/ sábado 5 de marzo de 2022

Encuéntrate mujer | Decidir estar sola o estar sola acompañándome

A lo largo de mi trayectoria como terapeuta me he dado cuenta que la mayoría de mis pacientes llegan por los mismos síntomas: un apego afectivo al abandono, a la desvalorización, y algunas de sus palabras han sido: “él es todo para mi”, “él es lo más importante de mi vida”, “no sé qué haría sin él”, “lo necesito”; e incluso acuden para poder alejarse de esa persona: “ya no lo quiero pero no sé cómo dejarlo”, o peor aún: “me da lástima”, y llegan a consulta para que les quite ese dolor; otras veces, para que les ayude entender por qué su marido les es infiel, o por qué no se sienten felices, o por qué no han podido superar la ruptura de una relación, a la cual siguen atados emocionalmente, y se desesperan al ver que no encuentran alivio inmediato.

Por ejemplo, una paciente, a quien por motivos de seguridad se le cambió su nombre, y a la cual llamaré Verónica, acudió a terapia con el objetivo de que le dé un antídoto o una poción mágica para que ayude a su pareja a cambiar; Verónica ha intentado, por varios años, de salvar su matrimonio y ha regresado múltiples veces con él; llevan más de 15 años de matrimonio con dos hijos (13 y 8 años).

Verónica ha sido una mujer que siempre se había caracterizado por ser emprendedora y dedicada a su vida profesional y familiar; sin embargo, se sentía muy desvalorizada por su esposo, al cual ya se la había hecho costumbre hacerle un maltrato emocional gaslight (es una técnica que usa el maltratador para someter y anular a la víctima, provocando que la persona que la sufre termine creyéndolo y acabe anulando su propia persona).

Verónica es una mujer joven y muy simpática; sin embargo, ella cree todo lo contrario, e incluso duda de sus capacidades profesionales, pues aunque tiene un buen potencial para crear proyectos, están obstaculizados por la aprobación de su esposo, quien sólo quiere que tenga un trabajo en el que no consuma el tiempo y tenga espacio para atenderlo a la hora que él llegue a casa.

Verónica en consulta ha llegado a decir que necesita técnicas para poder llevar una relación de pareja satisfactoria y poder quitarse esas ideas de superarse, ya que tiene un esposo que ante sus ojos es un hombre ideal, es un buen proveedor, no tiene vicios y es dedicado a la familia. Sin embargo, ella ya sospecha de una infidelidad pero no quiere comprobarlo porque no sabría qué hacer con esa situación.

Es increíble ver que con tal de sujetar a la persona que se dice amar, justificamos, olvidamos, idealizamos, minimizamos, decimos mentiras y cultivamos falsas ilusiones, haciendo cualquier cosa para alimentar la imagen romántica del sueño amoroso, y se conforma con migajas de muestras de cariño; es duro aceptar que no nos quieren con todas las ganas, aun no se dan cuenta que el amor no es sufrimiento, pero la sociedad nos han hecho creer que el amor duele, que antes de ser feliz tienes que sufrir, o que tienes que besar muchos sapos para conocer tu príncipe azul o princesa; si desde pequeños nos enseñaran que hay historias de amor que a pesar de todo el esfuerzo, ganas y amor que le pongas, no van a resultar, y que a veces no pueden terminar en la típica frase “y vivieron felices por siempre” o “hasta que la muerte nos separe”.

En un proceso terapéutico se dan cuentan que el verdadero cambio que les dará la felicidad es uno mismo, y cambiar las viejas creencias sobre el amor es el primer paso para saber realmente la diferencia entre estar enamorado, querer y amar, ya que no es lo mismo. El enamoramiento es atracción especial en la que nos saca de la estabilidad normal, y aflora lo mejor de ti, e igual se empieza a idealizar a la otra persona; esto cumple con una fecha. El querer es del verbo “querer” algo o una persona, y puede ser intenso o transitorio, y el amor es nada que quitar y nada que agregar, y que su dolor sea tu dolor.

Queremos tener vínculo con los demás, pero para que las relaciones sanas entren a nuestras vidas, primero tenemos que valorarnos, cuidarnos, mimarnos, encontrarnos y ser el centro de nuestro universo. Cuando dejas de poner tu energía en quién te quiere, quién te llama, ¿quién me contesta, vas a poder conectarte contigo, con la que ves en tu espejo, conectarte con tu interés.

