/ jueves 9 de junio de 2022

Ejes Ambientales | El Basural en Tabasco

“Responsabilidad compartida: Las autoridades tienen la obligación de la prevención de la generación, valorización y la gestión integral de los residuos sólidos; y la ciudadanía tiene la obligación de un manejo responsable e integral de sus residuos”.

Cristina Cortinas, 2017.

.

El pasado domingo 5 de junio estábamos en una enorme diversidad de actividades en el marco del el Día Mundial del Medio Ambiente, celebrando el 50 aniversario de la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Se me vino a la mente, que después de esas cinco décadas seguimos actuando como si la humanidad fuéramos dueños de la naturaleza sin importarnos contaminar a “diestra y siniestra” nuestros suelos, aires y aguas.

A casi un cuarto del siglo 21 continuamos sin resultados tangibles en estos temas de la contaminación por diversas actividades derivadas del modelo económico insostenible y nuestros hábitos desmedidos de consumo. Entre otros contaminantes tenemos muy a la mano el de los residuos como son las emisiones a la atmósfera, las descargas de aguas negras y la pésima gestión y mal manejo de la basura.

El tema de la contaminación por residuos es muy extenso, por ello hoy sólo hablaré de la basura doméstica o los residuos sólidos urbanos como los definen las leyes y reglamentos en la materia. Que también hay mucho que decir si hiciera referencia a escala mundial o del país; por eso, solo haré mención de lo que sucede en nuestro terruño tabasqueño, que en términos coloquiales lo tenemos como un basural desde hace décadas a pesar de múltiples esfuerzos y diversidad de leyes.

Hay que reconocer que los municipios, no todos, hacen lo que pueden con los escasos recursos que dicen tener; el problema es que no tienen visión para dar solución integral al problema, salvo en el caso de la recolección que es la fase que cumplen medianamente bien, por ejemplo, en el caso del municipio de Centro desde hace años invierten en camiones recolectores y hacen su difícil tarea todos los días en zonas urbanas, además de que tienen un sitio de disposición final en un relleno sanitario con base a la norma oficial mexicana aplicable.

Sin embargo, no acaban de comprender a pesar de que existe un marco legal amplio a nivel federal desde el 2003 como la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos; en el orden estatal desde el 2012 y los municipios que los residuos están mandatados desde la Carta Magna en su artículo 115 que entre sus funciones le establece que los municipios tienen la responsabilidad los servicios de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos. Cabe hacer mención que desde la ley federal de residuos también se le derivan competencias a todos los estados y municipios del país. Que es muy clara en ello, pues dice que los residuos peligrosos corresponden regular en el orden federal; los de manejo especial a los estados y los urbanos a la instancia municipal.

En este último caso las y los presidentes municipales siempre han tenido la idea equivocada que con el simple hecho de tener cobertura eficiente de recolección abatirán el problema de contaminación provocada por la basura; cuando en realidad se les olvida o prefieren ignorar que la gestión integral de los residuos urbanos comprende desde la reducción en la fuente, separación, reutilización, reciclaje, co-procesamiento, tratamiento biológico, químico, físico o térmico, acopio, almacenamiento, transporte y disposición final de residuos, individualmente realizadas o combinadas de manera apropiada, para adaptarse a las condiciones y necesidades de cada lugar, cumpliendo objetivos de valorización, eficiencia sanitaria, ambiental, tecnológica, económica y social.

Por otro lado, se ha observado que el Estado solo hace esfuerzos para fomentar el reciclado y en recientes días normando los plásticos de un solo uso, que diría son un problema latente en Tabasco pero que en este caso percibo como mera simulación y les resultan redituables en medios y es probable que para su recaudación. Sin embargo, descuida otros residuos de su competencia que requieren de atención inmediata y su gestión integral de manejo especial pues están causando severos problemas de contaminación al medio ambiente en la entidad.

Son muchos, pero sólo mencionaré algunos de mayor daño al ambiente y salud humana como son: los residuos de las actividades de transporte, que incluye servicios en los puertos, aeropuertos, centrales camioneras, estaciones de autotransporte y los del transporte público, que considera también a los prestadores de servicio que cuenten con terminales, talleres o estaciones; residuos de la construcción, mantenimiento y demolición en general; residuos tecnológicos de las industrias de la informática como computadoras personales de escritorio, portátiles y sus accesorios, teléfonos celulares, monitores con tubos de rayos catódicos (incluyendo televisores). Pantallas de cristal líquido y plasma, reproductores de audio y video portátiles, cables para equipos electrónicos, impresoras, fotocopiadoras y multifuncionales y productos electrónicos tales como refrigeradores, aire acondicionado, lavadoras, secadoras, estufas y hornos de microondas.

