“Los hombres temen a la muerte como los niños tienen miedo a la oscuridad, y de la misma manera que este miedo natural de los niños es aumentado por las historias que se les cuentan, lo mismo ocurre con el otro” Francis Bacon.
Y así llegamos aquí y ahora.
Después de muchos mensajes atemporales, contradictorios que comenzaron a emitirse desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) para minimizar primero y advertir después sobre un la replicación de un virus Sars-Cov 2 (COVID) en una zona remota de China y que posteriormente se convertiría en Pandemia.
Sobre la forma como se replicó en México y la conducción de la emergencia sanitaria cada quien tiene su propia opinión que claramente está dividida.
Casi 90 días de encierro –de una gran parte del país- ha provocado una desesperación colectiva en la que millones están decididos a salir en mayor número, no porque quieran hacerlo, pese a los riesgos del virus en la calle, sino más bien por una gran necesidad económica.
Historias de crisis económicas severas se cuentan por miles, por lo que todos aquellos que juzgan –desde la comodidad de sus casas- con dureza a quienes salen a las calles buscando emplearse o una oportunidad para ganar algo, deberían reflexionar más al momento de criticar.
Quienes perdieron su empleo, después de 60 días pueden gestionar el retiro de hasta el 10 por ciento de su cuenta de ahorro, para aquellos que eran empleados formales, el promedio total de ese ingreso cuando se les autoriza es de 3 mil pesos. ¿Para cuánto alcanza ese monto en una familia completa?
Esos podrían considerarse “afortunados” con ese ingreso para cubrir dos meses sin empleo, el problema es para los trabajadores informales que son casi el 60 por ciento de la fuerza laboral de este país; vendedores ambulantes de todo tipo de alimentos y artículos, así como boleros, fijos, semifijos y muchos otros más.
Ese universo no tiene en la actualidad manera alguna de obtener ingresos y tampoco le ayuda de mucho salir a las calles porque enfrenta resistencias naturales de las personas que en primer lugar no salen y por otra parte evitan en sus casas cualquier contacto con personas del exterior aunque sean los vendedores de tamales, tortillas y otros a los que siempre suelen comprarle.
Los letreros de se vende y se renta se multiplican por varios puntos de Villahermosa, eso no significa otra cosa más que quienes tenían años o incluso meses de rentar un local comercial decidieron cerrar de manera definitiva, como el caso de famosa peluquería que bajó sus cortinas después de más de 30 años de servicio: no pudo más.
Ese importante número de locales en renta es posible que así permanezcan algunos meses más e incluso podrían provocar que disminuyan sus costos de arrendamiento, en el sentido inverso quienes tuvieron un local podrían convertirse en vendedores ambulantes.
El panorama económico es incierto y aun con la determinación de iniciar la “nueva normalidad” de manera gradual a partir de este lunes la recuperación será sumamente lenta, porque no hay suficientes empleos que es uno de los motores de la actividad económica.
¿Cómo podemos ayudar?
Apostándole al consumo local, cuidando la higiene y la seguridad en los establecimientos para generar confianza entre los consumidores y tratar de ayudar con lo que se pueda, cualquier tarea que pudiera ser remunerada así sea por un día de trabajo será una gran contribución para la economía de Tabasco.
Amemos a nuestra tierra, a nuestros paisanos y hagamos un mejor Tabasco.
CONTORNO
Más pruebas más casos y el pánico tabasqueño
En las naves del Parque Tabasco están realizando pruebas para detectar o descartar casos de COVID-19 el mismo patrón se repite en algunas colonias como Guayabal y otras más del Centro.
Además de las pruebas que realizan en el Hospital Juan Graham (sede COVID) ISSET y otras instituciones públicas así como las privadas –que no están obligados a informar- están aumentando naturalmente el número de casos positivos, frecuencia que se puede validar por los que resultan negativos.
Tabasco ocupa ya el segundo lugar nacional en pruebas y eso como se ha sostenido –en opinión de científicos reconocidos- es lo mejor porque se pueden detectar zonas de alta transmisión y establecer un posible control.
Es probable que los números continúen al alza y quizá lo que más debería preocupar es cada vida perdida, eso es lo realmente importante para disminuir al máximo la tasa de mortalidad.
