/ viernes 1 de marzo de 2019

Justicia y algo más contra violadores

Resulta preocupante que el delito de violación en Tabasco ha crecido en el lapso del último año. El caso de la joven universitaria ultrajada esta semana, dio una mayor exposición al peligro al que están expuestas las mujeres y la necesidad de no sólo aplicar la ley contra quienes las atacan sino evaluar nuevas formas de castigo a la par de medidas disuasivas, sobre todo que no haya impunidad.

Observatorio Ciudadano Tabasco, que dirige Julia Arrivillaga, reveló que en enero de este año hubo un incremento de 51 por ciento con relación al mismo mes de 2018 que colocan a Tabasco en el lugar 15 a nivel nacional sobre casos de violación denunciados.

Tabasco ha escalado cinco lugares, pues para enero de 2018 de acuerdo a Observatorio NacionalCiudadano, el estado estaba en el sitio 20 en carpetas de investigación abiertas.

En enero pasado fueron 26 las carpetas y Centro (Villahermosa) es el municipio con la incidencia más alta con 14, seguido de Nacajuca, Tacotalpa, Balancán, Tenosique, Teapa, Cárdenas, Comalcalco y Cunduacán.

Sobre el caso de la universitaria se dio ya el primer paso con la detención rápida del presunto agresor. Ahora le corresponde a la Fiscalía de Delitos Sexuales integrar bien la carpeta de investigación con elementos incluso de pruebas de ADN, al contarse con un laboratorio, y el Juez pueda decidir de manera correcta.

Hay, en principio, que confiar en la declaración de las víctimas. Sin demerito de ello, valdría comentar un dato que hace poco en una plática informal un ex procurador dio sobre el tema de las violaciones.

Dijo que en el periodo que le correspondió estar en el cargo le tocaron casos de mujeres que buscaban acusar a alguien de haberlas violado por vengarse de una mala relación u otros motivos, algo que se detectaba en el cruce de información durante el cruce de declaraciones.

Por tanto, cuando eso ocurría, de manera personal buscaba sensibilizar a la parte acusadora del impacto que tendría una acusación de tal magnitud y las consecuencias que podría traer cuando se desahogara todo el proceso.

Fuera de esas consideraciones, que han ocurrido y no parece ser el caso de la joven universitaria, para un amplio sector de la sociedad falta un castigo mayor que la simple sentencia de cárcel contra un violador.

Y debe ser así porque para la víctima representa no sólo el ultraje físico sino de secuelas psicológicas que la acompañarán durante el resto de su vida, al igual que el impacto en su entorno familiar y social.

En diciembre pasado, el senador de Morena, Alejandro Armenta, planteó una iniciativa para castrar químicamente a violadores y pederastas para poner un freno contundente al este delito, pues poblano de origen, señaló que allí de 800 feminicidios, el 70 por ciento fueron con violación. La castración química consiste en la administración de medicamentos para reducir los impulsos sexuales masculinos y se aplica en varios estados norteamericanos y bajo distintas consideraciones en países europeos, sobre todo dirigidos contra pederastas.

Desde luego hay voces que alegan violación a derechos individuales de los agresores –lo que causa prurito social- con una medida así, pero el consenso mayoritario es que la cárcel no es suficiente castigo.

Falta ver si desde el Congreso del Estado surge alguna iniciativa de actualización al respecto, cuando la mitad de la Legislatura es ocupada por mujeres que pueden hacer sentir su peso en este tipo de asuntos, al igual que podría salir desde el Poder Ejecutivo o el Poder Judicial.

Resulta preocupante que el delito de violación en Tabasco ha crecido en el lapso del último año. El caso de la joven universitaria ultrajada esta semana, dio una mayor exposición al peligro al que están expuestas las mujeres y la necesidad de no sólo aplicar la ley contra quienes las atacan sino evaluar nuevas formas de castigo a la par de medidas disuasivas, sobre todo que no haya impunidad.

Observatorio Ciudadano Tabasco, que dirige Julia Arrivillaga, reveló que en enero de este año hubo un incremento de 51 por ciento con relación al mismo mes de 2018 que colocan a Tabasco en el lugar 15 a nivel nacional sobre casos de violación denunciados.

Tabasco ha escalado cinco lugares, pues para enero de 2018 de acuerdo a Observatorio NacionalCiudadano, el estado estaba en el sitio 20 en carpetas de investigación abiertas.

En enero pasado fueron 26 las carpetas y Centro (Villahermosa) es el municipio con la incidencia más alta con 14, seguido de Nacajuca, Tacotalpa, Balancán, Tenosique, Teapa, Cárdenas, Comalcalco y Cunduacán.

Sobre el caso de la universitaria se dio ya el primer paso con la detención rápida del presunto agresor. Ahora le corresponde a la Fiscalía de Delitos Sexuales integrar bien la carpeta de investigación con elementos incluso de pruebas de ADN, al contarse con un laboratorio, y el Juez pueda decidir de manera correcta.

Hay, en principio, que confiar en la declaración de las víctimas. Sin demerito de ello, valdría comentar un dato que hace poco en una plática informal un ex procurador dio sobre el tema de las violaciones.

Dijo que en el periodo que le correspondió estar en el cargo le tocaron casos de mujeres que buscaban acusar a alguien de haberlas violado por vengarse de una mala relación u otros motivos, algo que se detectaba en el cruce de información durante el cruce de declaraciones.

Por tanto, cuando eso ocurría, de manera personal buscaba sensibilizar a la parte acusadora del impacto que tendría una acusación de tal magnitud y las consecuencias que podría traer cuando se desahogara todo el proceso.

Fuera de esas consideraciones, que han ocurrido y no parece ser el caso de la joven universitaria, para un amplio sector de la sociedad falta un castigo mayor que la simple sentencia de cárcel contra un violador.

Y debe ser así porque para la víctima representa no sólo el ultraje físico sino de secuelas psicológicas que la acompañarán durante el resto de su vida, al igual que el impacto en su entorno familiar y social.

En diciembre pasado, el senador de Morena, Alejandro Armenta, planteó una iniciativa para castrar químicamente a violadores y pederastas para poner un freno contundente al este delito, pues poblano de origen, señaló que allí de 800 feminicidios, el 70 por ciento fueron con violación. La castración química consiste en la administración de medicamentos para reducir los impulsos sexuales masculinos y se aplica en varios estados norteamericanos y bajo distintas consideraciones en países europeos, sobre todo dirigidos contra pederastas.

Desde luego hay voces que alegan violación a derechos individuales de los agresores –lo que causa prurito social- con una medida así, pero el consenso mayoritario es que la cárcel no es suficiente castigo.

Falta ver si desde el Congreso del Estado surge alguna iniciativa de actualización al respecto, cuando la mitad de la Legislatura es ocupada por mujeres que pueden hacer sentir su peso en este tipo de asuntos, al igual que podría salir desde el Poder Ejecutivo o el Poder Judicial.