/ lunes 27 de abril de 2020

Entorno | Y en tiempos del COVID-19 ¿Dónde comerán los niños?

La crisis que envuelve a todo el mundo, al país y por supuesto a Tabasco plantea retos que enfrentar para el que se deben de ofrecer soluciones, en el caso de la entidad el decrecimiento que se arrastra luego de la contingencia por inundaciones en 2007, la caída en los precios internacionales del petróleo a partir del 2008 y ahora la emergencia sanitaria ensanchará más la banda de pobreza extrema y pobreza para más de la mitad de la población de Tabasco.

Y en medio de esa crisis están miles de niños tabasqueños que viven en condiciones muy adversas, y justo cuando había una solución para atenuar su realidad, ocurrió lo peor. En retrospectiva:

El pasado 11 de marzo, el gobernador Adán Augusto López Hernández cubrió una gira de trabajo por comunidades del municipio de Cunduacán, uno de los puntos importantes probablemente el más emotivo fue el celebrado en una escuela primaria de la ranchería la Piedra, al entrar al recinto, lo primero que hizo fuera de protocolo fue dirigirse a la cocina escolar para mostrar a la alcadesa, un secretario y a reporteros, los paquetes al alto vacío de carne de pollo y cerdo, así como de verduras y legumbres, además de leche con lo que se inició una nueva forma de nutrición para niños y que repercutiría en su rendimiento escolar al igual que en su crecimiento, en su discurso abundó:

“Aquí en Cunduacán, es uno de los ocho municipios donde ya los desayunos escolares son verdaderamente nutritivos, lo que se daba en los desayunos hasta el año 2018 eran, un día, sopa de pasta, al segundo día, arroz y si estoy mintiendo, que me lo digan los niños, el tercer día sopa de pasta con arroz, el cuarto lenteja o frijol y el quinto día, arroz con pasta y frijol o lo que sobraba de los anteriores, la leche no lo era, era agua media blanca con sabor a leche”. Los niños se ríen en sus asientos y asienten, mientras la mayoría de los adultos parecen distraídos mirando sus teléfonos.

Ese discurso lo terminó presumiendo que Tabasco es el tercer estado del país donde se sirven desayunos calientes, casi 2.6 millones de raciones al mes en 2 mil 700 escuelas. Hasta ahí.

Y el COVID-19

Una semana después de ese anuncio y la promesa de que ese beneficio se extendería a los 17 municipios quedó cancelado por la suspensión de clases en todo el estado derivado de la contingencia sanitaria.

Lo realmente grave aquí, de acuerdo a los testimonios de los propios niños hacia sus maestros es que para algunos –un número importante- esa comida escolar es la más completa que reciben en el día debido a las condiciones de pobreza que enfrentan muchas familias por el desempleo que es muy marcado fuera de Villahermosa, lo que complica que tengan una ración de comida caliente e incluso nutritiva en su mesa.

Esa carencia repercute de igual forma en el rendimiento escolar y por supuesto en la familia misma.

Ojalá y en el actual esquema de asistencia social, se encuentre algún mecanismo para esos miles de niños que además del temor del contagio de un virus enfrentan también una realidad cotidiana: el hambre.

CONTORNO

En la lucha contra el COVID hacen falta expertos y no políticos

Hace un par de años se registró una polémica por las declaraciones de un ex funcionario público municipal aquí en la entidad quien denunció que se expendía carne “caliente” producto de matanzas clandestinas y la ausencia de controles sanitarios estrictos que imposibilita un control de la inocuidad del alimento que se sirve en las mesas de los tabasqueños, que tienen acceso a esos productos.

Por supuesto que el mayor riesgo de eso es que muchas de esas familias han estado (y siguen) expuestas a contraer una enfermedad o una bacteria por consumir carne probablemente contaminada.

Esa advertencia en lugar de enfrentarla fue minimizada y seguimos igual o peor, con la entrada de ganado procedente de Centroamérica donde aún existen enfermedades que aquí ya fueron erradicadas.

En Alemania, uno de los países que mejores resultados tiene contra el COVID –por su alto número de pruebas y reducido número de muertos- que contrastan con España o Italia que presumían de tener los mejores sistemas de salud del mundo, el responsable de esa estrategia en el país teutón es Lothar Wieler quien también preside el prestigiado Instituto de Virología Robert Koch y su formación profesional es de Médico Veterinario.

En el país, mientras todos los días repiten las mismas recomendaciones, esperando una vacuna o una cura que seguramente vendrá del exterior y se ha dejado a un lado a científicos que dedicaron gran parte de su vida a estudiar, para darle paso a individuos que solo acaparan los reflectores mediáticos y que tienen embelesada a una buena parte de la población.

Tabasco tiene una de las más altas tasas de letalidad por el COVID-19 en el país una posible respuesta a nuestras deficiencias inmunitarias podría ser lo que comemos y lo que tomamos, incluido, el delicioso pozol.

