/ sábado 22 de diciembre de 2018

¿Dónde ven a Núñez en 2019?  

Hay problemas de latrocinio, robo descarado, de saqueo abierto de los recursos públicos; dentro del derecho penal hay agravantes y atenuantes. Imagínense ustedes que el Hospital del Niño anunció un viernes que dejaba de operar el martes porque no tenía oxígeno para atender a los niños prematuros en las incubadoras, el Hospital de la Mujer o los hospitales de Villahermosa, de tal manera que fue una conducta doblemente criminal, señaló el entrevistado.

¿En caso de que la autoridad estatal o federal acredite estos delitos, espera ver tras las rejas a su sucesor?, preguntó el reportero.

-- Eso ya me lo preguntaron en una entrevista de CNN, que si cómo veía yo al ex gobernador en cinco años. Yo lo veo en la cárcel”.

Cualquiera pensaría que lo antes escrito es reciente, que alguien entrevistó al nuevo gobernador y estás fueron sus respuestas.

No, se equivocaron ustedes mis fieles lectores; esta fue una entrevista que le realizaron a Arturo Nuñez Jiménez en 2013 y se refería al ex gobernador Andrés Granier, pero supone usted bien. Si en este momento entrevistaran a Adán Augusto López, quizá su respuesta iría en ese sentido, producto del hartazgo y la decepción, convertida en pesadilla, que Tabasco ha vivido durante los últimos seis años.

Si usted le pregunta a los habitantes de la entidad qué opinan del todavía jefe del Ejecutivo local y su esposa Martha Lilia, las respuestas reflejan el coraje y la frustración a la vez, aunque para desquitarse muchos van a dejar de adquirir medicamentos en las farmacias “Guadalajara”, debido a la versión que circula en redes que esos negocios son de la primera dama.

Lo que más indigna a los tabasqueños es que Arturo Núñez los encasille en un nivel inferior a la familia que hoy se encuentra en el poder. Que haga efectiva su creencia de que Tabasco es una aldea con un retraso de por lo menos 30 años.

El martes pasado se dieron dos hechos casi de manera simultánea: personal médico del hospital del niño «Rodolfo Nieto Padrón» retuvieron a Martha Lilia López, esposa de Arturo Núñez, y, por otra parte, trabajadores administrativos de la Secretaría de Educación del estado de Tabasco bloquearon los carrilles centrales de la carretera Villahermosa-Cárdenas, a la altura del Puente de Los Monos.

En el primer evento se observó la preocupación del (des) gobierno por resolver la situación, el cual envío a tres secretarios: el de Seguridad Pública, primero; el de Salud, después, y, posteriormente al de Gobierno. Los tres fracasaron en las negociaciones y en menos de seis horas rescataron a «doña Martha» con la fuerza pública, a garrotazos, empujones y a punta de pistola.

En el segundo evento permanecen varados cientos de vehículos, sobre todo de carga que transportan diferentes artículos para proveer de mercancía a estados del Sureste de la república.

Aquí está en riesgo la economía de empresas y la integridad de ciudadanos comunes, por eso no le preocupa a Arturo Núñez que lleven varios días de bloqueo. A él y a su esposa no les afecta en lo más mínimo y por eso no ha enviado a dialogar ni siquiera a un funcionario de medio pelo.

Ah, pero el día que los trabajadores, hartos de tanta corrupción, impunidad y mentira, inmovilizaron la Suburban blanca, blindada, con Martha Lilia adentro, no vieron la forma de solucionar el asunto.

Quizá si no lo odiara tanto la gente y supiera que su integridad física no iba a estar en riesgo, Núñez habría ido en persona a negociar con los inconformes.

La triste realidad de Tabasco es que Villahermosa, su capital, se ha convertido en el “Festival del bloqueo”. La familia gobernante creyó que por la impune aprobación de su cuenta pública 2017 ya habían librado la condena; libraron tal vez la del Congreso del Estado y las autoridades judiciales, con la complicidad de la fracción parlamentaria de Morena, pero no la de la historia ni la del pueblo que todavía les va a cobrar la afrenta con intereses.

