/ jueves 7 de julio de 2022

Ejes Ambientales | Una sola tierra, Un solo Tabasco

“Mujer Ceiba: Un reclamo ecológico. El árbol sagrado de los mayas.

Transformado en una bella mujer. Que la tala inmoderada decapita y mutila.”.

Ventura Marín Azcuaga, 1998

.

He comenzado con esta frase que podemos apreciar al pie de la escultura de “La Mujer Ceiba”, en el contaminado Vaso Cencalli de la Laguna de las Ilusiones, el cual me hace pensar en “Un solo Tabasco”, qué hemos hecho del otrora Edén. Al respecto, he extraído un fragmento de la columna “Punto y Aparte” del Heraldo de Tabasco, que A. Díaz escribió magistralmente a pocos días del lamentable fallecimiento del extraordinario artista tabasqueño Ventura Marín Azcuaga en abril de hace dos años:

“…Tras cada una de sus esculturas, hay una historia. Leamos la de La Mujer Ceiba, contada por él: “…en 1988, viajando de Emiliano Zapata a Tenosique, donde tenía el encargo de realizar unas tarjetas postales, vi en el camino,… tres gigantescas ceibas y limitando el paisaje muchos árboles de macuilís a punto de florear, de inmediato me imaginé que cuando esto sucediera sería un estupendo tema para una de las postales solicitadas. Días después, cuando esos árboles floreaban… preparé mi equipo fotográfico y les avisé a los familiares de las jovencitas que regularmente posaban para mis fotos de paisaje…Con ansias llegamos al lugar esperado y las grandes ceibas, árbol sagrado de los mayas: ¡no estaban!... Las habían cortado para hacer relleno de triplay en la fábrica de Palenque. Las flores del macuilís por primera vez me parecieron tristes, me dieron la impresión de formar una gran corona que rodeaba los árboles muertos. Fue tanto mi enojo, mi indignación y mi tristeza ante esa agresión ecológica que en el momento me pregunté: ¿qué puedes hacer tú Ventura Marín, con las artes plásticas, para mostrar un reclamo ecológico?...Mientras pensaba, tomé fotos de las raíces heridas, aun chorreando su sangre hecha savia, y, posteriormente con ellas, formé escultóricamente una sola raíz. El tronco inexistente lo transformé en un bello y frondoso cuerpo de mujer girando con ansias de crecer hasta llegar a acariciar las nubes y su sufrimiento y el mío (que debiera ser el de todos) lo simbolicé presentándola decapitada y sin brazos…”

Esta cita es para que reflexionemos lo que hemos hecho con Tabasco desde hace casi un siglo, pero lo más triste es que al día de hoy lo continuamos devastando con “esmero irresponsable”. No nos hemos dado cuenta que tenemos “Un solo Tabasco” ¿Qué le vamos a dejar a las siguientes generaciones de tabasqueñas y tabasqueños?, ¿Qué explicaciones les daremos para justificar que a pesar de que ya sabíamos lo que estaba ocurriendo, no hicimos nada o no hicimos lo suficiente?, hemos guardado silencio, hemos preferido voltear la vista hacia otro lado para pretender no darnos cuenta, nos hemos convertido en cómplices del desarrollo económico equivocado, que aniquila nuestra naturaleza, que ofrece el color negro a nuestras aguas, que pinta de gris nuestro cielo, que crea montañas con desechos nuestras ciudades, caminos, veredas, aguas y costas. Hoy pregunto, con el nombre del popular programa televisivo y la genialidad crítica de Héctor Suárez ¿Qué nos pasa?, yo me permitiré agregar ¿Hasta cuando seguiremos callados?, ¿Hasta cuando seguiremos pretender no ver?, ¿Cuánto tiempo más soportará la naturaleza y nuestros lugares de vida? ¿Cuándo nos daremos cuenta que hemos equivocado el camino en nuestro afán de lo que hemos llamado “el progreso”?

Esta es la realidad que veo todos los días y que pareciera que no hay freno ¿Cuál realidad ves tu?...pero también veo que hay tabasqueñas y tabasqueños que queremos hacer y procuramos hacer las cosas en armonía con el medio ambiente, nos llaman en forma peyorativa ambientalistas, ilusos, farsantes, soñadores. No importa como nos llamen, nosotros seguiremos caminando con la convicción de que aún estamos a tiempo de ser parte de la solución de los complejos problemas socioambientales que son reflejo de incivilidad y deterioro social en nuestros días.

