/ viernes 3 de junio de 2022

Entorno | Desapariciones… exigencia y corresponsabilidad

A mediados del mes pasado México superó la cifra de 100 mil personas desaparecidas desde que se tiene un registro que data del año 1964, el principal frente de búsqueda corresponde a los propios familiares con un reclamo generalizado hacia autoridades federales y estatales por no apoyar en todo lo que deberían.

La queja principal de las organizaciones civiles y de los propios familiares de personas –no localizadas- podría resumirse en el abordaje institucional que se le ha dado a esta problemática, que se modifica cada sexenio, donde no hay un seguimiento a los compromisos del presidente en turno, de gobernadores y de las propias fiscalías, con la llegada de una nueva administración todo parece arrancar desde cero.

En realidad, una de las primeras acciones que deberían de emprender es cambiar la narrativa para referirse a lo que se han institucionalizado como “desapariciones” que aun existiendo una definición para ello, podría resultar un concepto absurdo, porque en realidad son secuestros, sustracción de menores para trata de personas, jovencitas reclutadas para ejercer la prostitución de manera forzada o con amenazas y en lo que podría constituir la principal causa en esta espiral ascendente; la delincuencia organizada.

Lo que en suma deja un problema más profundo que solo referirse simple y llanamente a desapariciones.

El caso Tabasco:

Según la última actualización del sistema nacional de seguridad, Tabasco ocupa el penúltimo lugar en el país en cuanto a personas desaparecidas, lo que no es como para celebrarlo, de hecho nadie debería hacerlo, pero sí habla de una coordinación efectiva entre autoridades que forman parte de la denominada Mesa de Seguridad y afortunadamente no es un asunto de extrema gravedad.

Exigencia y protesta ciudadana:

El marzo del 2020, días antes del primer caso positivo de COVID-19 en la entidad, un intento de feminicidio que casi cuesta la vida a una estudiante de medicina de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco generó una inusitada reacción de parte de esa comunidad, alrededor de 3 mil alumnos marcharon por las principales calles de Villahermosa para exigir acciones inmediatas para capturar al o los presuntos agresores.

Dos días después del violento hecho, un policía municipal detuvo en Jalpa de Méndez al principal agresor que había quedado registrado en una cámara de video instalada en las inmediaciones del lugar donde perpetró el atentado en la colonia Palmitas de Villahermosa.

Esa sola identificación registrada por esa cámara que se replicó en medios de comunicación y redes sociales expuso en su totalidad al presunto delincuente que posteriormente fue confeso.

Es bastante probable que sí esa cámara de un particular no lo hubiese registrado, el agresor pudo haber evadido la acción de la justicia.

Y un caso reciente de “desaparición”:

Hace un par de días, la comunidad tabasqueña volvió a movilizarse en redes sociales compartiendo la imagen de una residente del Hospital Rovirosa que presuntamente había pedido ayuda acusando que “la estaban secuestrando” el incidente ocurrido en la madrugada indignó a muchos, los estudiantes volvieron a manifestarse frente a la sede del Poder Ejecutivo, en un número menor al de marzo del 2020 pero con la misma exigencia: justicia.

Horas después, la chica apareció y fue mediante el uso de tecnología como pudo ser localizada, sana y salva, las explicaciones de lo que realmente ocurrió seguramente se conocerán, pero no conllevan a lo que inicialmente se denunció como un secuestro.

Es importante por tanto, continuar con el empleo de recursos tecnológicos para actuar de inmediato en las primeras horas de una denuncia, como lo ocurrido con esta residente en segundo término y no por ello menos importante, la sociedad debe mantener su actitud de exigir resultados y hacerlo de manera corresponsable como hasta ahora.

Porque desafortunadamente son jóvenes la mayoría de los que terminan formando parte de la estadística negra que se encuadran en los posibles delitos antes mencionados.

CONTORNO


El adiós definitivo al plástico y unicel

Justo cuando arrancó la campaña para eliminar el plástico y el unicel de los supermercados y tiendas en general y de los popotes, observé a un importante funcionario federal portando su vaso de unicel, le comenté al responsable del programa en aquel momento y su respuesta fue “contra eso, pues nada puedo hacer” su expresión era en función de su posición jerárquica menor, desde luego que sí pudo haber actuado.

Ahora la Secretaría de Bienestar, Sustentabilidad y Cambio Climático anunció que a partir del próximo seis de junio entrará en vigor la Norma Ambiental Estatal 2020 que prohíbe la distribución y entrega de bolsas de plástico, popotes y recipientes de unicel a consumidores en establecimientos.

La estrategia ambiental pretende sustituir a estos materiales tradicionales con artículos biodegradables al 100 por ciento.

Quien viole esa norma estatal se haría acreedor a elevadas multas, incluso al cierre de los negocios.

Este tema es de carácter mundial, incluso en algunas naciones como Reino Unido la discusión se ha trasladado hasta el uso de bolsas de papel como sustituto del plástico para evitar más contaminación pero se ha concluido que usar papel a partir de su elaboración resultaría más contaminante y así otros países.

En suma, se tiene que regresar al esquema de una bolsa única reutilizable –como era antes- para el mercado o supermercado y con esa sola acción nos beneficiaríamos todos.

En el caso de Tabasco aún existen muchos establecimientos que ofertan plásticos, unicel y popotes tradicionales, incluso taquerías, vendedores ambulantes, todo eso también tendría que regularse de manera inmediata y coordinada con otras instancias gubernamentales.

