/ viernes 6 de noviembre de 2020

Entorno | Tabasco: entre esperanza y decepción

Desde finales del siglo pasado comenzó a surgir evidencia sustentada científicamente sobre las condiciones climáticas que habrían de impactar al mundo en el comienzo de un nuevo siglo, términos como calentamiento global, aumento del nivel del mar, lluvias atípicas, sequías extremas, inviernos severos y otros escenarios prácticamente ya se registraron en estas primeras dos décadas.

Muchos creyeron –sobre todo los políticos y gobernantes- que esos escenarios dantescos ocurrirían a lo largo de décadas y que probablemente no los afectaría por lo que no se contempló un gran plan que contemplara soluciones a corto, mediano y largo plazo, pero evidentemente no fue así, cada quien pensó en su trienio y en su sexenio sin importar el futuro.

En el caso de Tabasco, las lluvias de diciembre de 2013 batieron los récords históricos de precipitaciones pluviales y esa constante se mantiene, hace un mes volvió a ocurrir lo mismo, lo peor del caso es que gran parte de la infraestructura para enfrentar estos acumulados de agua no ha cambiado de manera significativa.

Es decir, la inversión ha sido nula lo que condena a los tabasqueños a inundarse una y otra vez porque ahora el concentrado de agua es superior a la de años anteriores misma que enfrentan con iguales instrumentos del pasado y cada vez con menos áreas de regulación ante el relleno de vasos reguladores, drenes y cuerpos de agua diversos.

Desde las administraciones de Ernesto Zedillo Ponce de León, (con Fox casi no hubo complicaciones por este tipo de contingencias) Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto además de la actual que encabeza el tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador se hicieron múltiples solicitudes para grandes inversiones en materia de agua potable, infraestructura hidráulica y otras más para proteger y blindar a la entidad ante eventuales desastres naturales en el futuro, de todas, solo Calderón –presionado por la ciudadanía, los gobernantes y acorralado por ser la tierra de su principal rival político- realizó inversiones importantes que todavía son de utilidad.

El murmullo:

No obstante, aunque la administración de López Obrador –está por ajustar su segundo año de seis- todavía no termina, es poco lo que realmente se ha contemplado para Tabasco y hay que decirlo con todas sus letras.

Algunos alcaldes a inicios del año pasado murmuraban que las pocas obras realizadas los últimos meses del 2018 y a inicios del 2019 habían sido producto de los recursos heredados por Peña Nieto.

Y existen otros problemas ¿De que servirá la Refinería de Dos Bocas (la obra cumbre de la actual administración) cuando requiera equipamiento en general si los principales accesos a la entidad están anegados?

En Tabasco no existen hasta ahora las grandes obras de infraestructura que se necesitan por parte del gobierno federal.

El propio presidente dijo ayer que en el pasado, la corrupción política permitió asentamientos irregulares en zonas bajas de Tabasco para viviendas que son los que actualmente enfrentan más problemas de inundaciones, muchos de esos pobladores han sido votantes históricos para la izquierda.

Del pantano al exclusivo Tabasco 2000:

El presidente parece haber olvidado –él siempre evoca a la historia- que, la exclusiva zona de Tabasco 2000 donde él vivió y todavía posee una casa, fue rellenada, para dar paso a residencias y al asentamiento de los más acaudalados de la entidad, es más, detrás de la que fue su vivienda pasa un dren que baja desde la colonia el Espejo y termina en Carrizal.

Incluso Rogelio Jiménez Pons, el actual titular de FONATUR –encargado del otro gran proyecto de este sexenio el Tren Maya a quien ahora acusan de ecocidio, pero esa es otra historia- fue el encargado de desarrollar y rellenar zonas de drenes y pantanos, todavía es posible comprobar esto asomándose por ahí.

Existen hasta fotos de Jiménez Pons recorriendo en embarcaciones el lugar que ahora es –tierra firme- eso también fue corrupción política además de la asignación, por cierto, a quienes actualmente son residentes.

Pero, en el fondo de todo, lo que viene es todavía peor, la solución ya no serán los vales, lo que ahora se necesita es un verdadero plan.


CONTORNO


El cárcamo y el tubo…

El acumulado de lluvias que se registró la semana pasada provocó que en algunas zonas se implementaran medidas –sencillas, hasta rudimentarias pero efectivas- como colocar un gran tubo especial para bombear agua de colonias anegadas y verterlas al río.

Eso se hizo en Bosques de Saloya y lo mismo ahora en la Colonia Gil y Sáenz (entre Pagés Llergo y Mina) que siempre se inunda de manera impresionante porque los cárcamos del área resultan insuficientes.

