/ lunes 20 de julio de 2020

Entorno | El pueblo bueno y sabio a… pueblo gordo, enfermo e ignorante

“La libertad consiste en ser dueños de la propia vida” Platón.

¿Para qué necesitamos veneno embotellado? Preguntó el subsecretario de salud federal, Hugo López Gatell, a un grupo de habitantes de Vista Hermosa, Chiapas, el viernes pasado, al testificar la instalación del primer comité de salud comunitaria del país conformado por indígenas tzotziles.

Después del cuestionamiento habló de la comida chatarra y los cuantiosos daños que ocasiona a la salud. Con esto se sumó a los pronunciamientos que iniciaron muchos años atrás en contra del crecimiento de estos productos en el mercado de consumo nacional.

En 2013 diputados federales del PRI, PVEM, PRD y Nueva Alianza (no existía MORENA) impulsaron una reforma que aumentó impuestos a refresqueras por el alto contenido de azúcar, bajo la justificación que era directamente responsable del aumento de las tasas de obesidad, diabetes, hipertensión y otros males asociados en el país.

De nada sirvió la férrea oposición de las grandes embotelladoras que enarbolaron como bandera su producción de 129 mil millones de dólares equivalente a más del 4 por ciento del PIB, 800 mil empleos directos generados y ser el noveno productor de alimentos industrializados en el mundo.

Las tabacaleras tampoco escaparon a más impuestos por su efecto totalmente nocivo, esa escalada comenzó en 2009 cuando una cajetilla de cigarros pasó de 20 a casi 50 pesos en 2020, once años después, disminuyó el número de fumadores pasivos, el consumo también, pero la apuesta se concentró en nuevos adictos –jóvenes- para alentar el consumo y que ven en cada película nacional o extranjera alguna escena donde mujeres, hombres, adolescentes y hasta niños fuman.

¿Y qué pasa en 2020 con alimentos chatarra y bebidas azucaradas?

En la Cámara Federal están en otras nimiedades como el etiquetado riguroso de los productos y sus contenidos calóricos –en un país donde casi nadie lee- pese a la mayoría absoluta de MORENA producto de una abrumadora votación histórica en 2018 por parte de esa gigantesca masa de mexicanos a los que ahora culpan de ser corresponsables de su obesidad, hipertensión y en general de sus comorbilidades, además del desenlace fatal de casi 40 mil personas por Covid lo que es en parcialmente cierto, pero, en el que los responsables de salud –que parecen políticos- más que condenar o satanizar a los ciudadanos deberían dirigirse a quienes pueden marcar una diferencia y revertir esta macabra tendencia.

Los gigantes de alimentos y bebidas en su defensa reclaman que en muchas comunidades de México –ni siquiera tienen acceso al agua potable- y ellos solo han cubierto una demanda no satisfecha.

En Iztapalapa la zona donde más personas se han contagiado y muerto por Covid-19 en la Ciudad de México, 400 mil personas reciben el vital líquido por pipas o tandeo y a eso se suman 32 mil más que viven en extrema pobreza.

A Hugo López Gatell le preguntaron hace poco en plena crisis del Covid como enfrentar en Iztapalapa esa contradicción de la sana distancia, lavado de manos y productos en una zona donde miles de personas no tienen acceso al agua, su respuesta fue, hábilmente, esquivada.

Hay que recordar que la Ciudad de México ha sido gobernada por la izquierda desde 1997 y 23 años después los problemas persisten.

Tampoco se trata de culpar a los actuales gobernantes, pero así como los ciudadanos son corresponsables también ellos tienen una parte de carga.

La ecuación es sencilla: los culpables deben de ir a la cárcel y pagar por sus errores, es un tema de justicia; los gobernantes deben de cumplir con su responsabilidad histórica, ofrecer resultados y sobre todo encontrar las posibles soluciones.


CONTORNO

Pompas…fúnebres

El fin de semana el gobernador Adán Augusto López Hernández acudió a la nave III del Parque Tabasco para supervisar la nueva burbuja hospitalaria habilitada en ese sitio que aumentó la capacidad de atención a pacientes Covid, pese a lo importante que podría resultar esa decisión quedó opacada al difundirse una parte del video en el que el evento es amenizado a todo volumen por una marimba.

En pleno duelo en Tabasco por cientos de familias de pacientes que han muerto o ciudadanos y amigos que la pasaron mal para superar el virus lleva a plantear algunas preguntas respecto al responsable de este hecho:

¿Fue acaso la empresa proveedora que diseñó la burbuja?

¿La Secretaría de Salud?

¿O de alguien más que pretendió exhibir al gobierno en su conjunto?

En la tradición alegre y bullanguera del tabasqueño solo faltó aquel grito que dice ¡Pero que siga la fiesta…!

Según la Real Academia Española el significado de pompas fúnebres es: “acompañamiento suntuoso, numeroso y de gran aparato, que se hace en una función, ya sea de regocijo o fúnebre”.