Recuerda que lo que se tiene que quedar seguirá siendo; demasiado esfuerzo nunca es buena señal. Demasiado esfuerzo es conflicto con el universo, relaciones, amigos, amores;, lo que se va siempre deja espacio para algo nuevo, son las leyes universales, y nunca pienses que ya no hay nada nuevo para ti; sólo hay que dejar ir.

Porque buscamos el amor afuera, porque sentimos que carecemos de él, cuando el amor no se busca, porque uno es amor y cuando lo buscamos afuera es probable que nos frustremos porque estamos buscando en el lugar equivocado. El amor de tu interior tiene la calidad de lo verdadero, no exige, no encarcela, no limita, no duele, EL AMOR NO DUELE.

¿Qué pasaría si en vez de poner la energía en alguien más para que te ame, pusieras esa misma energía en ti?, porque nos concentramos en conseguir el amor de alguien para que nos ame, nos mire, nos pregunte si nos sentimos amados por él o ella, y qué tanto estará dispuesto a sacrificarse por mí, y ponemos la atención afuera; ya casi no importaría si lo amamos, si nos perjudica, si nos conviene, si nos lastima.

La meta es que nos amen: pasamos la vida buscando ser amados y aceptados, entonces voy a adoptar múltiples personalidades de acuerdo a quien quiera que me ame, porque menganito va aceptar eso de mí y lo va amar, y fulanito esto otro, entonces tendré que cultivar múltiples personalidades para complacerlos, y me voy alejando más de mí, y voy a callar, y voy a decir lo que el otro quiere escuchar; voy a dejar de demostrarme como soy; y voy a sonreír para la foto, seré aceptado a costa de mi propio desamor y dignidad, y sentirme ajena a mí.

Estoy consciente que no podemos vivir sin afecto, nadie puede hacerlo; pero sí podemos amar sin esclavizarnos. Si puedes enamorarte de ellos, puedes enamorarte de ti; así que nunca es tarde para que vuelvas a empezar, vuelvas a elegir, vuelvas a decidir cómo quieres que sea tu vida y tu vínculo.

A lo largo de mi trayectoria como terapeuta me he dado cuenta que la mayoría de mis pacientes llegan por los mismos síntomas: un apego afectivo al abandono, a la desvalorización, y algunas de sus palabras han sido: “él es todo para mi”, “él es lo más importante de mi vida”, “no sé qué haría sin él”, “lo necesito”; e incluso acuden para poder alejarse de esa persona: “ya no lo quiero pero no sé cómo dejarlo”, o peor aún: “me da lástima”, y llegan a consulta para que les quite ese dolor; otras veces, para que les ayude entender por qué su marido les es infiel, o por qué no se sienten felices, o por qué no han podido superar la ruptura de una relación, a la cual siguen atados emocionalmente, y se desesperan al ver que no encuentran alivio inmediato.

Por ejemplo, una paciente, a quien por motivos de seguridad se le cambió su nombre, y a la cual llamaré Verónica, acudió a terapia con el objetivo de que le dé un antídoto o una poción mágica para que ayude a su pareja a cambiar; Verónica ha intentado, por varios años, de salvar su matrimonio y ha regresado múltiples veces con él; llevan más de 15 años de matrimonio con dos hijos (13 y 8 años).

Verónica ha sido una mujer que siempre se había caracterizado por ser emprendedora y dedicada a su vida profesional y familiar; sin embargo, se sentía muy desvalorizada por su esposo, al cual ya se la había hecho costumbre hacerle un maltrato emocional gaslight (es una técnica que usa el maltratador para someter y anular a la víctima, provocando que la persona que la sufre termine creyéndolo y acabe anulando su propia persona).

Verónica es una mujer joven y muy simpática; sin embargo, ella cree todo lo contrario, e incluso duda de sus capacidades profesionales, pues aunque tiene un buen potencial para crear proyectos, están obstaculizados por la aprobación de su esposo, quien sólo quiere que tenga un trabajo en el que no consuma el tiempo y tenga espacio para atenderlo a la hora que él llegue a casa.

