/ miércoles 17 de julio de 2019

Núñez, herencia del desastre

Tranquilo en España, donde ilusiona ser aplaudido en conferencias académicas que espera impartir, el ex gobernador Arturo Núñez Jiménez observa –quizá- a la distancia cómo surge información del desastre que dejó en Tabasco y que confirman a cada dato, a cada estadística, que se ganó a pulso el ser considerado el peor gobernante de esta tierra.

Autoproclamado gran economista, no pudo siquiera instrumentar acciones para revertir la brutal e histórica caída de la economía estatal.

Ahora que entrará de lleno la revisión de su cuenta pública de 2018, se esperan procesos legales sobre el manejo de fideicomisos, de la compra de terrenos como el de la Zona Económica Especial, tachada de malos manejos por el gobierno entrante.

Se le ocurrió endeudar al estado con 700 millones de pesos para combatir la inseguridad prácticamente de salida, cuando los niveles delincuenciales estaban disparados y no hacían sino incrementarse. Jamás pensó poner un remedio de gran calado desde que comenzó su gobierno.

Prefirió heredar más deuda y más problemas porque a la vista de las cifras reveladas por Observatorio Ciudadano de Tabasco, la violencia no hizo sino incrementarse en el último año, a pesar de que ocultaron más de 13 mil carpetas de investigación sobre delitos para aparentar disminución en varios ilícitos.

Pero el fiscal actual, Jaime Lastra Bastar, no se guardó el dato y reveló el maquillaje de las cifras, que exhibió la verdadera estatura del gobierno anterior.

Ya integradas esas carpetas, resulta que 2018 fue peor al 2017 y, en nueve delitos, Tabasco se ubicó por encima del promedio nacional. El abigeato, secuestro y extorsión crecieron más del 200 por ciento; también homicidio doloso, feminicidio, trata de personas, robo con violencia, robo de vehículo y narcomenudeo; solo en robo a negocio y violación hubo reducción.

Eso ocurrió en el último año del nuñismo. Ahora, a poco más de seis meses del nuevo gobierno, el mandatario Adán Augusto López Hernández habla ya de una disminución en secuestro del 80 por ciento y en abigeato en un 30 por ciento.

Pero el Observatorio Nacional Ciudadano tiene otros datos, al menos en cuanto a cifras de todo el país, que harían de Tabasco una excepción.

El director del organismo, Francisco Rivas, señaló que en México el secuestro subió en más de 24 por ciento de enero a mayo de este año, comparado a igual periodo de 2018.

Subió el delito de extorsión en todo el país en más de 30 por ciento, y otros que aumentaron fueron homicidios y violaciones; solo bajaron el robo a casa habitación y robo de vehículos.

Lo cierto es que en Tabasco, el desastre en seguridad que dejó Núñez es de tal magnitud, que lo menos que se espera desde el Congreso, es que apliquen la ley para resarcir el agravio a la sociedad.

HOJAS SUELTAS…

En el PRI luce resuelta la contienda a la mitad de las campañas. Alejandro Moreno Cárdenas aventaja con el 42 por ciento de las preferencias; Ivonne Ortega registra el 27 por ciento, de acuerdo a una encuesta entre priistas, realizada por un diario nacional. Aún con esa fotografía, Moreno y su compañera de fórmula, Carolina Viggiano, no se confían y aprietan el paso, algo comprobable con solo asomarse a las campañas.


Tranquilo en España, donde ilusiona ser aplaudido en conferencias académicas que espera impartir, el ex gobernador Arturo Núñez Jiménez observa –quizá- a la distancia cómo surge información del desastre que dejó en Tabasco y que confirman a cada dato, a cada estadística, que se ganó a pulso el ser considerado el peor gobernante de esta tierra.

Autoproclamado gran economista, no pudo siquiera instrumentar acciones para revertir la brutal e histórica caída de la economía estatal.

Ahora que entrará de lleno la revisión de su cuenta pública de 2018, se esperan procesos legales sobre el manejo de fideicomisos, de la compra de terrenos como el de la Zona Económica Especial, tachada de malos manejos por el gobierno entrante.

Se le ocurrió endeudar al estado con 700 millones de pesos para combatir la inseguridad prácticamente de salida, cuando los niveles delincuenciales estaban disparados y no hacían sino incrementarse. Jamás pensó poner un remedio de gran calado desde que comenzó su gobierno.

Prefirió heredar más deuda y más problemas porque a la vista de las cifras reveladas por Observatorio Ciudadano de Tabasco, la violencia no hizo sino incrementarse en el último año, a pesar de que ocultaron más de 13 mil carpetas de investigación sobre delitos para aparentar disminución en varios ilícitos.

Pero el fiscal actual, Jaime Lastra Bastar, no se guardó el dato y reveló el maquillaje de las cifras, que exhibió la verdadera estatura del gobierno anterior.

Ya integradas esas carpetas, resulta que 2018 fue peor al 2017 y, en nueve delitos, Tabasco se ubicó por encima del promedio nacional. El abigeato, secuestro y extorsión crecieron más del 200 por ciento; también homicidio doloso, feminicidio, trata de personas, robo con violencia, robo de vehículo y narcomenudeo; solo en robo a negocio y violación hubo reducción.

Eso ocurrió en el último año del nuñismo. Ahora, a poco más de seis meses del nuevo gobierno, el mandatario Adán Augusto López Hernández habla ya de una disminución en secuestro del 80 por ciento y en abigeato en un 30 por ciento.

Pero el Observatorio Nacional Ciudadano tiene otros datos, al menos en cuanto a cifras de todo el país, que harían de Tabasco una excepción.

El director del organismo, Francisco Rivas, señaló que en México el secuestro subió en más de 24 por ciento de enero a mayo de este año, comparado a igual periodo de 2018.

Subió el delito de extorsión en todo el país en más de 30 por ciento, y otros que aumentaron fueron homicidios y violaciones; solo bajaron el robo a casa habitación y robo de vehículos.

Lo cierto es que en Tabasco, el desastre en seguridad que dejó Núñez es de tal magnitud, que lo menos que se espera desde el Congreso, es que apliquen la ley para resarcir el agravio a la sociedad.

HOJAS SUELTAS…

En el PRI luce resuelta la contienda a la mitad de las campañas. Alejandro Moreno Cárdenas aventaja con el 42 por ciento de las preferencias; Ivonne Ortega registra el 27 por ciento, de acuerdo a una encuesta entre priistas, realizada por un diario nacional. Aún con esa fotografía, Moreno y su compañera de fórmula, Carolina Viggiano, no se confían y aprietan el paso, algo comprobable con solo asomarse a las campañas.