Uno de los nombramientos mejor recibidos en el sector educativo del recién formado gabinete estatal es el del Ingeniero Erasmo Martínez Rodríguez, actual Director General del Colegio de Bachilleres, quién por mucho tiempo fue el apaga-fuegos estrella en el sistema tecnológico nacional. Conflicto que había que resolver, iba y resolvía el conciliador personaje.
Erasmo Martínez Rodríguez nació, en el hogar, el 2 de junio de 1952 en Zaachila, Oaxaca; en plena zona zapoteca. Hijo de Don Hermes Martínez García y de Doña Ada Micaela Rodríguez de Martínez. Hermano de Fidel, Carmen, Estela, Germán y Jesús.
Casado con la Mtra. Rosa Patraca Vargas. Padres de Emmanuel, Rosa Isela, y, Erasmo.
Sus estudios básicos los realizó en su comunidad natal; los de Secundaria en la ciudad de Oaxaca, a una distancia de aproximadamente 18 kilómetros de su casa, mismos que recorría en bicicleta diariamente, de ida y vuelta, para acudir a su escuela. Posteriormente estudió el siguiente nivel escolar, en la Vocacional.
De ahí, cursó la carrera de Ingeniería Industrial en Electricidad, en el Instituto Tecnológico de Oaxaca
Posee la Maestría en Ciencias de la Educación, Especialidad en Administración e Investigación de la Educación Superior, cursada en la Universidad del Valle de México, Campus Villahermosa. Graduándose con Mención Honorífica.
Igualmente cursó los siguientes estudios: Diplomado “Estrategias Globales de Excelencia, Valor y Desempeño Óptimo”. Universidad de San Diego. California, USA (1999). Diplomado “Fundamentos para la Prosperidad en Tercer Milenio”. Universidad de San Diego. California, USA (1998).
Del mismo modo, el Diplomado “La Nueva Economía de Competencia y Cooperación”. Universidad de California (1998); y, el Diplomado “Estrategias para la Competitividad Global”. Universidad Estatal de San Diego, California (1996).
Dentro de sus actividades laborales, sobresalen:
Director del Centro de Innovación e Incubación del Instituto Tecnológico de Villahermosa (2011). Profesor Titular “C” del Instituto Tecnológico de Cancún. (2010-2011).
Director de Institutos Tecnológicos Descentralizados. DGEST. México, DF. (2008-2010). Director del Instituto Tecnológico de Cancún. (2006-2008).
Profesor Titular “C” en el Instituto Tecnológico de Villahermosa. (2002-2006). Secretario de Educación. Gobierno del Estado de Tabasco. (2001).
Director General de Colegio de Bachilleres. Gobierno del Estado de Tabasco. (1996-2001). Director del Instituto Tecnológico de Villahermosa. (1991-1995).
Director del Instituto Tecnológico de Acapulco. (1986-1991). Director del Instituto Tecnológico de Tehuacán. (1984-1986).
Subdirector del Instituto Tecnológico de Tuxtepec. (1982-1984). Subdirector Administrativo del Instituto Tecnológico de Aguascalientes. (1981-1982).
Subdirector Administrativo del Instituto Tecnológico de Minatitlán. (1979-1981). Profesor de Asignatura en el área de Electromecánica. Instituto Tecnológico de Minatitlán. (1975-1979).
Martínez Rodríguez, es un hogareño esposo y padre simpático; quien comparte las labores del hogar y lo mismo cocina, que atendía de pequeños a sus hijos, incluyendo hacerle las trenzas a su preferida. Le pone el toque estético y glamoroso al entorno familiar. Gusta del cine, las plantas, la música, la lectura. Se le dan perfectamente las matemáticas. Se aleja de los excesos y cuida metódicamente su alimentación y sus hábitos. Camina diariamente y desde niño procura el ejercicio, ya sea nadando en el rio de su comunidad en compañía de su abuelo Hipólito, que circulando en bicicleta o practicando el volibol.
Aunque su debilidad por las naranjas es inmensa, sólo las come, ante una buena compañía, con quien comparte, una de las mitades, para evitar la gula. Fue un estudioso católico, inculcado por la perseverancia religiosa de sus progenitores. Como buen acólito, conoce a detalle la liturgia y el calendario católico.
Es tan ordenado y metódico que diariamente mantiene su rutina y horarios, de caminar, desayunar, comer y dormir. Nunca se desvela. En su trato diario, procura que la gente se vaya más contenta de los que las encontró. También, con sólo ver a una persona puede crear, como ejercicio literario, una historia ficticia de ella. Sus alumnos se admiraban porque daba sus clases de memoria, de manera ágil y solo con la compañía de un gis en su bolsillo. Ahora le toca desenredar el entuerto administrativo, financiero y jurídico que le dejaron.
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