Al término de la administración de Manuel Andrade Díaz (2006) el monto de la deuda pública del estado no rebasaba los 500 millones de pesos, una gestión inteligente para –reclamar- más excedentes petroleros al gobierno de Vicente Fox no solo le permitió detonar la obra pública y la infraestructura hospitalaria (en ese periodo se concluyó el Hospital Juan Graham, el nuevo Hospital de la Mujer y se dejó un fideicomiso para finiquitar en su totalidad el Hospital de Comalcalco con 100 camas) más un buen manejo en las finanzas públicas no propició nuevos endeudamientos y por el contrario redujo los empréstitos contratados con la banca privada.
El equipo financiero responsable de aquella época es el mismo que coincidió en el gobierno de Tabasco y en la administración de Centro que les permitió aplicar idéntico criterio en la conducción de los dineros públicos del que se obtuvo como resultado una mejora significativa en la calidad crediticia que otorgan las agencias calificadoras de riesgo que realizan investigaciones y análisis financieros sobre entidades privadas o gubernamentales que son en buena parte coadyuvantes en la toma de decisiones para detonar inversiones en “entornos seguros y viables” y en el caso de las instituciones crediticias aumentar o disminuir las tasas de interés cuando se adquieren nuevos compromisos contractuales por parte en este caso, del gobierno del estado o de los municipios.
En la transición de Andrés Granier a Arturo Núñez el incremento en la deuda fue brutal lo que terminó por impactar la incipiente administración que aún y cuando pagó alrededor de mil 400 millones de pesos de la deuda a proveedores en los dos primeros años (2013-2014) las condiciones leoninas acordadas por quien estuvo al frente de Finanzas en la administración de Granier Melo con las instituciones financieras no redujeron en mucho la deuda por la elevada carga de intereses.
En esas condiciones entró la nueva administración del 2018.
La oportunidad para quien corría el lápiz…
Durante más de veinte años, la actual titular de la Secretaría de Finanzas, Lili Georgina de la Cruz Arias, además de su formación curricular y su experiencia en los temas hacendarios, financieros, administrativos y contables siempre fungió como se dice en el argot como la especialista que –solo corría el lápiz- identificando oportunidades y proponiendo soluciones a los múltiples problemas que implica el complejo sistema del gasto público de manera que se avanzara en todos los campos.
Al presentar el estado que guardan las finanzas de Tabasco a menos de una semana de concluir la actual administración y con solo 10 meses de estar al frente de la Secretaría –aunque estuvo en cargos menores durante este gobierno- destacó que la próxima administración tendrá una disponibilidad de 20 mil 220 millones de pesos para cerrar el ejercicio 2024 sin exabruptos, con orden, sin turbulencias, ni sobresaltos financieros.
“Esto le permitirán a la próxima administración cumplir sin problema alguno con el pago de sueldos y prestaciones de los trabajadores correspondientes al último trimestre” garantizó.
Remarcó que no se contrató mayor deuda a largo plazo y hace prácticamente dos años no se adquirió deuda a corto plazo que la ley permite, asimismo, enfatizó que durante este sexenio se dio cumplimiento al pago respectivo de los pasivos a largo plazo heredados por administraciones anteriores que implicó una cifra récord de 4 mil 300 millones de pesos para el pago de capital e intereses.
“Entre el cierre de diciembre de 2018 y septiembre de 2024 se disminuyó la deuda en 21.8 por ciento equivalente a una disminución de mil 400 millones de pesos”. En esta última cifra se entiende el tamaño de los intereses que fueron y son una pesada losa que pende sobre las finanzas públicas de Tabasco.
El tamaño del reto para quien asumirá las finanzas públicas de Tabasco en este sexenio es alto y aunque el margen de maniobra es amplio, cualquier error de disciplina y responsabilidad financiera pueden complicar el panorama, ojalá y no sea el caso.
En el caso de la oriunda de Paraíso -después de su gestión que debe servir como ejemplo para otros funcionarios con experiencia a quienes se les ha negado una oportunidad- es probable que su futuro sea prometedor.
CONTORNO
¿Esperanza?
El nuevo responsable de la seguridad pública de Tabasco recibirá un estado en medio de una disputa feroz por el control de territorios, cuerpos desmembrados tirados por doquier, ejecutados en colonias, en villas, en rancherías, en domicilios particulares, en plazas comerciales, cobro de derecho de piso en los 17 municipios de la entidad, casi todos circunscritos a una problemática, delincuencia organizada y narcomenudeo.
El gobernador Javier May y su equipo de seguridad deberán recurrir por principio de cuentas al auxilio de las fuerzas federales –son delitos de ese fuero- porque la inseguridad trastoca todos los ámbitos de la vida pública de Tabasco.
Esa vacilada de los abrazos…solo será un mal recuerdo de la historia.
javiermarinhdez@hotmail.com