¡¡Justicia a secas!!, es lo único que está pidiendo a gritos el pueblo de Tabasco, respecto, a los que asaltaron desmesuradamente la hacienda pública federal, estatal y municipal en el sexenio pasado.
Y no me refiero solamente a Arturo Núñez Jiménez y Martha Lilia López Aguilera, sino a todos, los que malversaron los recursos públicos presupuestados para el desarrollo social de los tabasqueños, y avecindados aquí, incluidos los ex funcionarios de segundo y tercer nivel.
Absolutamente, ninguno de ellos, debe de quedar impune. Si hicieron mal uso del dinero de los contribuyentes.
Si se les comprueba, simple y sencillamente: que se les castigue, sin consideración alguna, con todo el rigor de la ley.
Después de todo, no fue un centavo, ni un peso que se chingaron a la mala, sino miles de millones, lo que, por una u otra razón, no han podido aclarar, justificar.
Si por X o Y, el gobierno de Adán Augusto López Hernández, no puede demostrar con pruebas fehacientes, ante las autoridades judiciales federal y local, el grueso de las acusaciones que han denunciado o filtrado, a través de los medios de comunicación tradicionales o digitales, correrán el riesgo de ser no solo contrademandados por calumniadores, sino que serán linchados por sus gobernados, tal y como ocurrió con Arturo Núñez Jiménez y sus integrantes de la procuración e impartición de justicia, que no pudieron armar ningún expediente sólido, que derrumbará la defensa jurídica de los abogados que llevaron los sórdidos casos del ex mandatario Andrés Rafael Granier Melo y compañía.
Detenidos y encarcelados por varios años, como sucedió con Granier Melo y José Manuel Sainz Pineda, más por cuestiones políticas que legales.
Esperemos que la actual administración no repita la misma historia, ya que el precio político y social que pagará será más costoso. Las circunstancias y condiciones son diametralmente distintas.
En contraste a esos años, ahora hay una ciudadanía más consciente, aplicada, preparada y vigilante en todo lo concerniente a las cuestiones públicas, y más cuando las expectativas son mayores a las que se tenían en ese tiempo, pues como sucedió en el pasado, han sido generadas y alimentadas por los propios integrantes del gobierno en turno y por el mismísimo gobernador, aunque ahora con mayor protagonismo y perversidad.
De cómo se desarrolle y concluya esta película de largometraje, con un espectacular reparto, en el que Andrés Manuel López Obrador tiene una participación clave, y en la que también Adán Augusto López Hernández es una de las figuras principales, junto con Arturo Núñez Jiménez, y otros protagonistas relevantes, va a depender muchísimo el futuro político del partido que está en el poder.
Si su actuación es excelsa, como todo mundo espera, no tendrán mayores problemas, si sucede todo lo contrario, la situación se les va a complicar más allá de lo previsto en los escenarios prospectivos que se han hecho por si deciden exonerar a los verdaderos culpables del robo más grande del que se tenga memoria.
En la que la fracción parlamentaria de Morena y aliados pueden ser, ante la opinión pública, dilapidados, más de lo que son.
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