En la mayoría de mis conferencias y clases que imparto comienzo preguntando ¿Quién de ustedes hace daño al medio ambiente?...y la primera reacción que veo es que la mayoría de las y los asistentes se voltean a ver a los de cada lado o a los que están sentados atrás. En ese momento les digo ve hacia tu interior y te darás cuenta que tu también eres parte del problema y que tu también puedes ser parte de la solución.

Hoy pretendía hablarles sobre la reciente celebración de los 22 años del lanzamiento de la declaración universal de Carta de la Tierra, con todos sus principios y valores inspiradores para transformar nuestro presente hacia la sustentabilidad en beneficio no solo de nosotros, sino de los que vienen más adelante. Sin embargo, al hacer la cita de la frase en la escultura de la mujer ceiba me provocó a escribir lo que hoy leen, a reiterar con énfasis en que “sólo tenemos un Tabasco” y que nos los estamos acabando, en algunos casos, a pasos agigantados, celebrando y aplaudiendo nuestro desarrollo en actividades industriales y comerciales altamente contaminantes, dejando en el olvido lo que fue nuestra naturaleza, nuestra basta riqueza de la selva, el agua limpia y el aire puro.

Conozco sectores de la sociedad civil en las ciudades y productores en el campo tabasqueño que están haciendo las cosas bien, en algunos casos muy bien, que conservan la naturaleza, que viven con estilos de vida amigables al medio ambiente, que generan conciencia y acciones ciudadanas más participativas y responsables con los ecosistemas y su biodiversidad. Como también conozco a otras y otros que son un atropello para la naturaleza y focos contaminadores de todo orden, que no les interesa vivir en un Tabasco limpio, digno y sano.

De igual manera, nuestras autoridades ambientales en el Gobierno Federal por la austeridad “franciscana” han sido reducidas a calentar las sillas a pesar de que entre ellas y ellos hay servidores públicos con ética y trayectorias de muchos años. En el Gobierno del Estado tenemos tomadores de decisión en sus tres primeros niveles que saben de muchas cosas pero desconocen el sector ambiental, no escuchan las voces ciudadanas, no escuchan a la ciencia, ni a la naturaleza, no conocen los rincones del Estado, solo los observo y escucho en la simulación, en su vehemencia por cargos de elección electoral o sus desmedidas pretensiones económicas personales. Con frecuencia escucho que dicen estar para servir a su jefe en turno, pero no los escucho decir que están para servir a la gente, ni se refieren a cumplir con sus funciones y competencias para las que fueron contratados con recursos económicos cuyo origen son nuestros pagos de derecho y contribuciones. No los veo cumpliendo sus responsabilidades establecidas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Tabasco. Sería injusto no decir que también hay servidores públicos responsables, comprometidos, con basta experiencia y que tienen conocimiento de la gran diversidad de problemas y soluciones ambientales en todas las regiones de Tabasco, sin embargo sabemos que no son consultados ni escuchados por sus “jefes”. En el orden municipal, salvo escasas y honrosas excepciones, no tienen la capacidad para atender la problemática socioambiental en sus respectivos territorios y están ocupando cargos por compromisos con el amigo, el pariente o el proveedor ¿no que ya se había acabado estas prácticas del pasado?

A las autoridades y sociedad en general hago nuevamente un llamado para que hagan algo más de lo que les corresponde, si es que pretenden ser los mejores en lo que cada uno hace en su vida personal o profesional; que hagan algo mas por el medio ambiente si es que aspiran a tener mejor salud y rescatar el edén que tanto hemos pregonado por todos los caminos y en todos los escenarios ¿no se han dado cuenta o no se quieren dar por enterados que lo estamos perdiendo?

Se vale soñar, recuerden que los sueños transforman realidades y de los que nacen los mejores proyectos de vida. Con estas premisas recordemos el discurso de Martin Luther King en agosto de 1963, que entre cosas, dijo “Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, Esta es nuestra esperanza”. También recurro a su memoria del discurso de Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994, del cual destaco lo siguiente: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”; de igual manera, citaré un fragmento de un discurso de Carlos Alberto Madrazo Becerra, en diciembre de 1964: “Puertas abiertas, discusiones en voz alta, diálogos constantes entre nosotros. No la jerarquía a base de la imposición, sino el grado que se conquista a base del esfuerzo”; por último yo sueño “En un Tabasco más justo, pacífico, democrático y, naturalmente, sustentable” … ¿Qué sueñas sobre Tabasco?, ¿Qué piensas con el hecho de que tenemos un solo Tabasco?

