/ martes 24 de diciembre de 2019

Punto y Aparte | La iglesia topó con el Papa Francisco

El día de su cumpleaños, el Papa Francisco, acaba de darles un excelente regalo a las víctimas de importantes malos eclesiásticos: eliminó el secreto pontificio, mismo que permitía cubrir y encubrir a los malhechores que abusaron de niños y jóvenes, sin importar género.

Casi de inmediato, una de las más importantes congregaciones católicas, los Legionarios de Cristo, admitieron que 175 menores de edad fueron víctimas de abusos sexuales por parte de 33 sacerdotes de la Congregación. Ello incluye, al menos 60 casos, de su fundador, el conocido mundialmente padre Marcial Maciel.

Maciel Degollado, nació el 10 de marzo de 1920, Cotija, Michoacán. Falleció el 30 de enero de 2008, en Naples, condado de Collier, estado de Florida, Estados Unidos.

Cuarto de los once hijos de Francisco Maciel y Maura Degollado Guízar, hermana del general cristero Jesús Degollado Guízar. En Cotija, Marcial recibió instrucción primaria en la escuela privada de la Srta. María Neri.

A los quince años, ingresó en el seminario que su tío abuelo Rafael Guízar y Valencia, obispo de Veracruz, tenía operando clandestinamente en la Ciudad de México.

De septiembre de 1938 a junio de 1940, Marcial estudió, por cuenta sucesiva de las diócesis de Chihuahua y de Cuernavaca, en el seminario interdiocesano que los obispos mexicanos habían establecido el año anterior en Montezuma (Nuevo México, Estados Unidos). Fue expulsado del centro.

Continuó sus estudios de teología bajo el Obispo de Cuernavaca, Mons. Francisco González Arias, tío lejano suyo.

Al mismo tiempo, comenzó a juntar algunos muchachos para dar inicio a su fundación; algunos de ellos serían los primeros cofundadores.

Así, con la bendición de este obispo, el 3 de enero de 1941, se estableció una comunidad a modo de seminario menor, constituida por trece adolescentes y el joven fundador de veinte años.

Se reunieron en las habitaciones prestadas de una casa de la Ciudad de México. Desde mayo de ese año, la escuela contaría con casa propia en Tlalpan (México, D.F.).

El 26 de noviembre de 1944, el fundador de la Legión de Cristo fue ordenado sacerdote en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México.

Durante décadas, muchos supieron que en realidad Marcial Maciel (1920-2008), fundador mexicano de la Legión de Cristo y afincado durante años en España, era un depredador.

La Santa Sede había recibido las primeras denuncias de abusos contra Marcial Maciel en 1948, pero no hizo nada hasta que, en 2006, el Papa Benedicto XVI condenaba al fundador de los Legionarios de Cristo a una vida de oración y silencio, apartado del mundo, al comprobar que había abusado sistemáticamente de menores y que, además, mantenía una doble vida, con varias mujeres y hasta media docena de hijos.

Entre 2002 y 2005, el entonces prefecto (y futuro Benedicto XVI), Joseph Ratzinger, trabajó privadamente en un grueso informe con todas las denuncias recibidas y, en 2006 (ya siendo Pontífice), suspendió definitivamente a Maciel.

Al levantar, el Papa Francisco, el secreto pontificio, específicamente para casos de pederastia, la nueva norma subraya el deber general de cooperar con la justicia y prohíbe explícitamente la imposición de silencio a las víctimas de abusos.

Así se puso fin a una de las históricas excusas sobre las que se edificó durante décadas el muro de silencio en torno a los abusos cometidos por miembros de la Iglesia.

Desde luego, la abolición del llamado "secreto papal o pontificio" es principalmente celebrada por muchas de las víctimas de abuso y por sus familiares.

El Papa dispuso abolir el secreto pontificio el pasado 4 de diciembre. Sin embargo, se hizo pública hasta el 17 de diciembre, coincidiendo con el cumpleaños 83 del pontífice de origen argentino.

Según analistas, el 'secreto pontificio' fue concebido como un 'código de silencio' para proteger la información confidencial sobre el gobierno de la iglesia.

Incluso, en 2001, el entonces cardenal Ratzinger -el futuro papa Benedicto XVI- abogó para extender dicho código de silencio a los casos de abuso sexual clerical para proteger la privacidad de la víctima y la reputación del acusado. Hoy con su abrogación termina una horrenda historia.

