/ lunes 10 de diciembre de 2018

El abrazo de Dos Bocas

El cuerpo recargado sobre él en actitud protectora. Así se leyó el abrazo que le dio ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Arturo Núñez Jiménez, durante la presentación del Plan Nacional de Refinación, en Dos Bocas, Paraíso, en lo que fue la primera gira oficial de AMLO por su tierra.

Medios nacionales destacaron como nota aparte los gritos en contra del mandatario de Tabasco. Uno de los diarios más importantes de la Ciudad de México compartió estos párrafos:

“Con sendas rechiflas y ‘abucheos’, los tabasqueños recibieron al todavía gobernador de extracción perredista, Arturo Núñez, en plena presentación del Plan Nacional de Refinación con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Desde la terminal marítima de Dos Bocas, las protestas de los invitados, políticos, empresarios y funcionarios asistentes no se hicieron esperar cuando el gobernante se acercó al estrado y durante su mensaje; en su oportunidad el presidente López Obrador respaldó y pidió apoyo a Núñez para cerrar su periodo.

“En contraste, al presentar al gobernador electo, Adán Augusto López, llovieron los aplausos.

“En su cuenta de Twitter, Arturo Núñez consideró que el Plan Nacional de Refinación hace justicia a la industria petrolera e integra la cadena productiva de los energéticos en beneficio del desarrollo integral de Tabasco”.

Hasta ahí la información del rotativo capitalino.

Cuando el gobernador fue presentado por el orador del evento y le llovieron los gritos de inconformidad, sin pararse de su asiento el presidente le pasó el brazo por la espalda y se quedó unos segundos reconfortándolo.

Núñez no perdió la calma y pareció sentirse satisfecho con la deferencia.

Según los que saben de expresión corporal, que AMLO haya recargado su cuerpo sobre el mandatario local indica una actitud protectora.

El abrazo de López Obrador a Núñez hizo preguntarse a muchos si en verdad ambos políticos están distanciados.

El origen del diferendo de 2015 no parece de tipo personal y es, más bien, político:

Todo comenzó cuando Morena quería que el gobierno de Tabasco presentara una controversia constitucional en contra la administración del entonces presidente Enrique Peña Nieto por el recorte al presupuesto por la baja rentabilidad del petróleo.

El Ejecutivo local no quiso enfrentarse a la federación, pues las condiciones políticas le eran adversas: en ese año Peña aún estaba fuerte y el tabasqueño no despegaba en su tercera campaña por la Presidencia.

El desencuentro se agudizó tras las elecciones intermedias de aquel año: el partido del tepetiteco fue enviado al cuarto lugar en los comicios para alcalde de Centro, y el triunfador resultó el candidato oficial, el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa.

Al parecer las relaciones se recompusieron en las elecciones para gobernador de este año: fue evidente que la administración de Núñez no operó en contra de Morena.

A Gaudiano lo dejó solo el régimen. Y no solo eso: los partidos participantes en la jornada tuvieron como presa de caza al joven abanderado del sol azteca.

Y mientras todos se le abalanzaban contra Gaudiano, el de Morena no dejaba de reconocer que Núñez se estaba manteniendo al margen de las elecciones y que programas como Corazón amigo, de Martha Lila Aguilera, esposa del mandatario, se iban a mantener si Morena ganaba las justas.

Quizá en ese marco, en el de las loas del partido de López Obrador al mandatario estatal en la pasada jornada electoral, deba explicarse el abrazo de Dos Bocas.

De hecho, hay observadores que aseguran que cuando termine su gestión, Núñez podría ser llamado por el presidente López Obrador.

Vaya, Néstor Núñez, hijo del gobernador de Tabasco, es alcalde de Cuauhtémoc en la Ciudad de México.

Hay, pues, cercanía.

El cuerpo recargado sobre él en actitud protectora. Así se leyó el abrazo que le dio ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Arturo Núñez Jiménez, durante la presentación del Plan Nacional de Refinación, en Dos Bocas, Paraíso, en lo que fue la primera gira oficial de AMLO por su tierra.

Medios nacionales destacaron como nota aparte los gritos en contra del mandatario de Tabasco. Uno de los diarios más importantes de la Ciudad de México compartió estos párrafos:

“Con sendas rechiflas y ‘abucheos’, los tabasqueños recibieron al todavía gobernador de extracción perredista, Arturo Núñez, en plena presentación del Plan Nacional de Refinación con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Desde la terminal marítima de Dos Bocas, las protestas de los invitados, políticos, empresarios y funcionarios asistentes no se hicieron esperar cuando el gobernante se acercó al estrado y durante su mensaje; en su oportunidad el presidente López Obrador respaldó y pidió apoyo a Núñez para cerrar su periodo.

“En contraste, al presentar al gobernador electo, Adán Augusto López, llovieron los aplausos.

“En su cuenta de Twitter, Arturo Núñez consideró que el Plan Nacional de Refinación hace justicia a la industria petrolera e integra la cadena productiva de los energéticos en beneficio del desarrollo integral de Tabasco”.

Hasta ahí la información del rotativo capitalino.

Cuando el gobernador fue presentado por el orador del evento y le llovieron los gritos de inconformidad, sin pararse de su asiento el presidente le pasó el brazo por la espalda y se quedó unos segundos reconfortándolo.

Núñez no perdió la calma y pareció sentirse satisfecho con la deferencia.

Según los que saben de expresión corporal, que AMLO haya recargado su cuerpo sobre el mandatario local indica una actitud protectora.

El abrazo de López Obrador a Núñez hizo preguntarse a muchos si en verdad ambos políticos están distanciados.

El origen del diferendo de 2015 no parece de tipo personal y es, más bien, político:

Todo comenzó cuando Morena quería que el gobierno de Tabasco presentara una controversia constitucional en contra la administración del entonces presidente Enrique Peña Nieto por el recorte al presupuesto por la baja rentabilidad del petróleo.

El Ejecutivo local no quiso enfrentarse a la federación, pues las condiciones políticas le eran adversas: en ese año Peña aún estaba fuerte y el tabasqueño no despegaba en su tercera campaña por la Presidencia.

El desencuentro se agudizó tras las elecciones intermedias de aquel año: el partido del tepetiteco fue enviado al cuarto lugar en los comicios para alcalde de Centro, y el triunfador resultó el candidato oficial, el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa.

Al parecer las relaciones se recompusieron en las elecciones para gobernador de este año: fue evidente que la administración de Núñez no operó en contra de Morena.

A Gaudiano lo dejó solo el régimen. Y no solo eso: los partidos participantes en la jornada tuvieron como presa de caza al joven abanderado del sol azteca.

Y mientras todos se le abalanzaban contra Gaudiano, el de Morena no dejaba de reconocer que Núñez se estaba manteniendo al margen de las elecciones y que programas como Corazón amigo, de Martha Lila Aguilera, esposa del mandatario, se iban a mantener si Morena ganaba las justas.

Quizá en ese marco, en el de las loas del partido de López Obrador al mandatario estatal en la pasada jornada electoral, deba explicarse el abrazo de Dos Bocas.

De hecho, hay observadores que aseguran que cuando termine su gestión, Núñez podría ser llamado por el presidente López Obrador.

Vaya, Néstor Núñez, hijo del gobernador de Tabasco, es alcalde de Cuauhtémoc en la Ciudad de México.

Hay, pues, cercanía.