/ viernes 1 de febrero de 2019

Fracasó en el pasado sexenio

Si el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SPC), Jorge Alberto Aguirre Carbajal, se somete hoy a un plebiscito o referéndum con toda certeza sale reprobado.

A cómo está su imagen no gana, ni una consulta. No aprueba.

La percepción que tiene la gran mayoría de los ciudadanos o, mejor dicho, la población, es adversa, contraria, negativa.

Los resultados en los dos años y pico de días que estuvo al frente de la secretaría de Seguridad Pública del gobierno “núñista” son grises.

Y si bien es cierto, que ha obtenido algunos logros en la materia (que, por cierto, no ha sabido comunicar con tino), tal y como lo aseguró anteayer en una entrevista radiofónica, desafortunadamente son más sus desaciertos que sus aciertos.

Esta es una de las causas sustanciales que provocaron que el grueso de la clase política se haya sorprendido de que el gobernador Adán Augusto López Hernández no lo haya relevado de inmediato del mando policiaco, como sí sucedió con los otros titulares de la Fiscalía y del TSJ.

No sé si por falta de apoyo económico u otra cuestión, el caso es que en el gobierno anterior fracasó, y de manera rotunda, contundente.

La delincuencia en todas sus vertientes lo rebasó, lo superó. No pudo con el paquete. Y los datos duro ahí están. Son desastrosos.

Y no fue el único que falló en este rubro, ya que lo mismo sucedió con Audomaro Martínez Zapata, Sergio Ricardo Martínez Luis y Miguel Ángel Matamoros Camacho.

Por X o Y, también fallaron, fracasaron.

Lo mismito ocurrió en Salud y Educación. Ninguno de los relevos fue competente. En cada uno de los cambios: “resultó peor el remedio que la enfermedad”.

Las consecuencias de estas erróneas (horrores) decisiones gubernamentales las seguimos pagando todos, y con creces.

Si alguien en el gobierno de Adán Augusto López Hernández está obligado a entregar buenas cuentas en lo inmediato es Jorge Alberto Aguirre Carbajal, pues a diferencia, como apunté en la entrega pasada, de sus demás pares, él ya lleva un buen tiempo en la encomienda.

Insisto, no tiene pretextos ni excusas ni argumentos válidos ni nada que se le parezca, para que vuelva a fallar, como lo hizo en el desgobierno de Núñez Jiménez.

Si no cuenta con el apoyo y respaldo institucional que no tuvo -según él- en el pasado sexenio…que renuncie, y sanseacabó.

“Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo”, como dice el refrán.

Sería más digno, que andar echando las culpas a otros.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si lo que dijo en un programa de radio el titular del ISSET, Fernando Enrique Mayans Canabal, es cierto, aunque sea una décima parte de lo declarado, Teresa Cabrales Vásquez e Hilda Santos Padrón tienen para no dormir en los siguientes meses.

A las dos se le fue derechito a la yugular.

Si no es así, el que va a estar en serios problemas es el galeno.

Está obligado a comprobar ante las autoridades de la Fiscalía cada una de las graves acusaciones que vertió.

No solo en contra de ellas, sino también de los que no mencionó por su nombre, pero que sí fueron aludidos, como es el caso obvio de Agapito Domínguez Lacroix.

Oiga usted, es que no dejo títere con cabeza.

Ni los ex diputados de la fracción parlamentaria del PRD se salvaron, y en especial a su entonces ex “líder” y ex presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Neyda Beatriz García Martínez (es claro qué para ella, fue el mensaje.

Más que evidente que el doctor todavía no digiere que no le hayan dado la candidatura del perredé a la gubernatura.

No lo pudo ocultar.

Qué bueno que, por fin, sacó todo el stress que traía acumulado -bendito sea Dios- desde diciembre de 2017, pues corría el inminente riesgo de enfermarse.

Si el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SPC), Jorge Alberto Aguirre Carbajal, se somete hoy a un plebiscito o referéndum con toda certeza sale reprobado.

A cómo está su imagen no gana, ni una consulta. No aprueba.

La percepción que tiene la gran mayoría de los ciudadanos o, mejor dicho, la población, es adversa, contraria, negativa.

Los resultados en los dos años y pico de días que estuvo al frente de la secretaría de Seguridad Pública del gobierno “núñista” son grises.

Y si bien es cierto, que ha obtenido algunos logros en la materia (que, por cierto, no ha sabido comunicar con tino), tal y como lo aseguró anteayer en una entrevista radiofónica, desafortunadamente son más sus desaciertos que sus aciertos.

Esta es una de las causas sustanciales que provocaron que el grueso de la clase política se haya sorprendido de que el gobernador Adán Augusto López Hernández no lo haya relevado de inmediato del mando policiaco, como sí sucedió con los otros titulares de la Fiscalía y del TSJ.

No sé si por falta de apoyo económico u otra cuestión, el caso es que en el gobierno anterior fracasó, y de manera rotunda, contundente.

La delincuencia en todas sus vertientes lo rebasó, lo superó. No pudo con el paquete. Y los datos duro ahí están. Son desastrosos.

Y no fue el único que falló en este rubro, ya que lo mismo sucedió con Audomaro Martínez Zapata, Sergio Ricardo Martínez Luis y Miguel Ángel Matamoros Camacho.

Por X o Y, también fallaron, fracasaron.

Lo mismito ocurrió en Salud y Educación. Ninguno de los relevos fue competente. En cada uno de los cambios: “resultó peor el remedio que la enfermedad”.

Las consecuencias de estas erróneas (horrores) decisiones gubernamentales las seguimos pagando todos, y con creces.

Si alguien en el gobierno de Adán Augusto López Hernández está obligado a entregar buenas cuentas en lo inmediato es Jorge Alberto Aguirre Carbajal, pues a diferencia, como apunté en la entrega pasada, de sus demás pares, él ya lleva un buen tiempo en la encomienda.

Insisto, no tiene pretextos ni excusas ni argumentos válidos ni nada que se le parezca, para que vuelva a fallar, como lo hizo en el desgobierno de Núñez Jiménez.

Si no cuenta con el apoyo y respaldo institucional que no tuvo -según él- en el pasado sexenio…que renuncie, y sanseacabó.

“Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo”, como dice el refrán.

Sería más digno, que andar echando las culpas a otros.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Si lo que dijo en un programa de radio el titular del ISSET, Fernando Enrique Mayans Canabal, es cierto, aunque sea una décima parte de lo declarado, Teresa Cabrales Vásquez e Hilda Santos Padrón tienen para no dormir en los siguientes meses.

A las dos se le fue derechito a la yugular.

Si no es así, el que va a estar en serios problemas es el galeno.

Está obligado a comprobar ante las autoridades de la Fiscalía cada una de las graves acusaciones que vertió.

No solo en contra de ellas, sino también de los que no mencionó por su nombre, pero que sí fueron aludidos, como es el caso obvio de Agapito Domínguez Lacroix.

Oiga usted, es que no dejo títere con cabeza.

Ni los ex diputados de la fracción parlamentaria del PRD se salvaron, y en especial a su entonces ex “líder” y ex presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Neyda Beatriz García Martínez (es claro qué para ella, fue el mensaje.

Más que evidente que el doctor todavía no digiere que no le hayan dado la candidatura del perredé a la gubernatura.

No lo pudo ocultar.

Qué bueno que, por fin, sacó todo el stress que traía acumulado -bendito sea Dios- desde diciembre de 2017, pues corría el inminente riesgo de enfermarse.