/ jueves 22 de agosto de 2019

El Edén, estratégico para el CEN

En solidaridad con el periodista Alejandro Lelo de Larrea

Tabasco es una de las 10 entidades en donde el PRI tiene problemas con la renovación de sus directivas estatales. La nueva dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, además, le ha puesto especial interés por ser trinchera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta columna está en condiciones de adelantar que el reemplazo del comité directivo tabasqueño no tendrá lugar este año, en virtud de que su nuevo presidente se ha puesto como tarea primordial “amarrar” lo que quedó “suelto” del proceso interno en el que compitió con la yucateca Ivonne Ortega Pacheco, a quien algunas fuentes ubican ya en Morena.

Entre las primeras observaciones que ha recogido ‘”Alito” entre actores tabasqueños, destaca que de ninguna manera se puede hacer el relevo de Pedro Gutiérrez con un método de elección directa, como el que se estableció entre Ivonne y él, pues la experiencia ha enseñado que en Tabasco los pleitos políticos entre priístas “son a muerte”.

Cuando en el Revolucionario Institucional se ha llegado a la consulta abierta entre las bases, es resultado ha sido desastroso y la militancia termina partida en dos. El primer ejemplo de esto se dio durante el gobierno trunco de Salvador Neme Castillo, quien, como se acostumbraba entonces, quiso imponer en la avenida 16 de Septiembre a su amigo Jesús Madrazo Martínez de Escobar, que llevaba como compañero de fórmula a Guillermo Narváez Osorio; pero el CEN de Luis Donaldo Colosio se decidió por Carlos Prats Pérez, cuyo compañero de fórmula era Raúl Lezama Moo.

Entonces el desencuentro se dio porque Roberto Madrazo Pintado era cercano a Colosio y ya estaba en marcha el plan para destronar a Neme, lo que finalmente ocurrió en 1992.

Ninguna elección doméstica ha terminado bien en el tricolor. Cuando los priístas se enfrenta entre sí se pelean de verdad, y por lo general los que pierden abandonan sus filas.

Así se ha ido nutriendo la izquierda: el PRD empezó en Tabasco en 1988 (bajo las siglas de Frente Democrático Nacional) con priístas inconformes porque no les dieron una candidatura; hay testimonios suficientes para sostener que López Obrador dimitió al tricolor porque Neme no quiso hacerlo abanderado a la alcaldía de su natal Macuspana.

Uno de los cuadros priístas que seguramente va a estar en la directiva de Moreno Cárdenas es el exgobernador campechano Jorge Salomón Azar, actual delegado del CEN en Yucatán, y él sabe de primera mano de lo arduo que es realizar un cambio de dirigencia en el Edén.

Como representante de la cúpula tricolor aquí, a Salomón Azar le tocó el año pasado el proceso para nombrar a Gustavo de la Torre Zurita, quien se hizo cargo del partido durante las elecciones del 1 de julio de 2018, sustituyendo a Miguel Ángel Valdivia.

El paisano de Alejandro Moreno tuvo que recurrir a su fama de ‘hombre duro’ para poner orden en 16 de Septiembre.

En solidaridad con el periodista Alejandro Lelo de Larrea

Tabasco es una de las 10 entidades en donde el PRI tiene problemas con la renovación de sus directivas estatales. La nueva dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, además, le ha puesto especial interés por ser trinchera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta columna está en condiciones de adelantar que el reemplazo del comité directivo tabasqueño no tendrá lugar este año, en virtud de que su nuevo presidente se ha puesto como tarea primordial “amarrar” lo que quedó “suelto” del proceso interno en el que compitió con la yucateca Ivonne Ortega Pacheco, a quien algunas fuentes ubican ya en Morena.

Entre las primeras observaciones que ha recogido ‘”Alito” entre actores tabasqueños, destaca que de ninguna manera se puede hacer el relevo de Pedro Gutiérrez con un método de elección directa, como el que se estableció entre Ivonne y él, pues la experiencia ha enseñado que en Tabasco los pleitos políticos entre priístas “son a muerte”.

Cuando en el Revolucionario Institucional se ha llegado a la consulta abierta entre las bases, es resultado ha sido desastroso y la militancia termina partida en dos. El primer ejemplo de esto se dio durante el gobierno trunco de Salvador Neme Castillo, quien, como se acostumbraba entonces, quiso imponer en la avenida 16 de Septiembre a su amigo Jesús Madrazo Martínez de Escobar, que llevaba como compañero de fórmula a Guillermo Narváez Osorio; pero el CEN de Luis Donaldo Colosio se decidió por Carlos Prats Pérez, cuyo compañero de fórmula era Raúl Lezama Moo.

Entonces el desencuentro se dio porque Roberto Madrazo Pintado era cercano a Colosio y ya estaba en marcha el plan para destronar a Neme, lo que finalmente ocurrió en 1992.

Ninguna elección doméstica ha terminado bien en el tricolor. Cuando los priístas se enfrenta entre sí se pelean de verdad, y por lo general los que pierden abandonan sus filas.

Así se ha ido nutriendo la izquierda: el PRD empezó en Tabasco en 1988 (bajo las siglas de Frente Democrático Nacional) con priístas inconformes porque no les dieron una candidatura; hay testimonios suficientes para sostener que López Obrador dimitió al tricolor porque Neme no quiso hacerlo abanderado a la alcaldía de su natal Macuspana.

Uno de los cuadros priístas que seguramente va a estar en la directiva de Moreno Cárdenas es el exgobernador campechano Jorge Salomón Azar, actual delegado del CEN en Yucatán, y él sabe de primera mano de lo arduo que es realizar un cambio de dirigencia en el Edén.

Como representante de la cúpula tricolor aquí, a Salomón Azar le tocó el año pasado el proceso para nombrar a Gustavo de la Torre Zurita, quien se hizo cargo del partido durante las elecciones del 1 de julio de 2018, sustituyendo a Miguel Ángel Valdivia.

El paisano de Alejandro Moreno tuvo que recurrir a su fama de ‘hombre duro’ para poner orden en 16 de Septiembre.