“Dinero en manos del pobre, pobre dinero” dicho popular.
Nada nuevo bajo el sol.
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció que todos los recursos para mejorar las escuelas serán entregados directamente a las sociedades de padres de familias, quienes se encargarán del manejo del dinero a partir del próximo ciclo escolar 2019-2020.
La Tesorería de la Federación otorgará el recurso directo por escuela y la sociedad de padres de familias se encargará de las mejoras en los planteles posteriormente entregarán un informe de cómo fue invertido y utilizado el dinero.
“estoy seguro que no va a haber desvíos, ni corrupción…porque antes el problema es que llegaban con moche, con piquete de ojo” ironizó el mandatario federal al comunicar su decisión.
¿Y qué pasó en el periodo 2013-2018?
Con el conjunto de reformas impulsadas por la anterior administración federal, entre ellas, la educativa dio forma a nuevos esquemas de participación en la que se buscó empoderar a determinados sectores del espectro educativo como directores y sociedades de padres de familia.
Así nació el Programa de la Reforma Educativa (PRE) que entre otras cosas contemplaba la construcción y equipamiento de aulas escolares y capacitación del personal docente-administrativo en una proporción de asignación mayor para los rubros de construcción y equipamiento.
Y en esa estrategia los funcionarios escolares en conjunto con las sociedades de padres de familia ejercían una parte –alrededor del 30 por ciento- de los recursos destinados para mejoras escolares aunque comenzó bien terminó convertido en un caos y en un enorme desorden administrativo donde hubo de todo y sin faltar: corrupción.
Casos patéticos:
Con las nuevas disposiciones implementadas por el gobierno que anticipó al actual, aquí en Tabasco hubo varios casos vergonzosos: Un director “en común acuerdo” con la sociedad de padres de familia adquirió –un coche nuevo- por necesidad de la escuela.
En las cabeceras municipales de Tacotalpa y Jalapa un par de escuelas donde se construyeron bardas, en la supervisión técnica se encontró que las mallas no cumplían con el calibre y el bloc tampoco tenía el espesor, consecuencia: fractura del muro y una inversión millonaria perdida. Cárdenas y Cunduacán misma situación.
En Santa Cruz, Centla, el director responsable del manejo de los recursos para una obra “extravió” y en otra reportó un asalto que sumó en total, un millón 500 mil pesos.
En una escuela de Balancán, el maestro responsable del manejo del dinero para una obra asignada gastó el equivalente a 500 mil pesos, porque lo empleó para un asunto de estricta salud personal.
Incluso un alcalde en funciones –en su faceta como constructor- dejó inconclusos trabajos en al menos 10 escuelas en las que participó y existen todas las pruebas correspondientes que podrían confirmar cuantiosos hechos de corrupción e incumplimiento en la ejecución de las obras.
Un familiar de un regidor actual igualmente estuvo o está involucrado en un fraude de casi 20 millones de pesos.
En síntesis la corrupción es un comportamiento difícil de erradicar y en el que pese a la entrega directa de los recursos al 100 por ciento a padres de familia, de ninguna manera puede ser considerado como una garantía de que estará alejado de prácticas de corrupción.
Desde la pequeña tienda de materiales de construcción hasta las más grandes al igual que proveedores de materiales, constructoras y trabajadores de la construcción siempre estará latente la posibilidad de incurrir en determinadas conductas con la finalidad de obtener un contrato, una ganancia o algún favor.
¿Y cuál podría ser la solución?
A todo aquel que incurra en un delito: retirar una licencia a un constructor, inhabilitar a un directivo, aplicar pena al responsable de una sociedad de padres, la Ley Anticorrupción podría coadyuvar en eso.
CONTORNO
6 meses…
