/ viernes 19 de julio de 2019

Niño muerto

“En la urbe, el crimen es algo relacionado con la clase social y la raza;pero en las afueras, es algo personal y psicológico que se resiste a las generalizaciones, un misterio del alma individual”

Bárbara Ehrensreich, escritora estadounidense.

En abril del año 2012, en el municipio de Tacotalpa fueron brutalmente asesinados cuatro niños indígenas, el hecho consternó a la sociedad tabasqueña y nacional por las causas que presuntamente originaron el crimen múltiple –según la versión de las investigaciones realizadas por la entonces Procuraduría- y en el que participaron otros menores de edad y dos adultos como perpetradores de esa masacre.

En abril del año pasado en el Poblado C 20 del municipio de Cárdenas un niño de dos años que fue reportado como desaparecido, horas después fue hallado muerto en una zanja y después de una “investigación de la Fiscalía” producto del testimonio de los habitantes del lugar y por la detención -que ellos mismos realizaron- de uno de los sospechosos “se resolvió” el caso.

Tres días antes de ese acto, el ex fiscal Fernando Valenzuela, había reportado el asesinato de un menor de tres años de edad en el Poblado C 31 del municipio de Huimanguillo presuntamente a manos de una pareja que previamente habían secuestrado al pequeño para posteriormente torturarlo y ahorcarlo.

En febrero de este año, un menor de 4 años fue encontrado en “una fosa clandestina” en el ejido Pailebot del municipio de Cárdenas, el menor quien tenía pocas horas de muerto presentaba un golpe contundente en la cabeza que probablemente resultó mortal.

El pasado miércoles un nuevo hecho criminal se registró en Cárdenas cuando un menor de 12 años de edad terminó muerto por disparos de arma de fuego en el robo a una tienda, esto aparentemente tras haber identificado a uno de los asaltantes, al que según los testigos, llamó por su nombre lo que devino en la tragedia.

Por la mañana, de ese miércoles, refutaba las cifras de Observatorio Ciudadano de Tabasco sobre la incidencia criminal, al asegurar que estas correspondían al 2018, en esa misma entrevista previo al primer informe del Tribunal Superior de Justicia, ponderó la disminución en la frecuencia de distintos delitos como el secuestro que de acuerdo a sus estadísticas se redujo en un 87 por ciento, así como robo con violencia a transeúntes, no obstante, aclaró que se dispararon otros como violación, violencia intrafamiliar y homicidio culposo: “estamos trabajando con las instancias federales, estatales y municipales y sobre todo con los ciudadanos, porque sin los ciudadanos no va a funcionar ningún plan integral de seguridad, yo les pongo un ejemplo y ustedes no me dejarán mentir, pues Cárdenas era tierra de nadie y ahí vamos recuperando la seguridad, era de todos sabido que todas las noches habían asaltos en la vía corta de Cunduacán y eso se ha controlado, yo no digo que le hemos ganado la batalla pero ahí vamos”.

Y aclaró: “esa es nuestra batalla, es la asignatura pendiente, hemos venidoavanzando, reduciendo los índices delincuenciales, pero, todavía nos falta mucho”.

La muerte de este chico nos recordó que se tiene que hacer algo más allá que lo de las propias autoridades, esta lucha es desde el seno familiar, escolar –donde el maestro tenga otra vez su lugar preponderante en la sociedad- y el gobierno tiene que hacer su parte.

Porque mientras esa lucha se gesta mínimamente, algo más se pudre internamente, con una sostenida pérdida de valores que nos arrastra al caos.

¿Qué nos está pasando como sociedad?

CONTORNO

Con los niños, no.

“En la urbe, el crimen es algo relacionado con la clase social y la raza;pero en las afueras, es algo personal y psicológico que se resiste a las generalizaciones, un misterio del alma individual”

Bárbara Ehrensreich, escritora estadounidense.

En abril del año 2012, en el municipio de Tacotalpa fueron brutalmente asesinados cuatro niños indígenas, el hecho consternó a la sociedad tabasqueña y nacional por las causas que presuntamente originaron el crimen múltiple –según la versión de las investigaciones realizadas por la entonces Procuraduría- y en el que participaron otros menores de edad y dos adultos como perpetradores de esa masacre.

En abril del año pasado en el Poblado C 20 del municipio de Cárdenas un niño de dos años que fue reportado como desaparecido, horas después fue hallado muerto en una zanja y después de una “investigación de la Fiscalía” producto del testimonio de los habitantes del lugar y por la detención -que ellos mismos realizaron- de uno de los sospechosos “se resolvió” el caso.

Tres días antes de ese acto, el ex fiscal Fernando Valenzuela, había reportado el asesinato de un menor de tres años de edad en el Poblado C 31 del municipio de Huimanguillo presuntamente a manos de una pareja que previamente habían secuestrado al pequeño para posteriormente torturarlo y ahorcarlo.

En febrero de este año, un menor de 4 años fue encontrado en “una fosa clandestina” en el ejido Pailebot del municipio de Cárdenas, el menor quien tenía pocas horas de muerto presentaba un golpe contundente en la cabeza que probablemente resultó mortal.

El pasado miércoles un nuevo hecho criminal se registró en Cárdenas cuando un menor de 12 años de edad terminó muerto por disparos de arma de fuego en el robo a una tienda, esto aparentemente tras haber identificado a uno de los asaltantes, al que según los testigos, llamó por su nombre lo que devino en la tragedia.

Por la mañana, de ese miércoles, refutaba las cifras de Observatorio Ciudadano de Tabasco sobre la incidencia criminal, al asegurar que estas correspondían al 2018, en esa misma entrevista previo al primer informe del Tribunal Superior de Justicia, ponderó la disminución en la frecuencia de distintos delitos como el secuestro que de acuerdo a sus estadísticas se redujo en un 87 por ciento, así como robo con violencia a transeúntes, no obstante, aclaró que se dispararon otros como violación, violencia intrafamiliar y homicidio culposo: “estamos trabajando con las instancias federales, estatales y municipales y sobre todo con los ciudadanos, porque sin los ciudadanos no va a funcionar ningún plan integral de seguridad, yo les pongo un ejemplo y ustedes no me dejarán mentir, pues Cárdenas era tierra de nadie y ahí vamos recuperando la seguridad, era de todos sabido que todas las noches habían asaltos en la vía corta de Cunduacán y eso se ha controlado, yo no digo que le hemos ganado la batalla pero ahí vamos”.

Y aclaró: “esa es nuestra batalla, es la asignatura pendiente, hemos venidoavanzando, reduciendo los índices delincuenciales, pero, todavía nos falta mucho”.

La muerte de este chico nos recordó que se tiene que hacer algo más allá que lo de las propias autoridades, esta lucha es desde el seno familiar, escolar –donde el maestro tenga otra vez su lugar preponderante en la sociedad- y el gobierno tiene que hacer su parte.

Porque mientras esa lucha se gesta mínimamente, algo más se pudre internamente, con una sostenida pérdida de valores que nos arrastra al caos.

¿Qué nos está pasando como sociedad?

CONTORNO

Con los niños, no.