/ jueves 11 de abril de 2019

El carnicero Arturo Núñez

Además de la desastrosa administración que encabezó en Tabasco, con actos de corrupción que ya le empieza a detectar el nuevo gobierno, a Arturo Núñez Jiménez se le recuerda también porque condujo el estado con ánimo de venganza, desatando la peor cacería que se recuerde aquí contra integrantes de un partido diferente al del titular del poder Ejecutivo.

Los seis años de su ejercicio su deseo de cobrar afrentas reales o fingidas lo despistó de su camino de ejercer el cargo para el que decía haberse preparado al menos 40 años.

El 31 de diciembre de hace siete años que rindió protesta como el primer gobernador de Tabasco postulado por un partido distinto al PRI, el perredista entró blandiendo la espada tirando tajos a la clase política del instituto que 12 años atrás le había negado la posibilidad de llegar a la Quinta Grijalva.

En su cruzada contra el priísmo, apoyado por el presidente Enrique Peña Nieto, quien se sintió ofendido por el mandatario saliente Andrés Granier Melo en las elecciones de julio de 2012, el tabasqueño que se ha ostentado como hombre de Estado usó la fuerza del aparato para encarcelar a sus adversarios.

Con su antecesor, el encono personal se dio porque en 2000 que Roberto Madrazo Pintado lo vetó para ser el abanderado del Revolucionario Institucional, él, Núñez, le pidió ayuda a quien entonces buscaba la alcaldía de Centro, pero Granier le contestó que no podía: respaldaría al cuadro que su partido había nominado, Manuel Andrade Díaz.

Las acusaciones principales en contra del último mandatario priísta y de quien fue su secretario de Salud, Luis Felipe Graham Zapata, tenían que ver con un presunto desvío de recursos en el seguro popular.

Granier está a punto de librar todas las acusaciones, y Graham ya ganó completamente en las 17 carpetas de investigación que le iniciaron.

El presunto delito por el que persiguió Núñez a Granier y a Luis Felipe también se cometió en la pasada administración.

Vea:

El 23 de octubre del año pasado, un mes antes de que concluyera el sexenio perredista, tras de que la XEV diera a conocer que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que en 2017 el gobierno de Tabasco desvió más de 264 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) para el pago de la homologación salarial a trabajadores estatales, el entonces secretario de Salud, Rommel Cerna Leeder, admitió que sí se cometió esa falta, pero debido a problemas financieros de la administración de Núñez.

En esa ocasión el funcionario nuñista señaló que dichos recursos se usaron para cubrir otros rubros de la misma dependencia, y aseguró que antes de que terminara el año quedaría zanjado el problema.

Cerna Leeder reconoció que el dinero empleado para la homologación salarial originalmente era para cubrir pagos a proveedores, así como para sufragar contribuciones como el ISR.

No se hizo mal uso del dinero, explicó, sino que se empleó para amortizar otras partidas.

Más aún: el pasado 10 de febrero, la actual secretaria de Salud, Silvia Roldán, informó que en el último trimestre de la administración de Núñez esa dependencia incurrió en el desvío de recursos.

Apuntó que el dinero que estaba etiquetado para atender programas o servicios se ocupó para el pago del personal.

“Efectivamente, en el sexenio anterior hubo desvíos de recursos al interior de los hospitales y de la Secretaría de Salud en general, cosa que está siendo auditada por especialistas”, reveló.

PARA SU INFORMACIÓN…

CON ALGUNOS KILOS menos y ya sin ningún proceso penal en contra, ayer reapareció por Villahermosa quien fuera titular de Salud en la pasada administración. Se espera que después de Semana Santa el ex gobernador Granier resuelva su situación jurídica.

Además de la desastrosa administración que encabezó en Tabasco, con actos de corrupción que ya le empieza a detectar el nuevo gobierno, a Arturo Núñez Jiménez se le recuerda también porque condujo el estado con ánimo de venganza, desatando la peor cacería que se recuerde aquí contra integrantes de un partido diferente al del titular del poder Ejecutivo.

Los seis años de su ejercicio su deseo de cobrar afrentas reales o fingidas lo despistó de su camino de ejercer el cargo para el que decía haberse preparado al menos 40 años.

El 31 de diciembre de hace siete años que rindió protesta como el primer gobernador de Tabasco postulado por un partido distinto al PRI, el perredista entró blandiendo la espada tirando tajos a la clase política del instituto que 12 años atrás le había negado la posibilidad de llegar a la Quinta Grijalva.

En su cruzada contra el priísmo, apoyado por el presidente Enrique Peña Nieto, quien se sintió ofendido por el mandatario saliente Andrés Granier Melo en las elecciones de julio de 2012, el tabasqueño que se ha ostentado como hombre de Estado usó la fuerza del aparato para encarcelar a sus adversarios.

Con su antecesor, el encono personal se dio porque en 2000 que Roberto Madrazo Pintado lo vetó para ser el abanderado del Revolucionario Institucional, él, Núñez, le pidió ayuda a quien entonces buscaba la alcaldía de Centro, pero Granier le contestó que no podía: respaldaría al cuadro que su partido había nominado, Manuel Andrade Díaz.

Las acusaciones principales en contra del último mandatario priísta y de quien fue su secretario de Salud, Luis Felipe Graham Zapata, tenían que ver con un presunto desvío de recursos en el seguro popular.

Granier está a punto de librar todas las acusaciones, y Graham ya ganó completamente en las 17 carpetas de investigación que le iniciaron.

El presunto delito por el que persiguió Núñez a Granier y a Luis Felipe también se cometió en la pasada administración.

Vea:

El 23 de octubre del año pasado, un mes antes de que concluyera el sexenio perredista, tras de que la XEV diera a conocer que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que en 2017 el gobierno de Tabasco desvió más de 264 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) para el pago de la homologación salarial a trabajadores estatales, el entonces secretario de Salud, Rommel Cerna Leeder, admitió que sí se cometió esa falta, pero debido a problemas financieros de la administración de Núñez.

En esa ocasión el funcionario nuñista señaló que dichos recursos se usaron para cubrir otros rubros de la misma dependencia, y aseguró que antes de que terminara el año quedaría zanjado el problema.

Cerna Leeder reconoció que el dinero empleado para la homologación salarial originalmente era para cubrir pagos a proveedores, así como para sufragar contribuciones como el ISR.

No se hizo mal uso del dinero, explicó, sino que se empleó para amortizar otras partidas.

Más aún: el pasado 10 de febrero, la actual secretaria de Salud, Silvia Roldán, informó que en el último trimestre de la administración de Núñez esa dependencia incurrió en el desvío de recursos.

Apuntó que el dinero que estaba etiquetado para atender programas o servicios se ocupó para el pago del personal.

“Efectivamente, en el sexenio anterior hubo desvíos de recursos al interior de los hospitales y de la Secretaría de Salud en general, cosa que está siendo auditada por especialistas”, reveló.

PARA SU INFORMACIÓN…

CON ALGUNOS KILOS menos y ya sin ningún proceso penal en contra, ayer reapareció por Villahermosa quien fuera titular de Salud en la pasada administración. Se espera que después de Semana Santa el ex gobernador Granier resuelva su situación jurídica.