/ sábado 3 de abril de 2021

Punto y aparte | Wong, una visión distinta de Centro

Ante la ausencia de buenos perfiles para sus aspirantes a cargos públicos, los diversos institutos políticos se han visto obligados a recurrir a personajes afamados de la sociedad civil.

Así el llamado Partido Verde (PVEM), le apuesta a la buena fama pública del conocido oftalmólogo Feliciano Wong Ortiz para conquistar el municipio de Centro.

Wong, nació el 24 de enero de 1955, en Coatzacoalcos, pero el orgullo maternal lo asentaría en Oluta, Veracruz. Empero, tiene 36 años radicado en Tabasco, aunque él suponía que sólo estaría un año.

Sus padres fueron el comerciante Miguel Wong Valdez y la señora Tomasa Ortiz Valdez. Casado actualmente con la señora Concepción Torres Calderón.

Sus hijos son: Tomás, Felicia, Leonardo, y José Feliciano Wong Otra. Además del pequeño Albert Alfonso Wong Torres.

Cursó la educación primaria en la escuela “Instituto Pedro Castillo” de Minatitlán. Ahí sus maestros también le enseñaron a jugar futbol, trompo y balero.

Cursó el primer año en la “Secundaria Federal Número Uno” de Minatitlán, y a mediados del segundo grado, la familia se mudó a Guadalajara, Jalisco, donde continuó con sus estudios, mientras desbordaba su pasión por el futbol.

Pronto, la familia se mudó a la Ciudad de México. Posteriormente, ante la desaparición física de la figura paterna, se produjo el regreso obligado de la familia a Minatitlán.

El joven Feliciano se quedó en la Perla Tapatía estudiando el bachillerato, aunque debido al trabajo y al sacrificio materno, tuvo que centrarse en el estudio; dejando trunco el anhelo de seguir jugando al balompié.

En 1974, ingresó a la Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Al egresar, realizó su internado en el IMSS de Saltillo, Coahuila.

Ahí, unos internos de la UNAM, le contagiaron la ilusión de hacer su servicio social en el Hospital General de México, del que hablaban maravillas.

No logró ingresar a Medicina Interna, como era su deseo, pero cumplió su objetivo de quedarse en dicho nosocomio, en el servicio de Hematología.

Ahí trataba con enfermos terminales. Contiguo estaba la unidad de oftalmología y él veía que los pacientes salían contentos de las cirugías y anhelantes de ver de nuevo el sol ¡Y ahí se decidió por la Oftalmología!

Concluyó su residencia rotatoria de un año en el Centro Médico La Raza, y luego cursó la especialidad en el Instituto de Oftalmología “Conde de Valenciana” ubicada en la colonia Obrera de la Ciudad de México.

Al salir, fue contratado, por la entonces paraestatal, Petróleos Mexicanos en Minatitlán. Luego daría el salto a Villahermosa.

Llegó a Tabasco en marzo de 1985 y desde entonces ha cimentado una respetable trayectoria.

Laboró, entre otros hospitales: en el hospital de Pemex; ISSET, Hospital Rovirosa, e instaló un consultorio en el Centro y luego en el edificio “Arcelia” en Atasta.

Cuando en 1990 en el estado aún se operaba con lupas, el doctor Feliciano coadyuvó al avance oftalmológico al realizar cirugías con microscopio, tal como había aprendido.

Ex presidente del Colegio Médico de Tabasco (2016-2018) y del Colegio de Oftalmología de Tabasco.

Wong Ortiz ha sido profesor de Oftalmología en la UJAT, y en la Universidad Olmeca. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre Oftalmología y Ozonoterapia; es también coautor del libro “Cirugía de Catarata de Pequeña Incisión.”

Desarrolló la técnica “Dedo en Gatillo”, un novedoso instrumento para realizar cirugías de cataratas duras y cataratas complicadas.

Recientemente, durante casi once meses sirvió a los habitantes de Centro, desde la Coordinación de Salud Municipal.

Preside la Fundación “Tomasa Ortiz Valdez”, en honor de su madre, quien le inculcó el apoyo a los más necesitados.

Aficionado al futbol, durante más de 20 años fue delantero en varios equipos de la Liga Inter Médica de Tabasco; fundó los clubes: Pejelagartos y Delfines.

Practica ping pong y realiza torneos sabatinos con varios amigos. También corre cotidianamente para mantenerse en forma.

Cree que somos lo que comemos, en tal razón, publicó el libro: “Vive bien, comiendo mejor”.

Por todo ello, desde su perfil de sociedad civil, busca darle otra visión a Centro. Lo necesita.