La crisis que envuelve a todo el mundo, al país y por supuesto a Tabasco plantea retos que enfrentar para el que se deben de ofrecer soluciones, en el caso de la entidad el decrecimiento que se arrastra luego de la contingencia por inundaciones en 2007, la caída en los precios internacionales del petróleo a partir del 2008 y ahora la emergencia sanitaria ensanchará más la banda de pobreza extrema y pobreza para más de la mitad de la población de Tabasco.

Y en medio de esa crisis están miles de niños tabasqueños que viven en condiciones muy adversas, y justo cuando había una solución para atenuar su realidad, ocurrió lo peor. En retrospectiva:

El pasado 11 de marzo, el gobernador Adán Augusto López Hernández cubrió una gira de trabajo por comunidades del municipio de Cunduacán, uno de los puntos importantes probablemente el más emotivo fue el celebrado en una escuela primaria de la ranchería la Piedra, al entrar al recinto, lo primero que hizo fuera de protocolo fue dirigirse a la cocina escolar para mostrar a la alcadesa, un secretario y a reporteros, los paquetes al alto vacío de carne de pollo y cerdo, así como de verduras y legumbres, además de leche con lo que se inició una nueva forma de nutrición para niños y que repercutiría en su rendimiento escolar al igual que en su crecimiento, en su discurso abundó:

“Aquí en Cunduacán, es uno de los ocho municipios donde ya los desayunos escolares son verdaderamente nutritivos, lo que se daba en los desayunos hasta el año 2018 eran, un día, sopa de pasta, al segundo día, arroz y si estoy mintiendo, que me lo digan los niños, el tercer día sopa de pasta con arroz, el cuarto lenteja o frijol y el quinto día, arroz con pasta y frijol o lo que sobraba de los anteriores, la leche no lo era, era agua media blanca con sabor a leche”. Los niños se ríen en sus asientos y asienten, mientras la mayoría de los adultos parecen distraídos mirando sus teléfonos.

Ese discurso lo terminó presumiendo que Tabasco es el tercer estado del país donde se sirven desayunos calientes, casi 2.6 millones de raciones al mes en 2 mil 700 escuelas. Hasta ahí.

Y el COVID-19

Una semana después de ese anuncio y la promesa de que ese beneficio se extendería a los 17 municipios quedó cancelado por la suspensión de clases en todo el estado derivado de la contingencia sanitaria.

Lo realmente grave aquí, de acuerdo a los testimonios de los propios niños hacia sus maestros es que para algunos –un número importante- esa comida escolar es la más completa que reciben en el día debido a las condiciones de pobreza que enfrentan muchas familias por el desempleo que es muy marcado fuera de Villahermosa, lo que complica que tengan una ración de comida caliente e incluso nutritiva en su mesa.

Esa carencia repercute de igual forma en el rendimiento escolar y por supuesto en la familia misma.

Ojalá y en el actual esquema de asistencia social, se encuentre algún mecanismo para esos miles de niños que además del temor del contagio de un virus enfrentan también una realidad cotidiana: el hambre.

CONTORNO

En la lucha contra el COVID hacen falta expertos y no políticos

Hace un par de años se registró una polémica por las declaraciones de un ex funcionario público municipal aquí en la entidad quien denunció que se expendía carne “caliente” producto de matanzas clandestinas y la ausencia de controles sanitarios estrictos que imposibilita un control de la inocuidad del alimento que se sirve en las mesas de los tabasqueños, que tienen acceso a esos productos.

Por supuesto que el mayor riesgo de eso es que muchas de esas familias han estado (y siguen) expuestas a contraer una enfermedad o una bacteria por consumir carne probablemente contaminada.

Esa advertencia en lugar de enfrentarla fue minimizada y seguimos igual o peor, con la entrada de ganado procedente de Centroamérica donde aún existen enfermedades que aquí ya fueron erradicadas.

En Alemania, uno de los países que mejores resultados tiene contra el COVID –por su alto número de pruebas y reducido número de muertos- que contrastan con España o Italia que presumían de tener los mejores sistemas de salud del mundo, el responsable de esa estrategia en el país teutón es Lothar Wieler quien también preside el prestigiado Instituto de Virología Robert Koch y su formación profesional es de Médico Veterinario.

En el país, mientras todos los días repiten las mismas recomendaciones, esperando una vacuna o una cura que seguramente vendrá del exterior y se ha dejado a un lado a científicos que dedicaron gran parte de su vida a estudiar, para darle paso a individuos que solo acaparan los reflectores mediáticos y que tienen embelesada a una buena parte de la población.

Tabasco tiene una de las más altas tasas de letalidad por el COVID-19 en el país una posible respuesta a nuestras deficiencias inmunitarias podría ser lo que comemos y lo que tomamos, incluido, el delicioso pozol.