/ martes 28 de julio de 2020

Punto y Aparte | Jesusita ¿audaz o ingenua?


Hasta hace unos días, el nombre de Jesusita Lilia López Garcés no le era conocido, a la mayoría de analistas, periodistas y políticos tabasqueños.

Se enteraron de ella, por su renuncia a la Coordinación Regional de Programas de Bienestar que ocupaba y a su declarado deseo de regresar a la estructura estatal partidista de MORENA.

Sin embargo, Jesusita, en el partido guinda, es todo un personaje, toda vez que es reconocida como una luchadora histórica del movimiento que llevó al poder al actual Presidente de la República.

Exdelegada municipal de la Villa Luis Gil Pérez, ex dirigente del comité de la zona de La Isla, es ampliamente reconocida como gente de izquierda.

Fue una de las fundadoras del PRD, no es gente de AALH, está identificada con José Eduardo Beltrán Hernández.

Ubicada en bloqueos a PEMEX, por reclamo de indemnizaciones y apoyos para el campo. Quizás por ello, algunos la consideran radical.

Es oriunda de Oaxaca, fue profesora del COBATAB, de Luis Gil Pérez. Madre de tres hijas, las dos mayores profesionistas, la menor con capacidades especiales.

Hasta hace unos días, era señalada como una persona no conflictiva, proclive a no inmiscuirse en problemas, apreciada por un buen número de personas y considerada excelente vecina.

Ella es egresada de la licenciatura en Ciencias de la Salud, perteneció a la Secretaria de Salud, pero actualmente, ya no ejerce, ni da consultas.

Teniendo una posición estable y segura en la burocracia federal, Jesusita, olvidó su perfil tranquilo y “quemó sus naves”, buscando regresar a la dirigencia, que habría perdido, por estatutos, al aceptar y cobrar, en el trabajo al que ahora renunció.

Desde luego, le apuesta a que sus aliados en el centro del país, en el Consejo Político Nacional y en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, le regresen, jurídica y políticamente, el puesto, que ella voluntariamente, y, en los hechos, abandonó.

Lo real es que oyó el canto de las sirenas, y, decidió participar en la gresca interna, que a nivel nacional, mantienen los fuerzas vivas morenistas. Para ello, eligió subirse al bando que encabeza Bertha Luján y, que en Tabasco, desde el confort de un restaurante, representa, el viajero frecuenta, Chelalo Beltrán, quien a pesar que cobra en PEMEX, como Consejero, a propuesta política de un respetado ex gobernador del Estado; se entromete en asuntos partidistas, a pesar de que los estatutos de MORENA, lo prohíben.

Todo ello, a pesar de lo lejos que pareciera el 2024. Empero, ya las corrientes a favor de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, entre otros; velan armas, en el posicionamiento hacia el dicho año, pero también, hacia las candidaturas del ya próximo 2021.

Lo cierto, es que hacia el interior de MORENA, fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los grupos, facciones, corrientes o tribus, mantienen una encarnizada y abierta lucha por el poder.

Quizás por ello, el 29 de agosto del 2019, en una de sus conferencias mañaneras, AMLO advirtió, que en caso de prevalecer el desorden entre las diferentes corrientes que buscan apoderarse del liderazgo nacional dejaría dicho instituto político.

Él sugirió que el método de elección para dirigente del partido tenía que ser por encuesta. Luján pareciera no entender eso, amén de que es acusada, junto a su grupo, de mantener secuestrado el padrón partidista.

El acuerdo que sustenta el método de las encuestas, fue firmado por la secretaria general en funciones de presidente, Yeidkol Polevnsky, la presidenta del Consejo Nacional Bertha Luján, y Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia. A muchos, entre ellos los firmantes, pareció olvidárseles.

Así, a meses del inicio del proceso federal electoral, donde participarán partidos nuevos, MORENA parece encontrarse, sin tripulación, ni Capitán que la encause a buen puerto. La lucha por el poder, está en todo su apogeo, desde las bases, hasta la cúpula. Ya no ocultan su ambición de poder, por el poder mismo. Después no salgan que a Jesuita, la bolsearon, porque será muy tarde.


