/ lunes 4 de noviembre de 2019

Los otros Datos | Las Asignaturas Pendientes

Este 10 de noviembre, el gobernador Adán Agusto López Hernández rendirá su primer informe de gobierno, y los tabasqueños podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el arranque del ejercicio constitucional no ha sido todo lo exitoso que muchos ciudadanos esperaron y que la circunstancia de Tabasco necesita.

El problema no es tanto la carencia de un equipo, la falta de definiciones, la ausencia de un proyecto de visión de largo plazo para “transformar” al estado, sino sobre todo, las enormes expectativas que a lo largo de varios años, su partido y el hoy presidente de la República, vendieron a la gente; como si los gobiernos morenistas fueran garantía de cambios profundos, la gran panacea mexicana, el nuevo proyecto social de la “izquierda democrática” de México.

Hoy, evaluando el desempeño en el ejercicio del poder gubernamental de las nuevas autoridades, lo mismo a nivel federal que en el estatal, es notorio que se empezó a generar un natural desencanto ciudadano, ya que no se vislumbra que todas aquellas promesas de cambio se vean cristalizadas en realidades concretas.

Siempre he sostenido que los inquilinos de La Quinta Grijalva tienen una especie de “maldición”: a las pocas semanas de instalarse en la residencia oficial, comienzan por sentirse no sabios, sino “sabelotodos”; pierden el olfato político que les caracterizaba, y un buen día, de la noche a la mañana, amanecen sordos. Se construyen para sí, una burbuja y desde ahí, faltan a la verdad y tratan de alterar en su beneficio, la realidad. Al final se estrellan con ambas.

En el caso de López Hernández, me parece que es una persona que no cierra los ojos ante los retos, y que le preocupa su paso en la historia, máxime el desastre heredado por su antecesor, quien igualmente generó esperanzas de cambio que se vieron frustradas en los hechos. Pero para su mala fortuna, lo que le representó buena suerte en el pasado ahora es una pesada losa que puede hundir su gobierno, su relación estrecha, más allá del simple paisanaje, con el presidente Andrés Manuel López Obrador. La suerte de uno, está atada a la del otro.

Pero independientemente de lo anterior, ¿cuáles son las asignaturas pendientes? ¿cuáles los temas que López Hernández debe resolver sin esperar el apoyo del presidente o de su gobierno, porque son temas que afectan gravemente a las familias tabasqueñas?

  • La Inseguridad. Es sin duda el principal pendiente que tiene el gobierno. Las familias tabasqueñas siguen viviendo con miedo ante la delincuencia y si bien las autoridades que recopilan la información oficial han sido cuidosas para aparentar que los índices van bajando, la percepción existente parece confirmar que las cosas van de igual a peor.
  • Impartición y Procuración de Justicia. La justicia es una utopía, no se ven resultados concretos, la corrupción y la ineficiencia siguen campeando en los juzgados y ministerios públicos.
  • La economía del estado sigue deprimida, la inversión en obra pública no es significativa a pesar de los más de 52 mil millones de pesos del presupuesto de este año. No hay inversión privada, se sospecha de altísimos subejercicios que afectan a los hospitales, como en el pasado, y también se rumora que sólo algunas empresas que hicieron aportaciones durante la campaña, están recibiendo contratos de proveedurías y de obra publica.
  • El Desempleo. De acuerdo a los indicadores nacionales seguimos repuntando como uno de los estados de mayor desempleo del país. El maravilloso anuncio de la refinería aún no empieza a derramar los divinos dones de dar empleo.
  • Salud. El sistema de salud sigue siendo deficiente. Un ejemplo de ello es el suministro de medicamentos y la programación de las cirugías se prolongan por meses, ya que los quirófanos aun no terminan de rehabilitarse a casi 11 meses de iniciado el gobierno.
  • La Reconciliación. El discurso de la reconciliación se cae a pedazos. Por ejemplo, cuando el responsable del área jurídica del gobierno del estado es el ejecutor de venganzas personales de la coordinadora de la bancada de MORENA, presentando denuncias de supuestos delitos electorales, cuando ni siquiera estamos en época electoral, acusando supuestos desvíos de recursos federales, que dicho sea de paso ni siquiera son jurídicamente de su competencia.

