Uno de los personajes más representativos de Jalapa, dedicada siempre a la iniciativa privada me definió ayer en una frase su concepción sobre la más reciente inundación que los impactó:
“En mis más de sesenta años que llevo aquí no recuerdo una inundación como esta, el agua que entró a las calles se escuchaba como si fueran rugidos por la corriente que arrastraba, nunca, nunca, ni siquiera en 2007 vi algo así, ahora sí sentí terror”.
Camino a ese municipio, después de la desviación en la carretera a Teapa, los campos verdes ahora son cafés, ni una sola res en todo el trayecto, grandes extensiones aún permanecen con agua y otros con lodo fresco, en muchos lienzos de alambre de púas sobresale el lirio acuático que desprende su hedor a putrefacción, bloques de tierra aparecen repartidos de manera natural en ciertas áreas, restos de árboles, palos, láminas, tejas.
En esos lugares el aluvión aumentó superficies de manera irregular.
Más adelante a lo largo de los 21 kilómetros que conectan al Poblado Francisco J. Santamaría (Cacaos) Jalapa, con Gaviotas norte en Villahermosa se observan más superficies anegadas y lodazales, pero también es evidente que hay más destrucción y caos, la fuerza del río de la Sierra despedazó bloques completos en al menos 4 tramos de una carretera de concreto, varias casas de madera y lámina registraron afectaciones importantes.
En Torno largo, los pobladores parecen menos sorprendidos, pero coinciden en lo fundamental, la atípica fuerza del torrente de agua y la implacable presión del vital líquido y el impacto provocado por el factor gravitacional.
En esa histórica ranchería plasmada en el canto popular de: Mercado de Villahermosa tu boca hermosa/panal de rosa/sabe a conserva de Tornolargo los bloques donde el agua rompió la carretera, solo representan la memoria histórica, es decir, son los mismos sitios, donde ha pasado antes.
En un conocido rancho en los límites de Tornolargo y Gaviotas 100 metros en tierra después del río, las tapias tienen paredes de lirios y muchos restos de palotada, ahí la corriente del río fue impresionante, algunos lugareños les fue descontada por la implacable naturaleza superficie de propiedad, ahora forman parte del lecho del rio que se ensanchó más.
En esa zona rica en ganadería y otros cultivos ahora prima la naturaleza muerta, corre solo por el río la vida del caudal, pero la tierra tardará en recuperarse.
Los ganaderos están desconcertados porque el periodo de inundación se alargó más de lo normal. Los dueños de pequeños hatos (como los que aquí entregó el gobierno federal hace más de un año) tienen que negociar con los que les rentan pastura, la cuenta de la comida diaria de cada animal es incosteable para ellos y ahora tienen que hacer un trueque una o dos reses como pago de alimento.
Los medianos y grandes ganaderos están peor, además de que sus reses pierden mucho peso, el precio por kilogramo prácticamente lo controla una empresa privada nacional (un enorme monopolio que ni siquiera esta administración ha logrado someter) lo que los deja sin margen de maniobra y como única opción vender a poco más de 30 pesos por kilogramo.
Dos ganaderos importantes de la zona de los ríos que enfrentaron la inundación del río Usumacinta –que rompió su récord histórico en su nivel máximo- aceptan, al igual que sus similares de la zona del río de la Sierra que el tiempo está en su contra. Ni la ganadería intensiva es opción con una superficie estatal casi sumergida en el agua.
El caos es por igual para “ricos” y pobres, esos que son la prioridad de la actual administración, contra eso, poco puede hacerse, una lección de la naturaleza y la innegable posibilidad de que en algún momento en pocos o muchos años la tragedia será peor.
CONTORNO
El “mejor” Maestro
Al descuento del Impuesto Sobre la Renta (un gravamen federal) retenido por el Gobierno de Tabasco a trabajadores estatales para trasladarlo a la Secretaría de Hacienda y que provocó una enorme protesta inicialmente por parte del magisterio la tarde noche del pasado miércoles con la amenaza de bloquear entradas y salidas de Villahermosa, misma que se desactivó por la intervención del gobernador, Adán Augusto López Hernández, tiene dos responsables que son funcionarios estatales.
Ese “pequeño descuido” generó expresiones de algunos líderes sindicales como la del ISSET que recordó a su gran maestro “el actual presidente” a quien le van a cerrar calles, bloquear carreteras y le van a tomar si es necesario el Zócalo frente a Palacio Nacional,
Qué necesidad. ¿Y dónde está el responsable de coordinar al gabinete, opera?
javiermarinhdez@hotmail.com