Hasta hace unos días, el nombre de Jesusita Lilia López Garcés no le era conocido, a la mayoría de analistas, periodistas y políticos tabasqueños.

Se enteraron de ella, por su renuncia a la Coordinación Regional de Programas de Bienestar que ocupaba y a su declarado deseo de regresar a la estructura estatal partidista de MORENA.

Sin embargo, Jesusita, en el partido guinda, es todo un personaje, toda vez que es reconocida como una luchadora histórica del movimiento que llevó al poder al actual Presidente de la República.

Exdelegada municipal de la Villa Luis Gil Pérez, ex dirigente del comité de la zona de La Isla, es ampliamente reconocida como gente de izquierda.

Fue una de las fundadoras del PRD, no es gente de AALH, está identificada con José Eduardo Beltrán Hernández.

Ubicada en bloqueos a PEMEX, por reclamo de indemnizaciones y apoyos para el campo. Quizás por ello, algunos la consideran radical.

Es oriunda de Oaxaca, fue profesora del COBATAB, de Luis Gil Pérez. Madre de tres hijas, las dos mayores profesionistas, la menor con capacidades especiales.

Hasta hace unos días, era señalada como una persona no conflictiva, proclive a no inmiscuirse en problemas, apreciada por un buen número de personas y considerada excelente vecina.

Ella es egresada de la licenciatura en Ciencias de la Salud, perteneció a la Secretaria de Salud, pero actualmente, ya no ejerce, ni da consultas.

Teniendo una posición estable y segura en la burocracia federal, Jesusita, olvidó su perfil tranquilo y “quemó sus naves”, buscando regresar a la dirigencia, que habría perdido, por estatutos, al aceptar y cobrar, en el trabajo al que ahora renunció.

Desde luego, le apuesta a que sus aliados en el centro del país, en el Consejo Político Nacional y en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, le regresen, jurídica y políticamente, el puesto, que ella voluntariamente, y, en los hechos, abandonó.

Lo real es que oyó el canto de las sirenas, y, decidió participar en la gresca interna, que a nivel nacional, mantienen los fuerzas vivas morenistas. Para ello, eligió subirse al bando que encabeza Bertha Luján y, que en Tabasco, desde el confort de un restaurante, representa, el viajero frecuenta, Chelalo Beltrán, quien a pesar que cobra en PEMEX, como Consejero, a propuesta política de un respetado ex gobernador del Estado; se entromete en asuntos partidistas, a pesar de que los estatutos de MORENA, lo prohíben.

Todo ello, a pesar de lo lejos que pareciera el 2024. Empero, ya las corrientes a favor de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, entre otros; velan armas, en el posicionamiento hacia el dicho año, pero también, hacia las candidaturas del ya próximo 2021.

Lo cierto, es que hacia el interior de MORENA, fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los grupos, facciones, corrientes o tribus, mantienen una encarnizada y abierta lucha por el poder.

Quizás por ello, el 29 de agosto del 2019, en una de sus conferencias mañaneras, AMLO advirtió, que en caso de prevalecer el desorden entre las diferentes corrientes que buscan apoderarse del liderazgo nacional dejaría dicho instituto político.

Él sugirió que el método de elección para dirigente del partido tenía que ser por encuesta. Luján pareciera no entender eso, amén de que es acusada, junto a su grupo, de mantener secuestrado el padrón partidista.

El acuerdo que sustenta el método de las encuestas, fue firmado por la secretaria general en funciones de presidente, Yeidkol Polevnsky, la presidenta del Consejo Nacional Bertha Luján, y Héctor Díaz Polanco, presidente de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia. A muchos, entre ellos los firmantes, pareció olvidárseles.

Así, a meses del inicio del proceso federal electoral, donde participarán partidos nuevos, MORENA parece encontrarse, sin tripulación, ni Capitán que la encause a buen puerto. La lucha por el poder, está en todo su apogeo, desde las bases, hasta la cúpula. Ya no ocultan su ambición de poder, por el poder mismo. Después no salgan que a Jesuita, la bolsearon, porque será muy tarde.