/ viernes 30 de agosto de 2019

Escenario complejo

Los números que obtuvo el PRD, tras 120 días de afiliación, a todo lo largo y ancho de la geografía tabasqueña, no son nada halagüeños, para las elecciones intermedias de 2021.

 Las causas del resultado magro son de diversa índole, tres son los factores torales que ocasionaron, que no pudieran llegar, ni a los 50 mil afiliados.

El principal de ello, es atribuible al catastrófico y desastroso ex gobierno de Arturo Núñez Jiménez, que dejo al Estado de Tabasco, literalmente, quebrado.

La otra cuestión es que los tabasqueños, y avecindados aquí, tuvieron miedo de declararse perredista, pues corren el inminente riesgo de ser borrados de los programas federal, estatal y municipal de las autoridades de Morena.

Por último, el pleito interno que protagonizan por el control del partido negro y amarillo, el senador Juan Manuel Fócil Pérez, el ex candidato al gobierno, Gerardo Gaudiano Rovirosa y los diputados: Elsy Lidia Izquierdo y Agustín Silva Vidal.

Los gruesos de los afiliados son dirigentes, miembros y simpatizantes de la corriente “focilista” y “gaudianista”. Entre ellos dos: suman más de 40 mil registros, aunque el ex legislador federal quedó arriba por más de mil 500 afiliaciones.

El restante se lo reparten, Lidia Izquierdo y Silva Vidal.

Lo que nos lleva a afirmar, que, si el perredé continúa de las greñas como hasta ahora, no va a ser un partido competitivo para el próximo proceso político-electoral.

Si Juan Manuel Fócil Pérez y Gerardo Gaudiano Rovirosa no se ponen de acuerdo, como las otras cabezas, ahora que se aproxima el cambio de la dirigencia que “tras bambalinas” preside Darwin González Ballina, sus posibilidades de reposicionarse en las urnas van prácticamente a desaparecer.

Sobre todo, si el ex diputado federal y el ex alcalde de Centro no logran limar sus diferencias políticas, que, con el tiempo, se han ahondado, agravado.

Si bien es cierto, que Andrés Manuel López Obrador, ya no va a estar en las boletas y de que el gobierno de Adán Augusto López Hernández está política y socialmente desgastándose más rápido de lo que esperaban sus adversarios, con los recursos que tienen les alcanza para volver a ganar la mayoría de las diputaciones federal y estatal y las alcaldías.

El PRD, no solo tiene que arreglar sus broncas internas, como también los demás partidos políticos opositores a Morena, sino que tienen que actualizar sus estratagemas políticas y sociales, de lo contrario, van irremediablemente al precipicio, tal y como sucedió en julio de 2018.

En el que fueron borrados.

¡No tienen otro camino, y mientas más pronto: mejor!

¡No habrá mañana!

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

A pesar de que uno y otro se conocen a fondo, por los años que llevan en la lucha política, el director General de Pemex, Octavio Romero Oropeza, calculó mal.

El golpe falló, y fortaleció en todos los planos al gobernador Adán Augusto López Hernández, quien aprovechó magníficamente la ocasión, para quedar muy bien ante sus gobernados.

Nunca se imaginó que el astuto mandatario hiciera pública sus desacuerdos por el maltrato de la empresa a la entidad.

Diferencias añejas que se acentuaron cuando el famoso “Jodi” maniobró para arrebatarle la candidatura virtual de Centro a López Hernández.

“Palo dado ni Dios lo quita”, dice el refrán.

Viernes y fin de semana, y, por ende, peligrosísimo.

Los números que obtuvo el PRD, tras 120 días de afiliación, a todo lo largo y ancho de la geografía tabasqueña, no son nada halagüeños, para las elecciones intermedias de 2021.

 Las causas del resultado magro son de diversa índole, tres son los factores torales que ocasionaron, que no pudieran llegar, ni a los 50 mil afiliados.

El principal de ello, es atribuible al catastrófico y desastroso ex gobierno de Arturo Núñez Jiménez, que dejo al Estado de Tabasco, literalmente, quebrado.

La otra cuestión es que los tabasqueños, y avecindados aquí, tuvieron miedo de declararse perredista, pues corren el inminente riesgo de ser borrados de los programas federal, estatal y municipal de las autoridades de Morena.

Por último, el pleito interno que protagonizan por el control del partido negro y amarillo, el senador Juan Manuel Fócil Pérez, el ex candidato al gobierno, Gerardo Gaudiano Rovirosa y los diputados: Elsy Lidia Izquierdo y Agustín Silva Vidal.

Los gruesos de los afiliados son dirigentes, miembros y simpatizantes de la corriente “focilista” y “gaudianista”. Entre ellos dos: suman más de 40 mil registros, aunque el ex legislador federal quedó arriba por más de mil 500 afiliaciones.

El restante se lo reparten, Lidia Izquierdo y Silva Vidal.

Lo que nos lleva a afirmar, que, si el perredé continúa de las greñas como hasta ahora, no va a ser un partido competitivo para el próximo proceso político-electoral.

Si Juan Manuel Fócil Pérez y Gerardo Gaudiano Rovirosa no se ponen de acuerdo, como las otras cabezas, ahora que se aproxima el cambio de la dirigencia que “tras bambalinas” preside Darwin González Ballina, sus posibilidades de reposicionarse en las urnas van prácticamente a desaparecer.

Sobre todo, si el ex diputado federal y el ex alcalde de Centro no logran limar sus diferencias políticas, que, con el tiempo, se han ahondado, agravado.

Si bien es cierto, que Andrés Manuel López Obrador, ya no va a estar en las boletas y de que el gobierno de Adán Augusto López Hernández está política y socialmente desgastándose más rápido de lo que esperaban sus adversarios, con los recursos que tienen les alcanza para volver a ganar la mayoría de las diputaciones federal y estatal y las alcaldías.

El PRD, no solo tiene que arreglar sus broncas internas, como también los demás partidos políticos opositores a Morena, sino que tienen que actualizar sus estratagemas políticas y sociales, de lo contrario, van irremediablemente al precipicio, tal y como sucedió en julio de 2018.

En el que fueron borrados.

¡No tienen otro camino, y mientas más pronto: mejor!

¡No habrá mañana!

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

A pesar de que uno y otro se conocen a fondo, por los años que llevan en la lucha política, el director General de Pemex, Octavio Romero Oropeza, calculó mal.

El golpe falló, y fortaleció en todos los planos al gobernador Adán Augusto López Hernández, quien aprovechó magníficamente la ocasión, para quedar muy bien ante sus gobernados.

Nunca se imaginó que el astuto mandatario hiciera pública sus desacuerdos por el maltrato de la empresa a la entidad.

Diferencias añejas que se acentuaron cuando el famoso “Jodi” maniobró para arrebatarle la candidatura virtual de Centro a López Hernández.

“Palo dado ni Dios lo quita”, dice el refrán.

Viernes y fin de semana, y, por ende, peligrosísimo.