A mediados del mes pasado México superó la cifra de 100 mil personas desaparecidas desde que se tiene un registro que data del año 1964, el principal frente de búsqueda corresponde a los propios familiares con un reclamo generalizado hacia autoridades federales y estatales por no apoyar en todo lo que deberían.

La queja principal de las organizaciones civiles y de los propios familiares de personas –no localizadas- podría resumirse en el abordaje institucional que se le ha dado a esta problemática, que se modifica cada sexenio, donde no hay un seguimiento a los compromisos del presidente en turno, de gobernadores y de las propias fiscalías, con la llegada de una nueva administración todo parece arrancar desde cero.

En realidad, una de las primeras acciones que deberían de emprender es cambiar la narrativa para referirse a lo que se han institucionalizado como “desapariciones” que aun existiendo una definición para ello, podría resultar un concepto absurdo, porque en realidad son secuestros, sustracción de menores para trata de personas, jovencitas reclutadas para ejercer la prostitución de manera forzada o con amenazas y en lo que podría constituir la principal causa en esta espiral ascendente; la delincuencia organizada.

Lo que en suma deja un problema más profundo que solo referirse simple y llanamente a desapariciones.

El caso Tabasco:

Según la última actualización del sistema nacional de seguridad, Tabasco ocupa el penúltimo lugar en el país en cuanto a personas desaparecidas, lo que no es como para celebrarlo, de hecho nadie debería hacerlo, pero sí habla de una coordinación efectiva entre autoridades que forman parte de la denominada Mesa de Seguridad y afortunadamente no es un asunto de extrema gravedad.

Exigencia y protesta ciudadana:

El marzo del 2020, días antes del primer caso positivo de COVID-19 en la entidad, un intento de feminicidio que casi cuesta la vida a una estudiante de medicina de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco generó una inusitada reacción de parte de esa comunidad, alrededor de 3 mil alumnos marcharon por las principales calles de Villahermosa para exigir acciones inmediatas para capturar al o los presuntos agresores.

Dos días después del violento hecho, un policía municipal detuvo en Jalpa de Méndez al principal agresor que había quedado registrado en una cámara de video instalada en las inmediaciones del lugar donde perpetró el atentado en la colonia Palmitas de Villahermosa.

Esa sola identificación registrada por esa cámara que se replicó en medios de comunicación y redes sociales expuso en su totalidad al presunto delincuente que posteriormente fue confeso.

Es bastante probable que sí esa cámara de un particular no lo hubiese registrado, el agresor pudo haber evadido la acción de la justicia.

Y un caso reciente de “desaparición”:

Hace un par de días, la comunidad tabasqueña volvió a movilizarse en redes sociales compartiendo la imagen de una residente del Hospital Rovirosa que presuntamente había pedido ayuda acusando que “la estaban secuestrando” el incidente ocurrido en la madrugada indignó a muchos, los estudiantes volvieron a manifestarse frente a la sede del Poder Ejecutivo, en un número menor al de marzo del 2020 pero con la misma exigencia: justicia.

Horas después, la chica apareció y fue mediante el uso de tecnología como pudo ser localizada, sana y salva, las explicaciones de lo que realmente ocurrió seguramente se conocerán, pero no conllevan a lo que inicialmente se denunció como un secuestro.

Es importante por tanto, continuar con el empleo de recursos tecnológicos para actuar de inmediato en las primeras horas de una denuncia, como lo ocurrido con esta residente en segundo término y no por ello menos importante, la sociedad debe mantener su actitud de exigir resultados y hacerlo de manera corresponsable como hasta ahora.

Porque desafortunadamente son jóvenes la mayoría de los que terminan formando parte de la estadística negra que se encuadran en los posibles delitos antes mencionados.

CONTORNO


El adiós definitivo al plástico y unicel

Justo cuando arrancó la campaña para eliminar el plástico y el unicel de los supermercados y tiendas en general y de los popotes, observé a un importante funcionario federal portando su vaso de unicel, le comenté al responsable del programa en aquel momento y su respuesta fue “contra eso, pues nada puedo hacer” su expresión era en función de su posición jerárquica menor, desde luego que sí pudo haber actuado.

Ahora la Secretaría de Bienestar, Sustentabilidad y Cambio Climático anunció que a partir del próximo seis de junio entrará en vigor la Norma Ambiental Estatal 2020 que prohíbe la distribución y entrega de bolsas de plástico, popotes y recipientes de unicel a consumidores en establecimientos.

La estrategia ambiental pretende sustituir a estos materiales tradicionales con artículos biodegradables al 100 por ciento.

Quien viole esa norma estatal se haría acreedor a elevadas multas, incluso al cierre de los negocios.

Este tema es de carácter mundial, incluso en algunas naciones como Reino Unido la discusión se ha trasladado hasta el uso de bolsas de papel como sustituto del plástico para evitar más contaminación pero se ha concluido que usar papel a partir de su elaboración resultaría más contaminante y así otros países.

En suma, se tiene que regresar al esquema de una bolsa única reutilizable –como era antes- para el mercado o supermercado y con esa sola acción nos beneficiaríamos todos.

En el caso de Tabasco aún existen muchos establecimientos que ofertan plásticos, unicel y popotes tradicionales, incluso taquerías, vendedores ambulantes, todo eso también tendría que regularse de manera inmediata y coordinada con otras instancias gubernamentales.