/ miércoles 21 de noviembre de 2018

Perdón navideño

Si el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, lleva adelante su intención de perdonar la corrupción anterior al 1 de diciembre a partir de ser investido con la banda presidencial en el Congreso de la Unión, entonces restarán nueve días para quienes deseen interponer denuncias.

Falta ver cuál sustento legal se aplica para que toda demanda presentada del 1 de diciembre en adelante sobre actos del pasado, sea o no reciente, resulte improcedente ante las instancias obligadas a actuar hasta las últimas consecuencias.

Veremos, por ejemplo, si la investigación que ordenó el gobernador, Arturo Núñez Jiménez, obligado por la denuncia pública de su sucesor, Adán Augusto López Hernández, sobre un acto de presunta corrupción en la compra de los terrenos de la ZEE en Paraíso, sigue adelante.

Porque a partir de lo dicho por López Obrador en las últimas horas, supone que todo proceso hoy en curso por corrupción no se detendrá y deberá concluir ante las autoridades competentes, al señalar que tampoco pretende ordenar al Poder Judicial o al Legislativo tal cosa, pues él es un demócrata.

“Sí, es un perdón. Es un perdón, o sea, así. Eso es lo que se está planteando, decirle al pueblo de México: sí, punto final; que se acabe la historia trágica, horrenda, de corrupción, de impunidad, que se acabe la política anti popular, entreguista y que comencemos una nueva etapa. Que ya inicie una nueva historia”, dijo ayer.

Perseguir a presuntos corruptos del pasado para el próximo presidente sería “empantanar” al país.

Ante la literalidad de sus palabras, de marcar un antes y un después a partir de su asunción, se entiende que todo aquél interesado en denunciar actos de corrupción tiene pocos días para hacerlo y convertirlos así en casos vigentes que deberán llevarse hasta una resolución judicial.

De lo contrario, el perdón –veremos a través de qué instrumento jurídico- entrará en vigor dentro de dos sábados.

Lo otro que ofrece López Obrador era algo esperado, bandera de su campaña y uno de los motores de esa mayoría que logró en las urnas: que en su gobierno no habrá corrupción.

“Que hacia adelante no haya perdón para ningún corrupto. Que ya no se perdone a nadie, que se pueda juzgar al presidente si es corrupto, a sus funcionarios, a sus familiares; que se destierre la corrupción de México para siempre, ese es mi planteamiento”.

Es decir, un borrón y cuenta nueva que lo debe festejar más de uno más allá de un regalo de Navidad.

Anticipar el perdón, argumenta, servirá para no someter a su gobierno y a la sociedad misma a una vorágine inagotable de escándalos desgastantes.

Polémica, como muchas, la decisión del tabasqueño que dentro de nueve días asumirá el mando del Gobierno de la República.

HOJAS SUELTAS…

Ante el perdón anunciado, el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, se mostró en desacuerdo y que si hay denuncias por corrupción, las autoridades federales y el Poder Judicial tienen que actuar independientes de la voluntad de un legislador o de un miembro del Poder Ejecutivo.+++Quien debió pegar un salto, pero de sorpresa, fue el rector, José Manuel Piña Gutiérrez, tras la revelación del 32 por ciento de recorte a universidades públicas en el presupuesto 2019, la UJAT entre ellas. Debió volverle el alma al cuerpo, al igual que a trabajadores y docentes, cuando el próximo subsecretario de Egresos, Gerardo Esquivel, dio como falsa la información y que el proyecto de presupuesto será dado a conocer en tiempo y forma.


e-mail: nachoco68@hotmail.com


Si el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, lleva adelante su intención de perdonar la corrupción anterior al 1 de diciembre a partir de ser investido con la banda presidencial en el Congreso de la Unión, entonces restarán nueve días para quienes deseen interponer denuncias.

Falta ver cuál sustento legal se aplica para que toda demanda presentada del 1 de diciembre en adelante sobre actos del pasado, sea o no reciente, resulte improcedente ante las instancias obligadas a actuar hasta las últimas consecuencias.

Veremos, por ejemplo, si la investigación que ordenó el gobernador, Arturo Núñez Jiménez, obligado por la denuncia pública de su sucesor, Adán Augusto López Hernández, sobre un acto de presunta corrupción en la compra de los terrenos de la ZEE en Paraíso, sigue adelante.

Porque a partir de lo dicho por López Obrador en las últimas horas, supone que todo proceso hoy en curso por corrupción no se detendrá y deberá concluir ante las autoridades competentes, al señalar que tampoco pretende ordenar al Poder Judicial o al Legislativo tal cosa, pues él es un demócrata.

“Sí, es un perdón. Es un perdón, o sea, así. Eso es lo que se está planteando, decirle al pueblo de México: sí, punto final; que se acabe la historia trágica, horrenda, de corrupción, de impunidad, que se acabe la política anti popular, entreguista y que comencemos una nueva etapa. Que ya inicie una nueva historia”, dijo ayer.

Perseguir a presuntos corruptos del pasado para el próximo presidente sería “empantanar” al país.

Ante la literalidad de sus palabras, de marcar un antes y un después a partir de su asunción, se entiende que todo aquél interesado en denunciar actos de corrupción tiene pocos días para hacerlo y convertirlos así en casos vigentes que deberán llevarse hasta una resolución judicial.

De lo contrario, el perdón –veremos a través de qué instrumento jurídico- entrará en vigor dentro de dos sábados.

Lo otro que ofrece López Obrador era algo esperado, bandera de su campaña y uno de los motores de esa mayoría que logró en las urnas: que en su gobierno no habrá corrupción.

“Que hacia adelante no haya perdón para ningún corrupto. Que ya no se perdone a nadie, que se pueda juzgar al presidente si es corrupto, a sus funcionarios, a sus familiares; que se destierre la corrupción de México para siempre, ese es mi planteamiento”.

Es decir, un borrón y cuenta nueva que lo debe festejar más de uno más allá de un regalo de Navidad.

Anticipar el perdón, argumenta, servirá para no someter a su gobierno y a la sociedad misma a una vorágine inagotable de escándalos desgastantes.

Polémica, como muchas, la decisión del tabasqueño que dentro de nueve días asumirá el mando del Gobierno de la República.

HOJAS SUELTAS…

Ante el perdón anunciado, el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, se mostró en desacuerdo y que si hay denuncias por corrupción, las autoridades federales y el Poder Judicial tienen que actuar independientes de la voluntad de un legislador o de un miembro del Poder Ejecutivo.+++Quien debió pegar un salto, pero de sorpresa, fue el rector, José Manuel Piña Gutiérrez, tras la revelación del 32 por ciento de recorte a universidades públicas en el presupuesto 2019, la UJAT entre ellas. Debió volverle el alma al cuerpo, al igual que a trabajadores y docentes, cuando el próximo subsecretario de Egresos, Gerardo Esquivel, dio como falsa la información y que el proyecto de presupuesto será dado a conocer en tiempo y forma.


e-mail: nachoco68@hotmail.com