Mientras hay políticos aislados y grupos pequeños, dispuestos a demeritar a los equipos más fuertes y poderosos, los líderes de éstos últimos, de manera cuidadosa, discreta, trabajaron en busca de consensos y acuerdos que evitarán un desgaste innecesario.
Nadie pareció darse cuenta de lo anterior, salvo que, poco a poco, las cabezas operativas de los grupos, empezaron a “barajear” nombres, de los dos equipos más poderosos: Uno con cabeza en el Palacio de Cobián, y el otro, con cabecera en Comalcalco, pero con locomotora en el Tren Maya.
La propuesta principal, vino de la CDMX, de un presidenciable tabasqueño, con fama de conciliador y negociador. La misma, al principio, levantó entrecejos entre algunos suspicaces y desconfiados.
Estaban preparándose para una amigable contienda y en cambio, se encontraron con una propuesta justa y balanceada: trabajar en un ganar-ganar, donde ambas fuerzas políticas salieran fortalecidas. Muchos pensaron: “es demasiado bueno, para ser verdad”. Incluso, generó dudas, la presencia, en el cuarto distrito electoral federal, de demasiados altos perfiles.
A pesar de las incertidumbres, se impuso el bien mayor, y se logró el discreto acuerdo. Ahora veamos, para acercar sus deducciones, como quedaron repartidos los 60 espacios que estuvieron en juego el pasado fin de semana (10 por cada distrito, cinco hombres y cinco mujeres).
De la poderosa locomotora del Tren Maya, van los siguientes:
Ovidio Salvador Peralta Suarez (2,576 votos); Lorena Méndez Denis (2,519); José Eduardo Mora Castro (2,102); Vianey Rodríguez Torres (2,002); Jesús Selvan García (2,000); Euclides Alejandro Alejandro (1,985).
También Isabel Cristina García Jiménez (1,821); Mari Luz Vázquez Jiménez (1,769); Parmet Marcelino Ibarra (1,762); Cecilia Ivette Castillo Almeida (1,741); José Ramiro López Obrador (1,630); Ángela Avalos Jiménez (1,604).
Igualmente, Dora Ofelia Vargas Aguilar (1,483); María de la Cruz López (1,402); Carlos Benito Lara Romero (1,369); Ciprian Jesús Cupil Vertiz (1,223); Martha Colorado Jiménez (1,210); Jesús Antonio Ochoa Leyva (1,208); Dulce María Cantero Campos (1,172); Abby Cristhel Tejeda Vertiz (1,127).
Vanesa Estefanía Hernández Pardo (1,117); Luis Enrique Caraveo Ortega (1,091); Iván Peña Vidal (967); María Félix García Álvarez (926); Javier González López (870); Neftalí Hernández de Dios (834); Manuel Adalberto Pérez Lanz (713); Amado Orozco López (694).
Por su parte, de los autores de la propuesta, del mismísimo Palacio de Cobián, entraron:
José Guadalupe Álvarez Ramón (2,632 votos); José Ángel Vasconcelos López (2,461); Deysi Tosca Cerino (2,457); Janice Contreras García (2,437); Rosa Margarita Cuevas Castro (1,528); Carlos Enrique Iñiguez Rosique (1,472); Tey Mollinedo Cano (1,471).
De igual modo, Mario Rafael Llergo Laturnerie (1,450); Emilio Antonio Contreras Martínez (1,345); Alfredo Torres Zambrano (1,316); Karla María Rabelo Estrada (1,316); María Consuelo Cornelio Alcudia (1,315); Yolanda del Carmen Osuna Huerta (1,303).
También, Adán Augusto López Hernández (1,250); Alejandro Jiménez Pérez (1,189); Juan Manuel Orueta Arias (1,187); Alma rosa Espadas Hernández (1,183); Janindra Linnet Velázquez Ortiz (1,118); Kira del Carmen Argaez Acosta (1,084); Joaquín Baños Jiménez (1,072).
Jaime Humberto Lastra Bastar (1,039); Marcos Rosendo Medina F. (1,028); María Magdalena del C. Cornelio G. (1,017); Oscari Solís Brito (1,011);
Nidia Naranjo Cobián (1,001); Esther Mayo Pérez (957); Julieta Martínez Gómez (676); Marlene Guzmán González (594); María G. Ramírez Gaona (593); Mónica Fernández Balboa (592); Manuel Rodríguez González (573); y César Raúl Ojeda Zubieta (529).
Habrá que aclarar que varios integrantes de este último grupo, son independientes políticamente, del autor de la propuesta, es decir, tiene sus propias “vejigas para nadar”; sin embargo, AALH, los incluyó en la propuesta, sin estridencias y sin condiciones. Todos ganaron.
Así que nadie debe equivocarse: solo hubo un operador intelectual, que ratificó su fama de conciliador y hábil negociador. Contra toda duda, cumplió su palabra: 32-28. Nadie se vaya con la imagen de los números de votos. Quedaron así porque era lo que convenía para cumplir con la proyección de los votos.
Mientras, los adversarios rumiaban el fracaso de evidenciar las supuestas incidencias. Sólo falló la alcaldesa de Cárdenas, por su falta de control y habilidad política. Ahí, le cobraron algunas facturas, quienes ayudaron a que ganara, y que después, les dio la espalda. Tuvo alguien que operar desde arriba.
