/ miércoles 26 de junio de 2019

El festejo de la 4T

Está por festejarse, por parte de Morena y los gobiernos emanados de este partido, el triunfo arrollador del 1 de julio pasado. A un año de eso y a siete meses de asumir las riendas del país, las expectativas de entonces han caminado más en lo simbólico y en una complicada curva de aprendizaje.

La austeridad deseada ante el dispendio en banalidades, se fue a los extremos y se trasladó a otros frentes donde repercuten, por ejemplo, en la falta de una buena atención médica.

Acabar con monopolios en los negocios en la compra de medicinas no se traduce en mejor cobertura, algo que urge regularizar para cerrar el círculo de combatir la corrupción y tener un sistema de salud, como es la pretensión del nuevo gobierno, con estándares nórdicos.

La creación constitucional de la Guardia Nacional, con prácticamente la unanimidad en las cámaras y en los 32 congresos estatales, ha tenido problemas en su integración y despliegue.

En mayo pasado se aprobaron las leyes secundarias en el Senado y ya entraron en vigor. Sin embargo, circunstancias inesperadas como la amenaza arancelaria condicionante del tema migratorio, distrae los esfuerzos contra la inseguridad hacia otros frentes.

Las cifras delictivas se han disparado y con ello la caída en las expectativas de crecimiento económico que mostró uno de sus peores rostros con el desplome en la creación de empleos en el mes de mayo en un 88 por ciento, de acuerdo a cifras del IMSS.

Para colmo, Barclays, compañía de servicios financieros en Londres, redujo desde 1.2 hasta 0.5 por ciento su pronóstico de crecimiento para México al observar mayor debilidad en la economía.

Antes, al cierre de mayo, el Banco de México bajaba su estimación en un rango de 0.8 y 1.8, con una media de 1.3 por ciento para este año.

Van apenas siete meses de gobierno. En Tabasco están por ajustarse seis el próximo domingo. Tampoco se trata de un fracaso; ni siquiera por anticipado.

Urge, eso sí, ajustar la marcha del gobierno y tomar decisiones que propicien mayor certidumbre a la inversión privada, reconocida por el presidente Andrés Manuel López Obrador como necesaria para un crecimiento suficiente.

El tiempo apremia al ritmo de las necesidades de los ciudadanos. No se esperaba una varita mágica pese a las promesas de soluciones inmediatas.

Tanto la confianza depositada en López Obrador como el conocimiento del pueblo sobre las profundas dificultades heredadas, forman el escudo de alta popularidad que hasta hoy esgrime, pero que puede comenzar a erosionarse de transcurrir el tiempo sin mejores resultados.

Eliminar privilegios, condonaciones de impuestos, la pensión a expresidentes, combatir la corrupción y la impunidad –aunque el tema de los expresidentes le mete ruido-, entre otras medidas, han sido vistas como un cumplimiento a sus promesas.

Falta la parte de la seguridad pública y crecimiento económico. Es bueno festejar los triunfos electorales. Se espera que para la segunda vez las condiciones sean más positivas a las actuales.

En suma, impedir con resultados el arraigo en el colectivo social de la ominosa sentencia popular del: estábamos mejor, cuando estábamos peor.

HOJAS SUELTAS…

Algo sabrá Ricardo Monreal, jefe de los morenistas en el Senado, cuando señala que falta un gabinete más cercano al presidente y con más acompañamiento en los temas de gobierno porque el tabasqueño es quien conduce todo. En política los mensajes pueden interpretarse al revés.

Está por festejarse, por parte de Morena y los gobiernos emanados de este partido, el triunfo arrollador del 1 de julio pasado. A un año de eso y a siete meses de asumir las riendas del país, las expectativas de entonces han caminado más en lo simbólico y en una complicada curva de aprendizaje.

La austeridad deseada ante el dispendio en banalidades, se fue a los extremos y se trasladó a otros frentes donde repercuten, por ejemplo, en la falta de una buena atención médica.

Acabar con monopolios en los negocios en la compra de medicinas no se traduce en mejor cobertura, algo que urge regularizar para cerrar el círculo de combatir la corrupción y tener un sistema de salud, como es la pretensión del nuevo gobierno, con estándares nórdicos.

La creación constitucional de la Guardia Nacional, con prácticamente la unanimidad en las cámaras y en los 32 congresos estatales, ha tenido problemas en su integración y despliegue.

En mayo pasado se aprobaron las leyes secundarias en el Senado y ya entraron en vigor. Sin embargo, circunstancias inesperadas como la amenaza arancelaria condicionante del tema migratorio, distrae los esfuerzos contra la inseguridad hacia otros frentes.

Las cifras delictivas se han disparado y con ello la caída en las expectativas de crecimiento económico que mostró uno de sus peores rostros con el desplome en la creación de empleos en el mes de mayo en un 88 por ciento, de acuerdo a cifras del IMSS.

Para colmo, Barclays, compañía de servicios financieros en Londres, redujo desde 1.2 hasta 0.5 por ciento su pronóstico de crecimiento para México al observar mayor debilidad en la economía.

Antes, al cierre de mayo, el Banco de México bajaba su estimación en un rango de 0.8 y 1.8, con una media de 1.3 por ciento para este año.

Van apenas siete meses de gobierno. En Tabasco están por ajustarse seis el próximo domingo. Tampoco se trata de un fracaso; ni siquiera por anticipado.

Urge, eso sí, ajustar la marcha del gobierno y tomar decisiones que propicien mayor certidumbre a la inversión privada, reconocida por el presidente Andrés Manuel López Obrador como necesaria para un crecimiento suficiente.

El tiempo apremia al ritmo de las necesidades de los ciudadanos. No se esperaba una varita mágica pese a las promesas de soluciones inmediatas.

Tanto la confianza depositada en López Obrador como el conocimiento del pueblo sobre las profundas dificultades heredadas, forman el escudo de alta popularidad que hasta hoy esgrime, pero que puede comenzar a erosionarse de transcurrir el tiempo sin mejores resultados.

Eliminar privilegios, condonaciones de impuestos, la pensión a expresidentes, combatir la corrupción y la impunidad –aunque el tema de los expresidentes le mete ruido-, entre otras medidas, han sido vistas como un cumplimiento a sus promesas.

Falta la parte de la seguridad pública y crecimiento económico. Es bueno festejar los triunfos electorales. Se espera que para la segunda vez las condiciones sean más positivas a las actuales.

En suma, impedir con resultados el arraigo en el colectivo social de la ominosa sentencia popular del: estábamos mejor, cuando estábamos peor.

HOJAS SUELTAS…

Algo sabrá Ricardo Monreal, jefe de los morenistas en el Senado, cuando señala que falta un gabinete más cercano al presidente y con más acompañamiento en los temas de gobierno porque el tabasqueño es quien conduce todo. En política los mensajes pueden interpretarse al revés.