Ante la ausencia de buenos perfiles para sus aspirantes a cargos públicos, los diversos institutos políticos se han visto obligados a recurrir a personajes afamados de la sociedad civil.

Así el llamado Partido Verde (PVEM), le apuesta a la buena fama pública del conocido oftalmólogo Feliciano Wong Ortiz para conquistar el municipio de Centro.

Wong, nació el 24 de enero de 1955, en Coatzacoalcos, pero el orgullo maternal lo asentaría en Oluta, Veracruz. Empero, tiene 36 años radicado en Tabasco, aunque él suponía que sólo estaría un año.

Sus padres fueron el comerciante Miguel Wong Valdez y la señora Tomasa Ortiz Valdez. Casado actualmente con la señora Concepción Torres Calderón.

Sus hijos son: Tomás, Felicia, Leonardo, y José Feliciano Wong Otra. Además del pequeño Albert Alfonso Wong Torres.

Cursó la educación primaria en la escuela “Instituto Pedro Castillo” de Minatitlán. Ahí sus maestros también le enseñaron a jugar futbol, trompo y balero.

Cursó el primer año en la “Secundaria Federal Número Uno” de Minatitlán, y a mediados del segundo grado, la familia se mudó a Guadalajara, Jalisco, donde continuó con sus estudios, mientras desbordaba su pasión por el futbol.

Pronto, la familia se mudó a la Ciudad de México. Posteriormente, ante la desaparición física de la figura paterna, se produjo el regreso obligado de la familia a Minatitlán.

El joven Feliciano se quedó en la Perla Tapatía estudiando el bachillerato, aunque debido al trabajo y al sacrificio materno, tuvo que centrarse en el estudio; dejando trunco el anhelo de seguir jugando al balompié.

En 1974, ingresó a la Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Al egresar, realizó su internado en el IMSS de Saltillo, Coahuila.

Ahí, unos internos de la UNAM, le contagiaron la ilusión de hacer su servicio social en el Hospital General de México, del que hablaban maravillas.

No logró ingresar a Medicina Interna, como era su deseo, pero cumplió su objetivo de quedarse en dicho nosocomio, en el servicio de Hematología.

Ahí trataba con enfermos terminales. Contiguo estaba la unidad de oftalmología y él veía que los pacientes salían contentos de las cirugías y anhelantes de ver de nuevo el sol ¡Y ahí se decidió por la Oftalmología!

Concluyó su residencia rotatoria de un año en el Centro Médico La Raza, y luego cursó la especialidad en el Instituto de Oftalmología “Conde de Valenciana” ubicada en la colonia Obrera de la Ciudad de México.

Al salir, fue contratado, por la entonces paraestatal, Petróleos Mexicanos en Minatitlán. Luego daría el salto a Villahermosa.

Llegó a Tabasco en marzo de 1985 y desde entonces ha cimentado una respetable trayectoria.

Laboró, entre otros hospitales: en el hospital de Pemex; ISSET, Hospital Rovirosa, e instaló un consultorio en el Centro y luego en el edificio “Arcelia” en Atasta.

Cuando en 1990 en el estado aún se operaba con lupas, el doctor Feliciano coadyuvó al avance oftalmológico al realizar cirugías con microscopio, tal como había aprendido.

Ex presidente del Colegio Médico de Tabasco (2016-2018) y del Colegio de Oftalmología de Tabasco.

Wong Ortiz ha sido profesor de Oftalmología en la UJAT, y en la Universidad Olmeca. Conferencista a nivel nacional e internacional sobre Oftalmología y Ozonoterapia; es también coautor del libro “Cirugía de Catarata de Pequeña Incisión.”

Desarrolló la técnica “Dedo en Gatillo”, un novedoso instrumento para realizar cirugías de cataratas duras y cataratas complicadas.

Recientemente, durante casi once meses sirvió a los habitantes de Centro, desde la Coordinación de Salud Municipal.

Preside la Fundación “Tomasa Ortiz Valdez”, en honor de su madre, quien le inculcó el apoyo a los más necesitados.

Aficionado al futbol, durante más de 20 años fue delantero en varios equipos de la Liga Inter Médica de Tabasco; fundó los clubes: Pejelagartos y Delfines.

Practica ping pong y realiza torneos sabatinos con varios amigos. También corre cotidianamente para mantenerse en forma.

Cree que somos lo que comemos, en tal razón, publicó el libro: “Vive bien, comiendo mejor”.

Por todo ello, desde su perfil de sociedad civil, busca darle otra visión a Centro. Lo necesita.