“Mujer Ceiba: Un reclamo ecológico. El árbol sagrado de los mayas.

Transformado en una bella mujer. Que la tala inmoderada decapita y mutila.”.

Ventura Marín Azcuaga, 1998

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He comenzado con esta frase que podemos apreciar al pie de la escultura de “La Mujer Ceiba”, en el contaminado Vaso Cencalli de la Laguna de las Ilusiones, el cual me hace pensar en “Un solo Tabasco”, qué hemos hecho del otrora Edén. Al respecto, he extraído un fragmento de la columna “Punto y Aparte” del Heraldo de Tabasco, que A. Díaz escribió magistralmente a pocos días del lamentable fallecimiento del extraordinario artista tabasqueño Ventura Marín Azcuaga en abril de hace dos años:

“…Tras cada una de sus esculturas, hay una historia. Leamos la de La Mujer Ceiba, contada por él: “…en 1988, viajando de Emiliano Zapata a Tenosique, donde tenía el encargo de realizar unas tarjetas postales, vi en el camino,… tres gigantescas ceibas y limitando el paisaje muchos árboles de macuilís a punto de florear, de inmediato me imaginé que cuando esto sucediera sería un estupendo tema para una de las postales solicitadas. Días después, cuando esos árboles floreaban… preparé mi equipo fotográfico y les avisé a los familiares de las jovencitas que regularmente posaban para mis fotos de paisaje…Con ansias llegamos al lugar esperado y las grandes ceibas, árbol sagrado de los mayas: ¡no estaban!... Las habían cortado para hacer relleno de triplay en la fábrica de Palenque. Las flores del macuilís por primera vez me parecieron tristes, me dieron la impresión de formar una gran corona que rodeaba los árboles muertos. Fue tanto mi enojo, mi indignación y mi tristeza ante esa agresión ecológica que en el momento me pregunté: ¿qué puedes hacer tú Ventura Marín, con las artes plásticas, para mostrar un reclamo ecológico?...Mientras pensaba, tomé fotos de las raíces heridas, aun chorreando su sangre hecha savia, y, posteriormente con ellas, formé escultóricamente una sola raíz. El tronco inexistente lo transformé en un bello y frondoso cuerpo de mujer girando con ansias de crecer hasta llegar a acariciar las nubes y su sufrimiento y el mío (que debiera ser el de todos) lo simbolicé presentándola decapitada y sin brazos…”

Esta cita es para que reflexionemos lo que hemos hecho con Tabasco desde hace casi un siglo, pero lo más triste es que al día de hoy lo continuamos devastando con “esmero irresponsable”. No nos hemos dado cuenta que tenemos “Un solo Tabasco” ¿Qué le vamos a dejar a las siguientes generaciones de tabasqueñas y tabasqueños?, ¿Qué explicaciones les daremos para justificar que a pesar de que ya sabíamos lo que estaba ocurriendo, no hicimos nada o no hicimos lo suficiente?, hemos guardado silencio, hemos preferido voltear la vista hacia otro lado para pretender no darnos cuenta, nos hemos convertido en cómplices del desarrollo económico equivocado, que aniquila nuestra naturaleza, que ofrece el color negro a nuestras aguas, que pinta de gris nuestro cielo, que crea montañas con desechos nuestras ciudades, caminos, veredas, aguas y costas. Hoy pregunto, con el nombre del popular programa televisivo y la genialidad crítica de Héctor Suárez ¿Qué nos pasa?, yo me permitiré agregar ¿Hasta cuando seguiremos callados?, ¿Hasta cuando seguiremos pretender no ver?, ¿Cuánto tiempo más soportará la naturaleza y nuestros lugares de vida? ¿Cuándo nos daremos cuenta que hemos equivocado el camino en nuestro afán de lo que hemos llamado “el progreso”?

Esta es la realidad que veo todos los días y que pareciera que no hay freno ¿Cuál realidad ves tu?...pero también veo que hay tabasqueñas y tabasqueños que queremos hacer y procuramos hacer las cosas en armonía con el medio ambiente, nos llaman en forma peyorativa ambientalistas, ilusos, farsantes, soñadores. No importa como nos llamen, nosotros seguiremos caminando con la convicción de que aún estamos a tiempo de ser parte de la solución de los complejos problemas socioambientales que son reflejo de incivilidad y deterioro social en nuestros días.

