/ miércoles 6 de marzo de 2019

Obvia, intromisión

El gobierno y Morena no solo van, si no es que ya lo están haciendo, a tratar de incidir en la vida interna de los partidos políticos opositores, como en su oportunidad lo hizo el PRI cuando gobernó.

 Políticamente es válido, lógico, normal. Mal harían si se quedarán de brazos cruzados.

De ahí que a nadie sorprenda, que se vayan a meter con todo hasta la cocina, en el proceso interno para relevar a las dirigencias estatales del PRI y del PRD y de las demás organizaciones políticas.

Siempre será más cómodo tratar con un dirigente a modo, que con uno “incómodo”, contestatario, pues.

Cualquiera que sea el método de elección –consejo político, convención de delegados o consultas a las bases- que decida el institucional para renovar a su instituto político va a sentirse la intromisión descarada o discretamente de la actual administración y del partido que gobierna.

Literalmente, es inevitable, y más cuando tienen y controlan todos los hilos del poder.

Lo mejor que pueden hacer en el PRI es escoger a un dirigente por consenso. En donde todos los involucrados antepongan los intereses del partido sobre sus intereses personales y grupales, de lo contrario, van derechito al matadero.

Algo que se ve dificilísimo, complicadísimo, pero no tienen otra mejor alternativa política.

Ir a una consulta a las bases, en la situación económica y política en que están, es como pegarse un tiro en la sien. Ganará el que tenga más dinero vía gobierno para la movilización.

Lo mismo pasará con los otros métodos. La decisión del gobierno va a pesar más que en otras ocasiones.

Los escenarios políticos, económicos y sociales son verdaderamente deprimentes, desastrosos, como nunca.

Lo que me lleva a concluir que la clase política priista (no toda, pero sí la mayoría) va a irse con el que ofrezca más expectativas de sobrevivir política y financieramente.

A nivel nacional ocurre prácticamente lo mismo.

El dirigente del CEN del PRI va a ser un político del agrado de Andrés Manuel López Obrador.

Y la entidad no va a ser la excepción, el nuevo líder del PRI va a ser un priista ligado a Adán Augusto López Hernández.

Y es que tras los penosos resultados obtenidos el pasado 1 de julio, en donde perdieron casi todo, los márgenes de maniobra política del PRI se acotaron, se redujeron.

Aunque en política todo puede pasar, ningún escenario puede descartarse, y a lo mejor el priismo decide comportarse con pundonor y nos da la sorpresa.

Más si este gobierno sigue sin dando bandazos como hasta ahora.

El tiempo y los errores pueden ser un factor decisivo de que emerja un presidente priista contrario a los intereses del gobierno.

Todo puede pasar, absolutamente todo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

El ex priista y diputado morenista, Exequias Braulio Escalante Castillo, cachó un revés de la ex funcionaria núñista Dolores del Carmen Gutiérrez Zurita, que lo dejó calladito.

Y es que nuestros legisladores la mayoría de las veces abren la boca para decir puras incoherencias, como al susodicho.

No hay pretextos, ni excusa, la LXIII Legislatura debió ser el primer congreso en aprobar el dictamen que crea la Guardia Nacional, empero, no fue así.

Volvió la presidenta de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Beatriz Milland Pérez, a demostrar su impericia política, su novatez cameral.

Y desde luego que también sus asesores.


El gobierno y Morena no solo van, si no es que ya lo están haciendo, a tratar de incidir en la vida interna de los partidos políticos opositores, como en su oportunidad lo hizo el PRI cuando gobernó.

 Políticamente es válido, lógico, normal. Mal harían si se quedarán de brazos cruzados.

De ahí que a nadie sorprenda, que se vayan a meter con todo hasta la cocina, en el proceso interno para relevar a las dirigencias estatales del PRI y del PRD y de las demás organizaciones políticas.

Siempre será más cómodo tratar con un dirigente a modo, que con uno “incómodo”, contestatario, pues.

Cualquiera que sea el método de elección –consejo político, convención de delegados o consultas a las bases- que decida el institucional para renovar a su instituto político va a sentirse la intromisión descarada o discretamente de la actual administración y del partido que gobierna.

Literalmente, es inevitable, y más cuando tienen y controlan todos los hilos del poder.

Lo mejor que pueden hacer en el PRI es escoger a un dirigente por consenso. En donde todos los involucrados antepongan los intereses del partido sobre sus intereses personales y grupales, de lo contrario, van derechito al matadero.

Algo que se ve dificilísimo, complicadísimo, pero no tienen otra mejor alternativa política.

Ir a una consulta a las bases, en la situación económica y política en que están, es como pegarse un tiro en la sien. Ganará el que tenga más dinero vía gobierno para la movilización.

Lo mismo pasará con los otros métodos. La decisión del gobierno va a pesar más que en otras ocasiones.

Los escenarios políticos, económicos y sociales son verdaderamente deprimentes, desastrosos, como nunca.

Lo que me lleva a concluir que la clase política priista (no toda, pero sí la mayoría) va a irse con el que ofrezca más expectativas de sobrevivir política y financieramente.

A nivel nacional ocurre prácticamente lo mismo.

El dirigente del CEN del PRI va a ser un político del agrado de Andrés Manuel López Obrador.

Y la entidad no va a ser la excepción, el nuevo líder del PRI va a ser un priista ligado a Adán Augusto López Hernández.

Y es que tras los penosos resultados obtenidos el pasado 1 de julio, en donde perdieron casi todo, los márgenes de maniobra política del PRI se acotaron, se redujeron.

Aunque en política todo puede pasar, ningún escenario puede descartarse, y a lo mejor el priismo decide comportarse con pundonor y nos da la sorpresa.

Más si este gobierno sigue sin dando bandazos como hasta ahora.

El tiempo y los errores pueden ser un factor decisivo de que emerja un presidente priista contrario a los intereses del gobierno.

Todo puede pasar, absolutamente todo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

El ex priista y diputado morenista, Exequias Braulio Escalante Castillo, cachó un revés de la ex funcionaria núñista Dolores del Carmen Gutiérrez Zurita, que lo dejó calladito.

Y es que nuestros legisladores la mayoría de las veces abren la boca para decir puras incoherencias, como al susodicho.

No hay pretextos, ni excusa, la LXIII Legislatura debió ser el primer congreso en aprobar el dictamen que crea la Guardia Nacional, empero, no fue así.

Volvió la presidenta de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Beatriz Milland Pérez, a demostrar su impericia política, su novatez cameral.

Y desde luego que también sus asesores.