A ello, agregaría que se ponen a regular los plásticos sin tener conocimiento de la composición y temporalidad actual de los residuos de manejo especial. La última información es del año 2013 y de ese momento a la fecha los volúmenes, su composición ha cambiado y crecido, en algunos casos de manera exponencial. Los datos que utilizan como consideraciones en la norma estatal son del Gobierno de la Ciudad de México, que como todos sabemos, son escenarios totalmente diferentes a los de Tabasco; además de otras referencias. Se podría abundar más en la mala estructura de la norma, pero considero que lo expuesto nos dice con claridad que para regular o normar hay que conocer la realidad del territorio. Lo cual, puede dar motivo a procedimientos de inconformidad y generar recursos administrativos que invalidarían la aplicación de la norma estatal.

Por lo anterior estimo necesario que las autoridades estatales, antes de emitir sus políticas públicas, tal vez bien intencionadas, es necesario se documenten mas en los temas a normar y atiendan aquellos que son de su competencia, ya que desde el marco legal ambiental federal establece que los plásticos corresponden al orden municipal.

En fin, creo que el basural en el que tenemos a Tabasco continuará.

Cuando hablamos de basural es porque la sociedad también estamos haciendo mal la parte que nos corresponde; solo es cuestión que echemos un ojo a nuestros ríos, lagunas y arroyos; que veamos los drenajes, las calles y los caminos. Así mismo, la propia autoridad nos ha dicho que existen 1,600 tiraderos a cielo abierto en Tabasco. Que por si solo son fuentes de contaminación la cual se agrava cuando estos basureros tolerados se queman, pues emiten contaminantes a la atmósfera de más alto riesgo para la salud de la población.

Por todo lo anterior, deseo cerrar esta columna con la invitación para que apliquemos el principio de responsabilidad compartida y diferenciada en el tema de la escasa gestión y mal manejo de los residuos sólidos urbanos, de ello, todas y todos somos responsables en el problema, pero debemos ser parte de la solución y dejar de ser solo espectadores. Estoy seguro que podemos ser mejores ciudadanos y hacer ese algo más que se necesita para contribuir a resolver el tema de la contaminación. Que el término del “basural” solo quede en estas letras y lo convirtamos como un modo de vida sustentable mediante el manejo responsable de la basura. Aspiro a que en una fecha no muy lejana sustituyamos el término basura por el de residuos sólidos urbanos, lo cual implicaría que ya estamos dando un significado más cercano al manejo apropiado de estos desechos.

“Responsabilidad compartida: Las autoridades tienen la obligación de la prevención de la generación, valorización y la gestión integral de los residuos sólidos; y la ciudadanía tiene la obligación de un manejo responsable e integral de sus residuos”.

Cristina Cortinas, 2017.

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El pasado domingo 5 de junio estábamos en una enorme diversidad de actividades en el marco del el Día Mundial del Medio Ambiente, celebrando el 50 aniversario de la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Se me vino a la mente, que después de esas cinco décadas seguimos actuando como si la humanidad fuéramos dueños de la naturaleza sin importarnos contaminar a “diestra y siniestra” nuestros suelos, aires y aguas.

A casi un cuarto del siglo 21 continuamos sin resultados tangibles en estos temas de la contaminación por diversas actividades derivadas del modelo económico insostenible y nuestros hábitos desmedidos de consumo. Entre otros contaminantes tenemos muy a la mano el de los residuos como son las emisiones a la atmósfera, las descargas de aguas negras y la pésima gestión y mal manejo de la basura.

El tema de la contaminación por residuos es muy extenso, por ello hoy sólo hablaré de la basura doméstica o los residuos sólidos urbanos como los definen las leyes y reglamentos en la materia. Que también hay mucho que decir si hiciera referencia a escala mundial o del país; por eso, solo haré mención de lo que sucede en nuestro terruño tabasqueño, que en términos coloquiales lo tenemos como un basural desde hace décadas a pesar de múltiples esfuerzos y diversidad de leyes.

Hay que reconocer que los municipios, no todos, hacen lo que pueden con los escasos recursos que dicen tener; el problema es que no tienen visión para dar solución integral al problema, salvo en el caso de la recolección que es la fase que cumplen medianamente bien, por ejemplo, en el caso del municipio de Centro desde hace años invierten en camiones recolectores y hacen su difícil tarea todos los días en zonas urbanas, además de que tienen un sitio de disposición final en un relleno sanitario con base a la norma oficial mexicana aplicable.

Sin embargo, no acaban de comprender a pesar de que existe un marco legal amplio a nivel federal desde el 2003 como la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos; en el orden estatal desde el 2012 y los municipios que los residuos están mandatados desde la Carta Magna en su artículo 115 que entre sus funciones le establece que los municipios tienen la responsabilidad los servicios de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos. Cabe hacer mención que desde la ley federal de residuos también se le derivan competencias a todos los estados y municipios del país. Que es muy clara en ello, pues dice que los residuos peligrosos corresponden regular en el orden federal; los de manejo especial a los estados y los urbanos a la instancia municipal.

