/ martes 21 de mayo de 2019

Gestión sustentable del agua

El 40% de la población mundial vive en cuencas hidrográficas bajo estrés hídrico, que significa que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible.

El déficit y crisis hídrica es una problemática ambiental grave, la demanda del agua se incrementará en un 55% para el 2050, amenazando a sistemas biológicos y ecosistemas del planeta. La sobreexplotación y contaminación de acuíferos a nivel mundial plantea retos importantes a la seguridad alimentaria, a ecosistemas y al suministro de agua potable. Para el 2050 se espera que 240 millones de personas sigan sin acceso al agua potable y 1400 millones sin acceso al saneamiento.

En México, la infraestructura hidráulica está envejeciendo, la tecnología es obsoleta y los organismos operadores del agua no están equipados para atender la creciente demanda, los desafíos ambientales y los desastres ocasionados por el agua. En el país se requiere una inversión de 6,7 billones de dólares tan solo hasta el año 2050, para renovar y modernizar la infraestructura de suministro de agua y saneamiento.

El Valle de México representa el mayor reto de la gestión del agua y servicios hídricos en el país, al ser la zona con mayor densidad poblacional. El sureste mexicano cuenta con el 69 por ciento de la disponibilidad natural media de este recurso pero solo habita el 23 por ciento de la población y aporta el 13 por ciento del PIB.

En Tabasco de una población total de 2 millones 293 mil 867 habitantes, 394 mil 289 (17.4%) carece de agua potable y 98 mil 386 habitantes (4.3%) carecen de alcantarillado. Hay un 82.6% de cobertura en la entidad pero consumimos 13,097 m3 de agua por habitante al año, muy por encima del promedio nacional que es de 4,312 m3 por habitante anual. El costo promedio por m3 es de 8 pesos y pagamos 1.20 pesos y según datos oficiales hay un 25% de usuarios morosos que no pagan por el servicio de agua potable.

Las características geográficas de Tabasco, lo hacen un estado altamente vulnerable a los efectos adversos del cambio climático. La estacionalidad de las lluvias es cada vez más notoria, periodos largos de baja precipitación y periodos de lluvias torrenciales en periodos cortos. Ríos azolvados que en corto periodo se desbordan y tardan muchos días en retomar su cauce, manteniendo tierras inundadas. Hay que conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales naturales como el agua, pues Tabasco tiene la peor economía del país y solo aporta el 2.3 por ciento al PIB nacional.

Tabasco requiere tarifas diferenciadas y progresivas en relación al consumo de agua, pero sobre todo, se requiere una nueva cultura de su uso y cuidado. El agua es detonante del desarrollo, los gobiernos, los ciudadanos y los sectores económicos deben concientizarse y compartir la responsabilidad de su cuidado y consumo, o estaremos en la antesala de severos desequilibrios en el acceso al vital líquido.

Hay que tomar medidas para garantizar el derecho al agua, su preservación, restauración y viabilidad de su ciclo. Hay que renovar la infraestructura hidráulica, trabajar en la captación y uso de aguas pluviales, y en el saneamiento de aguas residuales o afrontaremos en pocos años su escasez. No importa que no pensemos todos igual, lo que importa es que pensemos todos juntos para poder hacer frente a los desafíos actuales y futuros que plantea el problema del agua.

El 40% de la población mundial vive en cuencas hidrográficas bajo estrés hídrico, que significa que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible.

El déficit y crisis hídrica es una problemática ambiental grave, la demanda del agua se incrementará en un 55% para el 2050, amenazando a sistemas biológicos y ecosistemas del planeta. La sobreexplotación y contaminación de acuíferos a nivel mundial plantea retos importantes a la seguridad alimentaria, a ecosistemas y al suministro de agua potable. Para el 2050 se espera que 240 millones de personas sigan sin acceso al agua potable y 1400 millones sin acceso al saneamiento.

En México, la infraestructura hidráulica está envejeciendo, la tecnología es obsoleta y los organismos operadores del agua no están equipados para atender la creciente demanda, los desafíos ambientales y los desastres ocasionados por el agua. En el país se requiere una inversión de 6,7 billones de dólares tan solo hasta el año 2050, para renovar y modernizar la infraestructura de suministro de agua y saneamiento.

El Valle de México representa el mayor reto de la gestión del agua y servicios hídricos en el país, al ser la zona con mayor densidad poblacional. El sureste mexicano cuenta con el 69 por ciento de la disponibilidad natural media de este recurso pero solo habita el 23 por ciento de la población y aporta el 13 por ciento del PIB.

En Tabasco de una población total de 2 millones 293 mil 867 habitantes, 394 mil 289 (17.4%) carece de agua potable y 98 mil 386 habitantes (4.3%) carecen de alcantarillado. Hay un 82.6% de cobertura en la entidad pero consumimos 13,097 m3 de agua por habitante al año, muy por encima del promedio nacional que es de 4,312 m3 por habitante anual. El costo promedio por m3 es de 8 pesos y pagamos 1.20 pesos y según datos oficiales hay un 25% de usuarios morosos que no pagan por el servicio de agua potable.

Las características geográficas de Tabasco, lo hacen un estado altamente vulnerable a los efectos adversos del cambio climático. La estacionalidad de las lluvias es cada vez más notoria, periodos largos de baja precipitación y periodos de lluvias torrenciales en periodos cortos. Ríos azolvados que en corto periodo se desbordan y tardan muchos días en retomar su cauce, manteniendo tierras inundadas. Hay que conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales naturales como el agua, pues Tabasco tiene la peor economía del país y solo aporta el 2.3 por ciento al PIB nacional.

Tabasco requiere tarifas diferenciadas y progresivas en relación al consumo de agua, pero sobre todo, se requiere una nueva cultura de su uso y cuidado. El agua es detonante del desarrollo, los gobiernos, los ciudadanos y los sectores económicos deben concientizarse y compartir la responsabilidad de su cuidado y consumo, o estaremos en la antesala de severos desequilibrios en el acceso al vital líquido.

Hay que tomar medidas para garantizar el derecho al agua, su preservación, restauración y viabilidad de su ciclo. Hay que renovar la infraestructura hidráulica, trabajar en la captación y uso de aguas pluviales, y en el saneamiento de aguas residuales o afrontaremos en pocos años su escasez. No importa que no pensemos todos igual, lo que importa es que pensemos todos juntos para poder hacer frente a los desafíos actuales y futuros que plantea el problema del agua.