/ lunes 27 de julio de 2020

Entorno | Un Psiquiatra para Tabasco

“La mente inconsciente del hombre ve correctamente incluso cuando la razón consciente es ciega e impotente” Carl Gustav Jung, Psicólogo y Psiquiatra.

“El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal” Aristóteles.

Mea culpa: también soy mortal y siento miedo.

Pare de sufrir.

El pasado 5 de junio se consignaron aquí una serie de testimonios médicos, ciudadanos y de observación personal sobre la crisis de estrés, ansiedad y miedo que se impone en el mundo, pero, que en un estado como el nuestro es más intenso que el de muchos otros.

Basta recordar las imágenes dantescas en la inundación del 2007, descritas por los propios tabasqueños cuando eran entrevistados por las cadenas internacionales de noticias o las imágenes que se quedaron grabadas en el inconsciente colectivo de personas que parecían estar en una especie de máxima aflicción.

Y así ahora con la Pandemia del Covid-19 en Tabasco con 19 mil 335 casos confirmados y la muerte de mil 817 personas hasta el sábado 25 de julio aumenta la crisis de miedo.

Aunado a ello, la irresponsabilidad de funcionarios en este país quienes seis meses después de iniciada esta crisis sanitaria continúan insistiendo sobre la casi nula utilidad del uso de cubre bocas tienen mucha culpa en este desastre –aunque de manera absurda y sin argumentos algunos defienden- cuando casi en todo el mundo social, científica y políticamente está aceptado que actualmente es quizá la mayor y mejor defensa para evitar los contagios.

Ejemplos sobre su efectividad sobran, como el de un par de estilistas –ampliamente difundido- en San Luis, Missouri, Estados Unidos, quienes resultaron positivas al Covid-19 en un examen de rutina, lo que llevó a las autoridades de salud a realizar pruebas a un centenar de clientes que ellas habían atendido durante su periodo con el virus activo y ninguno resultó positivo, la explicación era sencilla, todo el tiempo ambas usaron cubre bocas y la medida era igualmente obligatoria para todos sus clientes.

Pero, en Tabasco el tema en cuestión es más que miedo, el pánico que sigue causando estragos en las personas que resultan positivas o que creen tener el virus, cuando esto pase se conocerán historias sobre lo ocurrido aquí, existen casos de personas contagiadas en los hospitales que ante el uso desmedido del oxígeno suplementario –se desesperaron más- porque se hiperventilaron lo que provocó otros problemas, al extremo que algunos de ellos perdieron el conocimiento o pidieron ser intubados. Un escenario terrorífico.

Quizá por ello, más que psicólogos se requieren psiquiatras que podrían inducir un estado diferente al que enfrentan pacientes que no pueden controlarse, es un tema que debería estar sujeto a discusión entre los responsables de la emergencia sanitaria en la entidad.

Basta recordar que en esta cresta nos mantendremos al menos hasta septiembre. Ojalá y se equivoquen los que en base a cálculos sostienen ese pronóstico.

CONTORNO

Catarsis tabasqueña con…Gatell

Cada quien es libre de hacer lo que quiera con su vida, es su decisión, pero no debe serlo cuando se tiene la responsabilidad de salvar otras vidas.

El subsecretario de salud, Hugo López Gatell no tuvo precisamente un día de campo en Tabasco, le quedó claro, quienes y como son los tabasqueños, no es lo mismo hablar en televisión nacional todos los días hasta convertirse en una figura mediática que ir a la zona de batalla, los hospitales que atienden pacientes de Covid-19.

En el camino vio y leyó carteles de personas que le reclamaron sobre lo que pasa en Tabasco con la crisis sanitaria, muchos contagios y muertes.

Sin embargo, la nota que se volvió tendencia nacional en Twitter ocurrió cuando visitó el Hospital Juan Graham donde como un artista –que no lo es- accedió a tomarse fotos abrazado de médicos y enfermeras, él, ultra protegido con su cubre bocas N95 y googles reforzados para los ojos.

En otras palabras, el protocolo de la sana distancia quedó en la basura.

Lo más vergonzoso para las trabajadoras de ese nosocomio era que sus protecciones, cubre bocas eran sencillos, mientras –el que no atiende pacientes- López Gatell con las protecciones adecuadas y de última generación que obviamente ellos no tienen.