“La libertad consiste en ser dueños de la propia vida” Platón.

¿Para qué necesitamos veneno embotellado? Preguntó el subsecretario de salud federal, Hugo López Gatell, a un grupo de habitantes de Vista Hermosa, Chiapas, el viernes pasado, al testificar la instalación del primer comité de salud comunitaria del país conformado por indígenas tzotziles.

Después del cuestionamiento habló de la comida chatarra y los cuantiosos daños que ocasiona a la salud. Con esto se sumó a los pronunciamientos que iniciaron muchos años atrás en contra del crecimiento de estos productos en el mercado de consumo nacional.

En 2013 diputados federales del PRI, PVEM, PRD y Nueva Alianza (no existía MORENA) impulsaron una reforma que aumentó impuestos a refresqueras por el alto contenido de azúcar, bajo la justificación que era directamente responsable del aumento de las tasas de obesidad, diabetes, hipertensión y otros males asociados en el país.

De nada sirvió la férrea oposición de las grandes embotelladoras que enarbolaron como bandera su producción de 129 mil millones de dólares equivalente a más del 4 por ciento del PIB, 800 mil empleos directos generados y ser el noveno productor de alimentos industrializados en el mundo.

Las tabacaleras tampoco escaparon a más impuestos por su efecto totalmente nocivo, esa escalada comenzó en 2009 cuando una cajetilla de cigarros pasó de 20 a casi 50 pesos en 2020, once años después, disminuyó el número de fumadores pasivos, el consumo también, pero la apuesta se concentró en nuevos adictos –jóvenes- para alentar el consumo y que ven en cada película nacional o extranjera alguna escena donde mujeres, hombres, adolescentes y hasta niños fuman.

¿Y qué pasa en 2020 con alimentos chatarra y bebidas azucaradas?

En la Cámara Federal están en otras nimiedades como el etiquetado riguroso de los productos y sus contenidos calóricos –en un país donde casi nadie lee- pese a la mayoría absoluta de MORENA producto de una abrumadora votación histórica en 2018 por parte de esa gigantesca masa de mexicanos a los que ahora culpan de ser corresponsables de su obesidad, hipertensión y en general de sus comorbilidades, además del desenlace fatal de casi 40 mil personas por Covid lo que es en parcialmente cierto, pero, en el que los responsables de salud –que parecen políticos- más que condenar o satanizar a los ciudadanos deberían dirigirse a quienes pueden marcar una diferencia y revertir esta macabra tendencia.

Los gigantes de alimentos y bebidas en su defensa reclaman que en muchas comunidades de México –ni siquiera tienen acceso al agua potable- y ellos solo han cubierto una demanda no satisfecha.

En Iztapalapa la zona donde más personas se han contagiado y muerto por Covid-19 en la Ciudad de México, 400 mil personas reciben el vital líquido por pipas o tandeo y a eso se suman 32 mil más que viven en extrema pobreza.

A Hugo López Gatell le preguntaron hace poco en plena crisis del Covid como enfrentar en Iztapalapa esa contradicción de la sana distancia, lavado de manos y productos en una zona donde miles de personas no tienen acceso al agua, su respuesta fue, hábilmente, esquivada.

Hay que recordar que la Ciudad de México ha sido gobernada por la izquierda desde 1997 y 23 años después los problemas persisten.

Tampoco se trata de culpar a los actuales gobernantes, pero así como los ciudadanos son corresponsables también ellos tienen una parte de carga.

La ecuación es sencilla: los culpables deben de ir a la cárcel y pagar por sus errores, es un tema de justicia; los gobernantes deben de cumplir con su responsabilidad histórica, ofrecer resultados y sobre todo encontrar las posibles soluciones.


CONTORNO

Pompas…fúnebres

El fin de semana el gobernador Adán Augusto López Hernández acudió a la nave III del Parque Tabasco para supervisar la nueva burbuja hospitalaria habilitada en ese sitio que aumentó la capacidad de atención a pacientes Covid, pese a lo importante que podría resultar esa decisión quedó opacada al difundirse una parte del video en el que el evento es amenizado a todo volumen por una marimba.

En pleno duelo en Tabasco por cientos de familias de pacientes que han muerto o ciudadanos y amigos que la pasaron mal para superar el virus lleva a plantear algunas preguntas respecto al responsable de este hecho:

¿Fue acaso la empresa proveedora que diseñó la burbuja?

¿La Secretaría de Salud?

¿O de alguien más que pretendió exhibir al gobierno en su conjunto?

En la tradición alegre y bullanguera del tabasqueño solo faltó aquel grito que dice ¡Pero que siga la fiesta…!

Según la Real Academia Española el significado de pompas fúnebres es: “acompañamiento suntuoso, numeroso y de gran aparato, que se hace en una función, ya sea de regocijo o fúnebre”.