El día de su cumpleaños, el Papa Francisco, acaba de darles un excelente regalo a las víctimas de importantes malos eclesiásticos: eliminó el secreto pontificio, mismo que permitía cubrir y encubrir a los malhechores que abusaron de niños y jóvenes, sin importar género.

Casi de inmediato, una de las más importantes congregaciones católicas, los Legionarios de Cristo, admitieron que 175 menores de edad fueron víctimas de abusos sexuales por parte de 33 sacerdotes de la Congregación. Ello incluye, al menos 60 casos, de su fundador, el conocido mundialmente padre Marcial Maciel.

Maciel Degollado, nació el 10 de marzo de 1920, Cotija, Michoacán. Falleció el 30 de enero de 2008, en Naples, condado de Collier, estado de Florida, Estados Unidos.

Cuarto de los once hijos de Francisco Maciel y Maura Degollado Guízar, hermana del general cristero Jesús Degollado Guízar. En Cotija, Marcial recibió instrucción primaria en la escuela privada de la Srta. María Neri.

A los quince años, ingresó en el seminario que su tío abuelo Rafael Guízar y Valencia, obispo de Veracruz, tenía operando clandestinamente en la Ciudad de México.

De septiembre de 1938 a junio de 1940, Marcial estudió, por cuenta sucesiva de las diócesis de Chihuahua y de Cuernavaca, en el seminario interdiocesano que los obispos mexicanos habían establecido el año anterior en Montezuma (Nuevo México, Estados Unidos). Fue expulsado del centro.

Continuó sus estudios de teología bajo el Obispo de Cuernavaca, Mons. Francisco González Arias, tío lejano suyo.

Al mismo tiempo, comenzó a juntar algunos muchachos para dar inicio a su fundación; algunos de ellos serían los primeros cofundadores.

Así, con la bendición de este obispo, el 3 de enero de 1941, se estableció una comunidad a modo de seminario menor, constituida por trece adolescentes y el joven fundador de veinte años.

Se reunieron en las habitaciones prestadas de una casa de la Ciudad de México. Desde mayo de ese año, la escuela contaría con casa propia en Tlalpan (México, D.F.).

El 26 de noviembre de 1944, el fundador de la Legión de Cristo fue ordenado sacerdote en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México.

Durante décadas, muchos supieron que en realidad Marcial Maciel (1920-2008), fundador mexicano de la Legión de Cristo y afincado durante años en España, era un depredador.

La Santa Sede había recibido las primeras denuncias de abusos contra Marcial Maciel en 1948, pero no hizo nada hasta que, en 2006, el Papa Benedicto XVI condenaba al fundador de los Legionarios de Cristo a una vida de oración y silencio, apartado del mundo, al comprobar que había abusado sistemáticamente de menores y que, además, mantenía una doble vida, con varias mujeres y hasta media docena de hijos.

Entre 2002 y 2005, el entonces prefecto (y futuro Benedicto XVI), Joseph Ratzinger, trabajó privadamente en un grueso informe con todas las denuncias recibidas y, en 2006 (ya siendo Pontífice), suspendió definitivamente a Maciel.

Al levantar, el Papa Francisco, el secreto pontificio, específicamente para casos de pederastia, la nueva norma subraya el deber general de cooperar con la justicia y prohíbe explícitamente la imposición de silencio a las víctimas de abusos.

Así se puso fin a una de las históricas excusas sobre las que se edificó durante décadas el muro de silencio en torno a los abusos cometidos por miembros de la Iglesia.

Desde luego, la abolición del llamado "secreto papal o pontificio" es principalmente celebrada por muchas de las víctimas de abuso y por sus familiares.

El Papa dispuso abolir el secreto pontificio el pasado 4 de diciembre. Sin embargo, se hizo pública hasta el 17 de diciembre, coincidiendo con el cumpleaños 83 del pontífice de origen argentino.

Según analistas, el 'secreto pontificio' fue concebido como un 'código de silencio' para proteger la información confidencial sobre el gobierno de la iglesia.

Incluso, en 2001, el entonces cardenal Ratzinger -el futuro papa Benedicto XVI- abogó para extender dicho código de silencio a los casos de abuso sexual clerical para proteger la privacidad de la víctima y la reputación del acusado. Hoy con su abrogación termina una horrenda historia.