Ese es el ejemplo…

“La mente inconsciente del hombre ve correctamente incluso cuando la razón consciente es ciega e impotente” Carl Gustav Jung, Psicólogo y Psiquiatra.

“El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal” Aristóteles.

Mea culpa: también soy mortal y siento miedo.

Pare de sufrir.

El pasado 5 de junio se consignaron aquí una serie de testimonios médicos, ciudadanos y de observación personal sobre la crisis de estrés, ansiedad y miedo que se impone en el mundo, pero, que en un estado como el nuestro es más intenso que el de muchos otros.

Basta recordar las imágenes dantescas en la inundación del 2007, descritas por los propios tabasqueños cuando eran entrevistados por las cadenas internacionales de noticias o las imágenes que se quedaron grabadas en el inconsciente colectivo de personas que parecían estar en una especie de máxima aflicción.

Y así ahora con la Pandemia del Covid-19 en Tabasco con 19 mil 335 casos confirmados y la muerte de mil 817 personas hasta el sábado 25 de julio aumenta la crisis de miedo.

Aunado a ello, la irresponsabilidad de funcionarios en este país quienes seis meses después de iniciada esta crisis sanitaria continúan insistiendo sobre la casi nula utilidad del uso de cubre bocas tienen mucha culpa en este desastre –aunque de manera absurda y sin argumentos algunos defienden- cuando casi en todo el mundo social, científica y políticamente está aceptado que actualmente es quizá la mayor y mejor defensa para evitar los contagios.

Ejemplos sobre su efectividad sobran, como el de un par de estilistas –ampliamente difundido- en San Luis, Missouri, Estados Unidos, quienes resultaron positivas al Covid-19 en un examen de rutina, lo que llevó a las autoridades de salud a realizar pruebas a un centenar de clientes que ellas habían atendido durante su periodo con el virus activo y ninguno resultó positivo, la explicación era sencilla, todo el tiempo ambas usaron cubre bocas y la medida era igualmente obligatoria para todos sus clientes.

Pero, en Tabasco el tema en cuestión es más que miedo, el pánico que sigue causando estragos en las personas que resultan positivas o que creen tener el virus, cuando esto pase se conocerán historias sobre lo ocurrido aquí, existen casos de personas contagiadas en los hospitales que ante el uso desmedido del oxígeno suplementario –se desesperaron más- porque se hiperventilaron lo que provocó otros problemas, al extremo que algunos de ellos perdieron el conocimiento o pidieron ser intubados. Un escenario terrorífico.

Quizá por ello, más que psicólogos se requieren psiquiatras que podrían inducir un estado diferente al que enfrentan pacientes que no pueden controlarse, es un tema que debería estar sujeto a discusión entre los responsables de la emergencia sanitaria en la entidad.

Basta recordar que en esta cresta nos mantendremos al menos hasta septiembre. Ojalá y se equivoquen los que en base a cálculos sostienen ese pronóstico.

CONTORNO

Catarsis tabasqueña con…Gatell

Cada quien es libre de hacer lo que quiera con su vida, es su decisión, pero no debe serlo cuando se tiene la responsabilidad de salvar otras vidas.

El subsecretario de salud, Hugo López Gatell no tuvo precisamente un día de campo en Tabasco, le quedó claro, quienes y como son los tabasqueños, no es lo mismo hablar en televisión nacional todos los días hasta convertirse en una figura mediática que ir a la zona de batalla, los hospitales que atienden pacientes de Covid-19.

En el camino vio y leyó carteles de personas que le reclamaron sobre lo que pasa en Tabasco con la crisis sanitaria, muchos contagios y muertes.

Sin embargo, la nota que se volvió tendencia nacional en Twitter ocurrió cuando visitó el Hospital Juan Graham donde como un artista –que no lo es- accedió a tomarse fotos abrazado de médicos y enfermeras, él, ultra protegido con su cubre bocas N95 y googles reforzados para los ojos.

En otras palabras, el protocolo de la sana distancia quedó en la basura.

Lo más vergonzoso para las trabajadoras de ese nosocomio era que sus protecciones, cubre bocas eran sencillos, mientras –el que no atiende pacientes- López Gatell con las protecciones adecuadas y de última generación que obviamente ellos no tienen.

Ese es el ejemplo…