Llegó el 2020, con la esperanza de muchos, de que sea un mejor año, y, traiga lo que no trajo el 2019.
Sin embargo, en los primeros días, las perspectivas de bonanzas están siendo opacadas por sucesos que indican otra realidad poca esperanzadora.
El mundo se encuentra en ascuas, especialmente el Medio Oriente, ante la muerte del general Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, en un ataque, llevado a cabo por el Ejército estadounidense.
Ante tal hecho, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una "dura venganza" contra los "criminales" responsables de la operación.
En lo nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador aunque reconoce que la inseguridad sigue siendo la asignatura pendiente de su gobierno; se llenó de optimismo al declarar que en 2020 la economía mexicana tendrá resultados positivos.
Enfatizó que el desafío para su gobierno en el 2020 es pacificar al país y anunció las cuatro claves para lograrlo.
En el primer punto destacó el reforzar los programas de bienestar que aseguró, ya se mostró que sí dan resultados; apostar más al trabajo de inteligencia que al uso de la fuerza para combatir a las bandas criminales; seguir consolidando a la Guardia Nacional con el reclutamiento de más elementos para lograr el despliegue de 266 coordinaciones regionales y no permitir el contubernio entre los delincuentes y la autoridad.
Empero, Banco de México, con un enfoque más realista ve preocupaciones específicas:
Riesgos asociados a la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El banco central cree que es “poco probable que el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado pueda revertir la atonía de la inversión”. Ello, porque los recursos previstos para estos proyectos “son menores al promedio anual observado en los últimos cinco años”.
Señala que “la recomposición del gasto aprobada en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 implica un riesgo importante sobre el crecimiento potencial del país, ya que reasigna recursos de sectores estratégicos como el sistema eléctrico, el aeroportuario y la infraestructura carretera para proyectos, cuya rentabilidad es incierta”.
Otra preocupación es la incertidumbre acerca de la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Destacan que “los objetivos para el 2020 se basan en supuestos optimistas, y que con la utilización de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) los fondos para hacer frente a contingencias se reducirán considerablemente”.
Preocupa también que el 2019 cerró con la menor creación de empleos formales durante la última década, como consecuencia de la debilidad económica.
En lo general, igual genera incertidumbre, el aumento, poco entendido por la población, de los salarios mínimos. Da la impresión que generará una escalada de los precios de los productos básicos.
Poco entendible también es la entrada en vigor de la norma que prohíbe el uso de plásticos de única vez. Porque si bien es cierto que obedece a una problemática real y que se actúa de buena fe; también lo es, que aún no están preparados, ni los comerciantes, ni los pequeños empresarios, incluso, ni la propia población.
En lo estatal el tema es la detención del “Pelón de Playas”; así como la guerra sucia entre los contendientes a la titularidad de la CMIC; la CANACO Villahermosa; y, a la UJAT.
Así nos trata el 2020, apenas en sus inicios.
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