Aunque usted no lo crea… ¿Y la gran inversión?

javiermarinhdez@hotmail.com

Desde finales del siglo pasado comenzó a surgir evidencia sustentada científicamente sobre las condiciones climáticas que habrían de impactar al mundo en el comienzo de un nuevo siglo, términos como calentamiento global, aumento del nivel del mar, lluvias atípicas, sequías extremas, inviernos severos y otros escenarios prácticamente ya se registraron en estas primeras dos décadas.

Muchos creyeron –sobre todo los políticos y gobernantes- que esos escenarios dantescos ocurrirían a lo largo de décadas y que probablemente no los afectaría por lo que no se contempló un gran plan que contemplara soluciones a corto, mediano y largo plazo, pero evidentemente no fue así, cada quien pensó en su trienio y en su sexenio sin importar el futuro.

En el caso de Tabasco, las lluvias de diciembre de 2013 batieron los récords históricos de precipitaciones pluviales y esa constante se mantiene, hace un mes volvió a ocurrir lo mismo, lo peor del caso es que gran parte de la infraestructura para enfrentar estos acumulados de agua no ha cambiado de manera significativa.

Es decir, la inversión ha sido nula lo que condena a los tabasqueños a inundarse una y otra vez porque ahora el concentrado de agua es superior a la de años anteriores misma que enfrentan con iguales instrumentos del pasado y cada vez con menos áreas de regulación ante el relleno de vasos reguladores, drenes y cuerpos de agua diversos.

Desde las administraciones de Ernesto Zedillo Ponce de León, (con Fox casi no hubo complicaciones por este tipo de contingencias) Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto además de la actual que encabeza el tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador se hicieron múltiples solicitudes para grandes inversiones en materia de agua potable, infraestructura hidráulica y otras más para proteger y blindar a la entidad ante eventuales desastres naturales en el futuro, de todas, solo Calderón –presionado por la ciudadanía, los gobernantes y acorralado por ser la tierra de su principal rival político- realizó inversiones importantes que todavía son de utilidad.

El murmullo:

No obstante, aunque la administración de López Obrador –está por ajustar su segundo año de seis- todavía no termina, es poco lo que realmente se ha contemplado para Tabasco y hay que decirlo con todas sus letras.

Algunos alcaldes a inicios del año pasado murmuraban que las pocas obras realizadas los últimos meses del 2018 y a inicios del 2019 habían sido producto de los recursos heredados por Peña Nieto.

Y existen otros problemas ¿De que servirá la Refinería de Dos Bocas (la obra cumbre de la actual administración) cuando requiera equipamiento en general si los principales accesos a la entidad están anegados?

En Tabasco no existen hasta ahora las grandes obras de infraestructura que se necesitan por parte del gobierno federal.

El propio presidente dijo ayer que en el pasado, la corrupción política permitió asentamientos irregulares en zonas bajas de Tabasco para viviendas que son los que actualmente enfrentan más problemas de inundaciones, muchos de esos pobladores han sido votantes históricos para la izquierda.

Del pantano al exclusivo Tabasco 2000:

El presidente parece haber olvidado –él siempre evoca a la historia- que, la exclusiva zona de Tabasco 2000 donde él vivió y todavía posee una casa, fue rellenada, para dar paso a residencias y al asentamiento de los más acaudalados de la entidad, es más, detrás de la que fue su vivienda pasa un dren que baja desde la colonia el Espejo y termina en Carrizal.

Incluso Rogelio Jiménez Pons, el actual titular de FONATUR –encargado del otro gran proyecto de este sexenio el Tren Maya a quien ahora acusan de ecocidio, pero esa es otra historia- fue el encargado de desarrollar y rellenar zonas de drenes y pantanos, todavía es posible comprobar esto asomándose por ahí.

Existen hasta fotos de Jiménez Pons recorriendo en embarcaciones el lugar que ahora es –tierra firme- eso también fue corrupción política además de la asignación, por cierto, a quienes actualmente son residentes.

Pero, en el fondo de todo, lo que viene es todavía peor, la solución ya no serán los vales, lo que ahora se necesita es un verdadero plan.


CONTORNO


El cárcamo y el tubo…

El acumulado de lluvias que se registró la semana pasada provocó que en algunas zonas se implementaran medidas –sencillas, hasta rudimentarias pero efectivas- como colocar un gran tubo especial para bombear agua de colonias anegadas y verterlas al río.

Eso se hizo en Bosques de Saloya y lo mismo ahora en la Colonia Gil y Sáenz (entre Pagés Llergo y Mina) que siempre se inunda de manera impresionante porque los cárcamos del área resultan insuficientes.

Aunque usted no lo crea… ¿Y la gran inversión?

javiermarinhdez@hotmail.com