En este último caso las y los presidentes municipales siempre han tenido la idea equivocada que con el simple hecho de tener cobertura eficiente de recolección abatirán el problema de contaminación provocada por la basura; cuando en realidad se les olvida o prefieren ignorar que la gestión integral de los residuos urbanos comprende desde la reducción en la fuente, separación, reutilización, reciclaje, co-procesamiento, tratamiento biológico, químico, físico o térmico, acopio, almacenamiento, transporte y disposición final de residuos, individualmente realizadas o combinadas de manera apropiada, para adaptarse a las condiciones y necesidades de cada lugar, cumpliendo objetivos de valorización, eficiencia sanitaria, ambiental, tecnológica, económica y social.

Por otro lado, se ha observado que el Estado solo hace esfuerzos para fomentar el reciclado y en recientes días normando los plásticos de un solo uso, que diría son un problema latente en Tabasco pero que en este caso percibo como mera simulación y les resultan redituables en medios y es probable que para su recaudación. Sin embargo, descuida otros residuos de su competencia que requieren de atención inmediata y su gestión integral de manejo especial pues están causando severos problemas de contaminación al medio ambiente en la entidad.

Son muchos, pero sólo mencionaré algunos de mayor daño al ambiente y salud humana como son: los residuos de las actividades de transporte, que incluye servicios en los puertos, aeropuertos, centrales camioneras, estaciones de autotransporte y los del transporte público, que considera también a los prestadores de servicio que cuenten con terminales, talleres o estaciones; residuos de la construcción, mantenimiento y demolición en general; residuos tecnológicos de las industrias de la informática como computadoras personales de escritorio, portátiles y sus accesorios, teléfonos celulares, monitores con tubos de rayos catódicos (incluyendo televisores). Pantallas de cristal líquido y plasma, reproductores de audio y video portátiles, cables para equipos electrónicos, impresoras, fotocopiadoras y multifuncionales y productos electrónicos tales como refrigeradores, aire acondicionado, lavadoras, secadoras, estufas y hornos de microondas.

A ello, agregaría que se ponen a regular los plásticos sin tener conocimiento de la composición y temporalidad actual de los residuos de manejo especial. La última información es del año 2013 y de ese momento a la fecha los volúmenes, su composición ha cambiado y crecido, en algunos casos de manera exponencial. Los datos que utilizan como consideraciones en la norma estatal son del Gobierno de la Ciudad de México, que como todos sabemos, son escenarios totalmente diferentes a los de Tabasco; además de otras referencias. Se podría abundar más en la mala estructura de la norma, pero considero que lo expuesto nos dice con claridad que para regular o normar hay que conocer la realidad del territorio. Lo cual, puede dar motivo a procedimientos de inconformidad y generar recursos administrativos que invalidarían la aplicación de la norma estatal.

Por lo anterior estimo necesario que las autoridades estatales, antes de emitir sus políticas públicas, tal vez bien intencionadas, es necesario se documenten mas en los temas a normar y atiendan aquellos que son de su competencia, ya que desde el marco legal ambiental federal establece que los plásticos corresponden al orden municipal.

En fin, creo que el basural en el que tenemos a Tabasco continuará.

Cuando hablamos de basural es porque la sociedad también estamos haciendo mal la parte que nos corresponde; solo es cuestión que echemos un ojo a nuestros ríos, lagunas y arroyos; que veamos los drenajes, las calles y los caminos. Así mismo, la propia autoridad nos ha dicho que existen 1,600 tiraderos a cielo abierto en Tabasco. Que por si solo son fuentes de contaminación la cual se agrava cuando estos basureros tolerados se queman, pues emiten contaminantes a la atmósfera de más alto riesgo para la salud de la población.

Por todo lo anterior, deseo cerrar esta columna con la invitación para que apliquemos el principio de responsabilidad compartida y diferenciada en el tema de la escasa gestión y mal manejo de los residuos sólidos urbanos, de ello, todas y todos somos responsables en el problema, pero debemos ser parte de la solución y dejar de ser solo espectadores. Estoy seguro que podemos ser mejores ciudadanos y hacer ese algo más que se necesita para contribuir a resolver el tema de la contaminación. Que el término del “basural” solo quede en estas letras y lo convirtamos como un modo de vida sustentable mediante el manejo responsable de la basura. Aspiro a que en una fecha no muy lejana sustituyamos el término basura por el de residuos sólidos urbanos, lo cual implicaría que ya estamos dando un significado más cercano al manejo apropiado de estos desechos.