Martínez, ese no tiene nada qué ver en el asunto.

En la conferencia de prensa matutina del jueves, la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval, reveló que tanto la UPCH como el Tecnológico de Comalcalco violaron un contrato firmado con Pemex al subcontratar a otras empresas para brindarle servicios, pero quien cobraba los cheques era una sola persona.

La UPCH fue beneficiada con 125 millones de pesos y el Tecnológico de Comalcalco con 99. En esas operaciones están involucrados los tres funcionarios a los que hace referencia López Obrador.

El punto aquí es que no debe prevalecer la impunidad. De por sí Tabasco está en boca de todo el mundo por los delitos de corrupción que se le imputaron al ex gobernador Andrés Granier (que al final de cuentas resultaron falsas acusaciones); el saqueo que se le atribuye a Arturo Núñez (que al parecer se documenta eficientemente en las instancias legales respectivas), y ahora cinco universidades involucradas en un gran desfalco al presupuesto público ¿A dónde va a parar ese maravilloso estado con esa famita?

Todos los rectores deben ser investigados a fondo y hacerles pagar si son culpables, empezar principalmente por José Antonio Piña Gutiérrez, quien ha sido rector desde hace siete años del Alma Mater de Tabasco. Hay que indagar el origen de su riqueza. Imagínese usted qué tipo de profesionales se forman en esa institución con ese tipo de rectores.

Nunca, como ahora, Tabasco tiene la oportunidad de lavar esa mala imagen de corrupción e impunidad, porque nunca, como ahora, México volverá a tener un presidente de la república tabasqueño, honesto y honrado.

Hay que empezar por lavar la suciedad de su casa, Señor Presidente, con el propósito de que en el futuro las cosas se hagan bien, con decencia, y no se contamine a las nuevas generaciones que llegan ilusionadas a las universidades a formarse para aportar al desarrollo del estado y el país y no para aprender malas mañas.

Resulta que ex gobernadores y ex alcaldes ladrones son niños de pecho comparados con funcionarios de la administración federal y ocho universidades involucradas, que se apropiaron de miles de millones de pesos, a través de lo que Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) bautizaron con el nombre de “La Estafa Maestra”.

Como usted ya sabe, amable y fiel lector, La Estafa Maestra se llevó a cabo mediante la entrega de 7 mil 670 millones de pesos en contratos ilegales a 186 empresas (de las cuales 128 no tenían facultad para recibir recursos públicos), con la participación de 11 dependencias federales, ocho universidades y más de 50 funcionarios.

Se discute el tema desde años atrás, pero cobra relevancia porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo sacó a la luz en su conferencia mañanera del jueves.

El jefe del Ejecutivo federal señaló: “hay tres funcionarios (de Pemex) que, sin declararlos culpables, estuvieron involucrados de una u otra manera en este proceso, la llamada Estafa Maestra, por lo mismo se les pidió información, entregaron notas informativas, argumentando que no tenían responsabilidad”.

El tema es muy interesante para Tabasco, porque de las ocho instituciones de educación superior involucradas en ese mega fraude, cinco son de la entidad.

Sí, leyó usted bien, ahí figuran la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) y su rector José Manuel Piña Gutiérrez, la Universidad Politécnica del Golfo (UPG) en el tiempo de Luis Andrés Domínguez, La Universidad Popular de la Chontalpa (UPCh) que involucra a tres ex rectores: José Víctor Zárate Aguilera, José Luis Hernández Lazo y Pedro Javier Muñoz Vergara; la Universidad Tecnológica de Tabasco (UTT) que envuelve a Fernando Calzada Falcón, y el Instituto Superior de Comalcalco que implica a Carlos Mario Olán López, no a Juan José Martínez, ese no tiene nada qué ver en el asunto.

En la conferencia de prensa matutina del jueves, la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval, reveló que tanto la UPCH como el Tecnológico de Comalcalco violaron un contrato firmado con Pemex al subcontratar a otras empresas para brindarle servicios, pero quien cobraba los cheques era una sola persona.

La UPCH fue beneficiada con 125 millones de pesos y el Tecnológico de Comalcalco con 99. En esas operaciones están involucrados los tres funcionarios a los que hace referencia López Obrador.

El punto aquí es que no debe prevalecer la impunidad. De por sí Tabasco está en boca de todo el mundo por los delitos de corrupción que se le imputaron al ex gobernador Andrés Granier (que al final de cuentas resultaron falsas acusaciones); el saqueo que se le atribuye a Arturo Núñez (que al parecer se documenta eficientemente en las instancias legales respectivas), y ahora cinco universidades involucradas en un gran desfalco al presupuesto público ¿A dónde va a parar ese maravilloso estado con esa famita?

Todos los rectores deben ser investigados a fondo y hacerles pagar si son culpables, empezar principalmente por José Antonio Piña Gutiérrez, quien ha sido rector desde hace siete años del Alma Mater de Tabasco. Hay que indagar el origen de su riqueza. Imagínese usted qué tipo de profesionales se forman en esa institución con ese tipo de rectores.

Nunca, como ahora, Tabasco tiene la oportunidad de lavar esa mala imagen de corrupción e impunidad, porque nunca, como ahora, México volverá a tener un presidente de la república tabasqueño, honesto y honrado.

Hay que empezar por lavar la suciedad de su casa, Señor Presidente, con el propósito de que en el futuro las cosas se hagan bien, con decencia, y no se contamine a las nuevas generaciones que llegan ilusionadas a las universidades a formarse para aportar al desarrollo del estado y el país y no para aprender malas mañas.