Este 10 de noviembre, el gobernador Adán Agusto López Hernández rendirá su primer informe de gobierno, y los tabasqueños podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el arranque del ejercicio constitucional no ha sido todo lo exitoso que muchos ciudadanos esperaron y que la circunstancia de Tabasco necesita.

El problema no es tanto la carencia de un equipo, la falta de definiciones, la ausencia de un proyecto de visión de largo plazo para “transformar” al estado, sino sobre todo, las enormes expectativas que a lo largo de varios años, su partido y el hoy presidente de la República, vendieron a la gente; como si los gobiernos morenistas fueran garantía de cambios profundos, la gran panacea mexicana, el nuevo proyecto social de la “izquierda democrática” de México.

Hoy, evaluando el desempeño en el ejercicio del poder gubernamental de las nuevas autoridades, lo mismo a nivel federal que en el estatal, es notorio que se empezó a generar un natural desencanto ciudadano, ya que no se vislumbra que todas aquellas promesas de cambio se vean cristalizadas en realidades concretas.

Siempre he sostenido que los inquilinos de La Quinta Grijalva tienen una especie de “maldición”: a las pocas semanas de instalarse en la residencia oficial, comienzan por sentirse no sabios, sino “sabelotodos”; pierden el olfato político que les caracterizaba, y un buen día, de la noche a la mañana, amanecen sordos. Se construyen para sí, una burbuja y desde ahí, faltan a la verdad y tratan de alterar en su beneficio, la realidad. Al final se estrellan con ambas.

En el caso de López Hernández, me parece que es una persona que no cierra los ojos ante los retos, y que le preocupa su paso en la historia, máxime el desastre heredado por su antecesor, quien igualmente generó esperanzas de cambio que se vieron frustradas en los hechos. Pero para su mala fortuna, lo que le representó buena suerte en el pasado ahora es una pesada losa que puede hundir su gobierno, su relación estrecha, más allá del simple paisanaje, con el presidente Andrés Manuel López Obrador. La suerte de uno, está atada a la del otro.

Pero independientemente de lo anterior, ¿cuáles son las asignaturas pendientes? ¿cuáles los temas que López Hernández debe resolver sin esperar el apoyo del presidente o de su gobierno, porque son temas que afectan gravemente a las familias tabasqueñas?

  • La Inseguridad. Es sin duda el principal pendiente que tiene el gobierno. Las familias tabasqueñas siguen viviendo con miedo ante la delincuencia y si bien las autoridades que recopilan la información oficial han sido cuidosas para aparentar que los índices van bajando, la percepción existente parece confirmar que las cosas van de igual a peor.
  • Impartición y Procuración de Justicia. La justicia es una utopía, no se ven resultados concretos, la corrupción y la ineficiencia siguen campeando en los juzgados y ministerios públicos.
  • La economía del estado sigue deprimida, la inversión en obra pública no es significativa a pesar de los más de 52 mil millones de pesos del presupuesto de este año. No hay inversión privada, se sospecha de altísimos subejercicios que afectan a los hospitales, como en el pasado, y también se rumora que sólo algunas empresas que hicieron aportaciones durante la campaña, están recibiendo contratos de proveedurías y de obra publica.
  • El Desempleo. De acuerdo a los indicadores nacionales seguimos repuntando como uno de los estados de mayor desempleo del país. El maravilloso anuncio de la refinería aún no empieza a derramar los divinos dones de dar empleo.
  • Salud. El sistema de salud sigue siendo deficiente. Un ejemplo de ello es el suministro de medicamentos y la programación de las cirugías se prolongan por meses, ya que los quirófanos aun no terminan de rehabilitarse a casi 11 meses de iniciado el gobierno.
  • La Reconciliación. El discurso de la reconciliación se cae a pedazos. Por ejemplo, cuando el responsable del área jurídica del gobierno del estado es el ejecutor de venganzas personales de la coordinadora de la bancada de MORENA, presentando denuncias de supuestos delitos electorales, cuando ni siquiera estamos en época electoral, acusando supuestos desvíos de recursos federales, que dicho sea de paso ni siquiera son jurídicamente de su competencia.