Verónica en consulta ha llegado a decir que necesita técnicas para poder llevar una relación de pareja satisfactoria y poder quitarse esas ideas de superarse, ya que tiene un esposo que ante sus ojos es un hombre ideal, es un buen proveedor, no tiene vicios y es dedicado a la familia. Sin embargo, ella ya sospecha de una infidelidad pero no quiere comprobarlo porque no sabría qué hacer con esa situación.

Es increíble ver que con tal de sujetar a la persona que se dice amar, justificamos, olvidamos, idealizamos, minimizamos, decimos mentiras y cultivamos falsas ilusiones, haciendo cualquier cosa para alimentar la imagen romántica del sueño amoroso, y se conforma con migajas de muestras de cariño; es duro aceptar que no nos quieren con todas las ganas, aun no se dan cuenta que el amor no es sufrimiento, pero la sociedad nos han hecho creer que el amor duele, que antes de ser feliz tienes que sufrir, o que tienes que besar muchos sapos para conocer tu príncipe azul o princesa; si desde pequeños nos enseñaran que hay historias de amor que a pesar de todo el esfuerzo, ganas y amor que le pongas, no van a resultar, y que a veces no pueden terminar en la típica frase “y vivieron felices por siempre” o “hasta que la muerte nos separe”.

En un proceso terapéutico se dan cuentan que el verdadero cambio que les dará la felicidad es uno mismo, y cambiar las viejas creencias sobre el amor es el primer paso para saber realmente la diferencia entre estar enamorado, querer y amar, ya que no es lo mismo. El enamoramiento es atracción especial en la que nos saca de la estabilidad normal, y aflora lo mejor de ti, e igual se empieza a idealizar a la otra persona; esto cumple con una fecha. El querer es del verbo “querer” algo o una persona, y puede ser intenso o transitorio, y el amor es nada que quitar y nada que agregar, y que su dolor sea tu dolor.

Queremos tener vínculo con los demás, pero para que las relaciones sanas entren a nuestras vidas, primero tenemos que valorarnos, cuidarnos, mimarnos, encontrarnos y ser el centro de nuestro universo. Cuando dejas de poner tu energía en quién te quiere, quién te llama, ¿quién me contesta, vas a poder conectarte contigo, con la que ves en tu espejo, conectarte con tu interés.

Recuerda que lo que se tiene que quedar seguirá siendo; demasiado esfuerzo nunca es buena señal. Demasiado esfuerzo es conflicto con el universo, relaciones, amigos, amores;, lo que se va siempre deja espacio para algo nuevo, son las leyes universales, y nunca pienses que ya no hay nada nuevo para ti; sólo hay que dejar ir.

Porque buscamos el amor afuera, porque sentimos que carecemos de él, cuando el amor no se busca, porque uno es amor y cuando lo buscamos afuera es probable que nos frustremos porque estamos buscando en el lugar equivocado. El amor de tu interior tiene la calidad de lo verdadero, no exige, no encarcela, no limita, no duele, EL AMOR NO DUELE.

¿Qué pasaría si en vez de poner la energía en alguien más para que te ame, pusieras esa misma energía en ti?, porque nos concentramos en conseguir el amor de alguien para que nos ame, nos mire, nos pregunte si nos sentimos amados por él o ella, y qué tanto estará dispuesto a sacrificarse por mí, y ponemos la atención afuera; ya casi no importaría si lo amamos, si nos perjudica, si nos conviene, si nos lastima.

La meta es que nos amen: pasamos la vida buscando ser amados y aceptados, entonces voy a adoptar múltiples personalidades de acuerdo a quien quiera que me ame, porque menganito va aceptar eso de mí y lo va amar, y fulanito esto otro, entonces tendré que cultivar múltiples personalidades para complacerlos, y me voy alejando más de mí, y voy a callar, y voy a decir lo que el otro quiere escuchar; voy a dejar de demostrarme como soy; y voy a sonreír para la foto, seré aceptado a costa de mi propio desamor y dignidad, y sentirme ajena a mí.

Estoy consciente que no podemos vivir sin afecto, nadie puede hacerlo; pero sí podemos amar sin esclavizarnos. Si puedes enamorarte de ellos, puedes enamorarte de ti; así que nunca es tarde para que vuelvas a empezar, vuelvas a elegir, vuelvas a decidir cómo quieres que sea tu vida y tu vínculo.