Hay problemas de latrocinio, robo descarado, de saqueo abierto de los recursos públicos; dentro del derecho penal hay agravantes y atenuantes. Imagínense ustedes que el Hospital del Niño anunció un viernes que dejaba de operar el martes porque no tenía oxígeno para atender a los niños prematuros en las incubadoras, el Hospital de la Mujer o los hospitales de Villahermosa, de tal manera que fue una conducta doblemente criminal, señaló el entrevistado.

¿En caso de que la autoridad estatal o federal acredite estos delitos, espera ver tras las rejas a su sucesor?, preguntó el reportero.

-- Eso ya me lo preguntaron en una entrevista de CNN, que si cómo veía yo al ex gobernador en cinco años. Yo lo veo en la cárcel”.

Cualquiera pensaría que lo antes escrito es reciente, que alguien entrevistó al nuevo gobernador y estás fueron sus respuestas.

No, se equivocaron ustedes mis fieles lectores; esta fue una entrevista que le realizaron a Arturo Nuñez Jiménez en 2013 y se refería al ex gobernador Andrés Granier, pero supone usted bien. Si en este momento entrevistaran a Adán Augusto López, quizá su respuesta iría en ese sentido, producto del hartazgo y la decepción, convertida en pesadilla, que Tabasco ha vivido durante los últimos seis años.

Si usted le pregunta a los habitantes de la entidad qué opinan del todavía jefe del Ejecutivo local y su esposa Martha Lilia, las respuestas reflejan el coraje y la frustración a la vez, aunque para desquitarse muchos van a dejar de adquirir medicamentos en las farmacias “Guadalajara”, debido a la versión que circula en redes que esos negocios son de la primera dama.

Lo que más indigna a los tabasqueños es que Arturo Núñez los encasille en un nivel inferior a la familia que hoy se encuentra en el poder. Que haga efectiva su creencia de que Tabasco es una aldea con un retraso de por lo menos 30 años.

El martes pasado se dieron dos hechos casi de manera simultánea: personal médico del hospital del niño «Rodolfo Nieto Padrón» retuvieron a Martha Lilia López, esposa de Arturo Núñez, y, por otra parte, trabajadores administrativos de la Secretaría de Educación del estado de Tabasco bloquearon los carrilles centrales de la carretera Villahermosa-Cárdenas, a la altura del Puente de Los Monos.

En el primer evento se observó la preocupación del (des) gobierno por resolver la situación, el cual envío a tres secretarios: el de Seguridad Pública, primero; el de Salud, después, y, posteriormente al de Gobierno. Los tres fracasaron en las negociaciones y en menos de seis horas rescataron a «doña Martha» con la fuerza pública, a garrotazos, empujones y a punta de pistola.

En el segundo evento permanecen varados cientos de vehículos, sobre todo de carga que transportan diferentes artículos para proveer de mercancía a estados del Sureste de la república.

Aquí está en riesgo la economía de empresas y la integridad de ciudadanos comunes, por eso no le preocupa a Arturo Núñez que lleven varios días de bloqueo. A él y a su esposa no les afecta en lo más mínimo y por eso no ha enviado a dialogar ni siquiera a un funcionario de medio pelo.

Ah, pero el día que los trabajadores, hartos de tanta corrupción, impunidad y mentira, inmovilizaron la Suburban blanca, blindada, con Martha Lilia adentro, no vieron la forma de solucionar el asunto.

Quizá si no lo odiara tanto la gente y supiera que su integridad física no iba a estar en riesgo, Núñez habría ido en persona a negociar con los inconformes.

La triste realidad de Tabasco es que Villahermosa, su capital, se ha convertido en el “Festival del bloqueo”. La familia gobernante creyó que por la impune aprobación de su cuenta pública 2017 ya habían librado la condena; libraron tal vez la del Congreso del Estado y las autoridades judiciales, con la complicidad de la fracción parlamentaria de Morena, pero no la de la historia ni la del pueblo que todavía les va a cobrar la afrenta con intereses.