/ viernes 19 de octubre de 2018

Hasta el agua está corrompida en Tabasco

En Tabasco suceden tantas cosas negativas que ya urge un milagro de Dios para superar tanta tragedia. Hace seis años los habitantes de esa maravillosa entidad del Sureste mexicano votaron por un cambio en el gobierno del estado que nunca se dio; lo mismo sucedió en la mayoría de los 17 ayuntamientos porque estaban hartos de los priistas que dejaban la administración endeudada y las arcas públicas saqueadas totalmente.

Le dieron la oportunidad al PRD y no salieron de ningún apuro. La gente continúa quejándose de lo mismo y quizá de algunas cosas más. Por ejemplo, los hospitales no tienen medicamentos ni insumos. En más de una ocasión han circulado documentos en redes sociales, redactados presuntamente por médicos, en los que se manifiesta la inconformidad de los galenos debido a lo que han llamado emergencia extrema  y encubrimiento criminal de las autoridades del sector.

También hace unos meses los habitantes de las rancherías Bitzales, Macuspana, fueron testigos de la muerte de decenas de manatíes (especie en peligro de extinción), uno que otro lagarto, serpientes y aves; la gente resultó con erosiones en la piel y mientras el Instituto Tecnológico de Boca del Río encontró inicialmente  partículas de plomo, aluminio y cadmio en el agua de las lagunas de esa zona, las autoridades gubernamentales atribuyeron los hechos, primero al calor sofocante del trópico, y, después, a que los animalitos se peleaban entre sí y se convertían en homicidas.

Así los tabasqueños han conocido muchos acontecimientos durante años. Partidos van y vienen, sus representantes ocupan cargos de elección popular y no hay manera de que las cosas mejoren. En los ayuntamientos, resulta que los gobiernos perredistas han sido los que más problemas han presentado. Por ejemplo, Cárdenas, Huimanguillo, Centro, Paraíso, Nacajuca (PAN) y Macuspana donde el ex alcalde no se sabe ya ni de qué organización era porque estuvo en el PRI, luego en el PRD, después otra vez en el PRI y al final de su trienio José Eduardo Rovirosa coqueteaba hasta con Morena.

En el municipio de Centro, Evaristo Hernández Cruz (Morena) acaba de descubrir que durante el año que gobernó Casilda Ruiz Agustín (PRD) no se le dio mantenimiento a las potabilizadoras de agua y, por si no bastara, no le aplicaron los reactivos correspondientes para clorar el líquido.

Esto llevó a que las actuales autoridades retiran 4 mil 200 metros cúbicos de sedimento, equivalentes a 600 camiones de tierra. Imagínense ustedes, mis fieles cinco lectores, la clase de porquería que llegaba por la tubería a las casas. No se trató el agua que de por sí no es potable. Ojalá y no resulte gente con infecciones en la piel por bañarse con ese líquido que en vez de limpiar ensucia; o con infecciones estomacales por lavar sus platos, vasos, tenedores y demás utensilios de cocina con ese fluido.

Así se pueden enumerar problemas y más problemas, tales como obras que dejaron inconclusas los presidentes municipales que recién dejaron el cargo; deudas con CFE, con proveedores, laudos (y los actuales viene a correr más gente para colocar a los suyos en una plaza laboral), presupuesto amputado que no les alcanzará a muchos para pagar aguinaldos. La gente rumora ¿será que volverán a quedar impunes todos los delitos que se le puedan imputar a los nuevos ricos de Tabasco? ¿Será que la cuarta transformación en realidad acabará con la corrupción o sugiere impunidad con el argumento de la reconciliación?

En Tabasco suceden tantas cosas negativas que ya urge un milagro de Dios para superar tanta tragedia. Hace seis años los habitantes de esa maravillosa entidad del Sureste mexicano votaron por un cambio en el gobierno del estado que nunca se dio; lo mismo sucedió en la mayoría de los 17 ayuntamientos porque estaban hartos de los priistas que dejaban la administración endeudada y las arcas públicas saqueadas totalmente.

Le dieron la oportunidad al PRD y no salieron de ningún apuro. La gente continúa quejándose de lo mismo y quizá de algunas cosas más. Por ejemplo, los hospitales no tienen medicamentos ni insumos. En más de una ocasión han circulado documentos en redes sociales, redactados presuntamente por médicos, en los que se manifiesta la inconformidad de los galenos debido a lo que han llamado emergencia extrema  y encubrimiento criminal de las autoridades del sector.

También hace unos meses los habitantes de las rancherías Bitzales, Macuspana, fueron testigos de la muerte de decenas de manatíes (especie en peligro de extinción), uno que otro lagarto, serpientes y aves; la gente resultó con erosiones en la piel y mientras el Instituto Tecnológico de Boca del Río encontró inicialmente  partículas de plomo, aluminio y cadmio en el agua de las lagunas de esa zona, las autoridades gubernamentales atribuyeron los hechos, primero al calor sofocante del trópico, y, después, a que los animalitos se peleaban entre sí y se convertían en homicidas.

Así los tabasqueños han conocido muchos acontecimientos durante años. Partidos van y vienen, sus representantes ocupan cargos de elección popular y no hay manera de que las cosas mejoren. En los ayuntamientos, resulta que los gobiernos perredistas han sido los que más problemas han presentado. Por ejemplo, Cárdenas, Huimanguillo, Centro, Paraíso, Nacajuca (PAN) y Macuspana donde el ex alcalde no se sabe ya ni de qué organización era porque estuvo en el PRI, luego en el PRD, después otra vez en el PRI y al final de su trienio José Eduardo Rovirosa coqueteaba hasta con Morena.

En el municipio de Centro, Evaristo Hernández Cruz (Morena) acaba de descubrir que durante el año que gobernó Casilda Ruiz Agustín (PRD) no se le dio mantenimiento a las potabilizadoras de agua y, por si no bastara, no le aplicaron los reactivos correspondientes para clorar el líquido.

Esto llevó a que las actuales autoridades retiran 4 mil 200 metros cúbicos de sedimento, equivalentes a 600 camiones de tierra. Imagínense ustedes, mis fieles cinco lectores, la clase de porquería que llegaba por la tubería a las casas. No se trató el agua que de por sí no es potable. Ojalá y no resulte gente con infecciones en la piel por bañarse con ese líquido que en vez de limpiar ensucia; o con infecciones estomacales por lavar sus platos, vasos, tenedores y demás utensilios de cocina con ese fluido.

Así se pueden enumerar problemas y más problemas, tales como obras que dejaron inconclusas los presidentes municipales que recién dejaron el cargo; deudas con CFE, con proveedores, laudos (y los actuales viene a correr más gente para colocar a los suyos en una plaza laboral), presupuesto amputado que no les alcanzará a muchos para pagar aguinaldos. La gente rumora ¿será que volverán a quedar impunes todos los delitos que se le puedan imputar a los nuevos ricos de Tabasco? ¿Será que la cuarta transformación en realidad acabará con la corrupción o sugiere impunidad con el argumento de la reconciliación?