/ sábado 1 de junio de 2019

Llegó la abundancia

La queja es, probablemente, una de las prácticas más recurridas del ser humano. Si le va bien se queja, si le va mal se queja; si lo atienden se queja, si no lo atienden también; si hay un cambio se lamenta y si no hay metamorfosis la misma cosa es.

Cuando gobernaban priístas el pueblo estaba descontento principalmente por dos cosas: mal gobierno y corrupción. Decían que quienes ostentaban el poder no le resolvían sus problemas y que se robaban todo lo que tenían enfrente. Ya estaban hartos y tenían la esperanza de que otros gobernantes los sacara de tan horrible situación.

Al paso de los años, en varios estados de la República se dio el cambio de gobierno y, lejos de resolverse, los problemas continuaron. La gente siguió quejándose de su situación y no aprovechó la oportunidad que tenía para salir adelante.

Luego vino el cambio en la Presidencia de la República: primero gobernó el PRI, luego el PAN, después nuevamente el tricolor y ahora Morena. La queja siguió igual y con este régimen no es la excepción.

De hecho, la popularidad de Andrés Manuel empieza a ser carcomida por el descontento y la inconformidad, aunque se aplique una nueva forma de gobernar, de administrar el dinero y se entreguen apoyos directos al ciudadano y no a través de intermediarios mañosos que se han enriquecido mediante esa práctica.

En Tabasco, cuna del lopezobradorismo, los habitantes sufrieron (según ellos) con gobiernos priístas; anhelaron un cambio y soñaron conseguirlo con Arturo Núñez, (considerado candidato de lujo y calificado como el peor gobernador de la entidad), y a los pocos meses no solo se quejaban de quien en su momento elogiaban sino que ya extrañaban el "buen trato" de los anteriores.

Los ciudadanos se vengaron de ese pésimo gobierno y votaron por Morena en la más reciente elección de gobernador. Ahora se empieza a ver un repunte en la economía. La seguridad parece que se estabiliza y ?qué cree? La queja no cesa.

Mañana domingo, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López colocará la primera piedra de la refinería que se construirá en Dos Bocas, Paraíso, obra en la que se invertirán 8 mil millones de dólares y generará 40 mil plazas laborales en un estado en el que la crisis financiera se ha acentuado y el desempleo ocupa el primer lugar.

A esto hay que agregarle que el gobernador Adán Augusto López ya firmó un acuerdo con CFE para dar fin al impagable adeudo de la resistencia civil mediante el programa "Adiós a tu deuda", lo cual implica el borrón de 11 mil millones de pesos a unos 500 mil usuarios y el inicio de una cuenta nueva, pero todavía hay quienes se quejan porque tal vez, sin producir nada, quieren que les lleven dinero a su casa y los saquen de la pobreza y la miseria en que habitan.

La mayoría de aquellos que siempre se lamentan de las circunstancias no se dan cuenta que ocupan su mente y su tiempo en resentimientos y no en buscar oportunidades para salir adelante. Recuerde usted que en tiempos de crisis están los que lloran y los que venden pañuelos.

La queja es, probablemente, una de las prácticas más recurridas del ser humano. Si le va bien se queja, si le va mal se queja; si lo atienden se queja, si no lo atienden también; si hay un cambio se lamenta y si no hay metamorfosis la misma cosa es.

Cuando gobernaban priístas el pueblo estaba descontento principalmente por dos cosas: mal gobierno y corrupción. Decían que quienes ostentaban el poder no le resolvían sus problemas y que se robaban todo lo que tenían enfrente. Ya estaban hartos y tenían la esperanza de que otros gobernantes los sacara de tan horrible situación.

Al paso de los años, en varios estados de la República se dio el cambio de gobierno y, lejos de resolverse, los problemas continuaron. La gente siguió quejándose de su situación y no aprovechó la oportunidad que tenía para salir adelante.

Luego vino el cambio en la Presidencia de la República: primero gobernó el PRI, luego el PAN, después nuevamente el tricolor y ahora Morena. La queja siguió igual y con este régimen no es la excepción.

De hecho, la popularidad de Andrés Manuel empieza a ser carcomida por el descontento y la inconformidad, aunque se aplique una nueva forma de gobernar, de administrar el dinero y se entreguen apoyos directos al ciudadano y no a través de intermediarios mañosos que se han enriquecido mediante esa práctica.

En Tabasco, cuna del lopezobradorismo, los habitantes sufrieron (según ellos) con gobiernos priístas; anhelaron un cambio y soñaron conseguirlo con Arturo Núñez, (considerado candidato de lujo y calificado como el peor gobernador de la entidad), y a los pocos meses no solo se quejaban de quien en su momento elogiaban sino que ya extrañaban el "buen trato" de los anteriores.

Los ciudadanos se vengaron de ese pésimo gobierno y votaron por Morena en la más reciente elección de gobernador. Ahora se empieza a ver un repunte en la economía. La seguridad parece que se estabiliza y ?qué cree? La queja no cesa.

Mañana domingo, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López colocará la primera piedra de la refinería que se construirá en Dos Bocas, Paraíso, obra en la que se invertirán 8 mil millones de dólares y generará 40 mil plazas laborales en un estado en el que la crisis financiera se ha acentuado y el desempleo ocupa el primer lugar.

A esto hay que agregarle que el gobernador Adán Augusto López ya firmó un acuerdo con CFE para dar fin al impagable adeudo de la resistencia civil mediante el programa "Adiós a tu deuda", lo cual implica el borrón de 11 mil millones de pesos a unos 500 mil usuarios y el inicio de una cuenta nueva, pero todavía hay quienes se quejan porque tal vez, sin producir nada, quieren que les lleven dinero a su casa y los saquen de la pobreza y la miseria en que habitan.

La mayoría de aquellos que siempre se lamentan de las circunstancias no se dan cuenta que ocupan su mente y su tiempo en resentimientos y no en buscar oportunidades para salir adelante. Recuerde usted que en tiempos de crisis están los que lloran y los que venden pañuelos.