En la mayoría de mis conferencias y clases que imparto comienzo preguntando ¿Quién de ustedes hace daño al medio ambiente?...y la primera reacción que veo es que la mayoría de las y los asistentes se voltean a ver a los de cada lado o a los que están sentados atrás. En ese momento les digo ve hacia tu interior y te darás cuenta que tu también eres parte del problema y que tu también puedes ser parte de la solución.

Hoy pretendía hablarles sobre la reciente celebración de los 22 años del lanzamiento de la declaración universal de Carta de la Tierra, con todos sus principios y valores inspiradores para transformar nuestro presente hacia la sustentabilidad en beneficio no solo de nosotros, sino de los que vienen más adelante. Sin embargo, al hacer la cita de la frase en la escultura de la mujer ceiba me provocó a escribir lo que hoy leen, a reiterar con énfasis en que “sólo tenemos un Tabasco” y que nos los estamos acabando, en algunos casos, a pasos agigantados, celebrando y aplaudiendo nuestro desarrollo en actividades industriales y comerciales altamente contaminantes, dejando en el olvido lo que fue nuestra naturaleza, nuestra basta riqueza de la selva, el agua limpia y el aire puro.

Conozco sectores de la sociedad civil en las ciudades y productores en el campo tabasqueño que están haciendo las cosas bien, en algunos casos muy bien, que conservan la naturaleza, que viven con estilos de vida amigables al medio ambiente, que generan conciencia y acciones ciudadanas más participativas y responsables con los ecosistemas y su biodiversidad. Como también conozco a otras y otros que son un atropello para la naturaleza y focos contaminadores de todo orden, que no les interesa vivir en un Tabasco limpio, digno y sano.

De igual manera, nuestras autoridades ambientales en el Gobierno Federal por la austeridad “franciscana” han sido reducidas a calentar las sillas a pesar de que entre ellas y ellos hay servidores públicos con ética y trayectorias de muchos años. En el Gobierno del Estado tenemos tomadores de decisión en sus tres primeros niveles que saben de muchas cosas pero desconocen el sector ambiental, no escuchan las voces ciudadanas, no escuchan a la ciencia, ni a la naturaleza, no conocen los rincones del Estado, solo los observo y escucho en la simulación, en su vehemencia por cargos de elección electoral o sus desmedidas pretensiones económicas personales. Con frecuencia escucho que dicen estar para servir a su jefe en turno, pero no los escucho decir que están para servir a la gente, ni se refieren a cumplir con sus funciones y competencias para las que fueron contratados con recursos económicos cuyo origen son nuestros pagos de derecho y contribuciones. No los veo cumpliendo sus responsabilidades establecidas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Tabasco. Sería injusto no decir que también hay servidores públicos responsables, comprometidos, con basta experiencia y que tienen conocimiento de la gran diversidad de problemas y soluciones ambientales en todas las regiones de Tabasco, sin embargo sabemos que no son consultados ni escuchados por sus “jefes”. En el orden municipal, salvo escasas y honrosas excepciones, no tienen la capacidad para atender la problemática socioambiental en sus respectivos territorios y están ocupando cargos por compromisos con el amigo, el pariente o el proveedor ¿no que ya se había acabado estas prácticas del pasado?

A las autoridades y sociedad en general hago nuevamente un llamado para que hagan algo más de lo que les corresponde, si es que pretenden ser los mejores en lo que cada uno hace en su vida personal o profesional; que hagan algo mas por el medio ambiente si es que aspiran a tener mejor salud y rescatar el edén que tanto hemos pregonado por todos los caminos y en todos los escenarios ¿no se han dado cuenta o no se quieren dar por enterados que lo estamos perdiendo?

Se vale soñar, recuerden que los sueños transforman realidades y de los que nacen los mejores proyectos de vida. Con estas premisas recordemos el discurso de Martin Luther King en agosto de 1963, que entre cosas, dijo “Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, Esta es nuestra esperanza”. También recurro a su memoria del discurso de Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994, del cual destaco lo siguiente: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”; de igual manera, citaré un fragmento de un discurso de Carlos Alberto Madrazo Becerra, en diciembre de 1964: “Puertas abiertas, discusiones en voz alta, diálogos constantes entre nosotros. No la jerarquía a base de la imposición, sino el grado que se conquista a base del esfuerzo”; por último yo sueño “En un Tabasco más justo, pacífico, democrático y, naturalmente, sustentable” … ¿Qué sueñas sobre Tabasco?, ¿Qué piensas con el hecho de que tenemos un solo Tabasco?