/ viernes 20 de septiembre de 2019

Descontrol en las calles

Transitar en Villahermosa se ha convertido en travesía de alto riesgo. Entre esquivar los incontables baches, adivinar cuál luz del semáforo funciona o si aplica la cultura del uno por uno para no impactarse con otro vehículo, de evitar ir detrás de un taxi o combisero porque frenan donde les da la gana, las calles son generador de estrés constante.

Ni qué decir de las y los conductores en doble fila que interrumpen o ralentizan el tránsito sin importarles su proceder y hasta se enojan si les tocan el claxon.

Además ya no sabe uno si un simple reclamo puede transformarse en un acto violento. Ya no se teme si el aludido es ciudadano influyente sino que vaya armado. Efectos de la alta percepción de inseguridad.

Y tal como ocurre en las películas, cuando tales sucesos ocurren, aún sea algo menor, pareciera mágica la ausencia de patrulleros. Eso sí, uno se los encuentra en cruceros donde poco pueden aportar para agilizar la vialidad, pero quizá sí funcionan en mucho para la recaudación vía multas, en el mejor de los casos.

En Villahermosa se van perdiendo incluso espacios para los automovilistas. Cuando no son las entradas de cocheras, que tienen todo el derecho, están los apartados con cualquier cachivache o las unidades de transporte público.

Por ejemplo, en la avenida Esperanza Iris, a la altura del mercado de La Sierra, se suma cada cierto tiempo un mayor número de unidades de combis y prácticamente dejan sin lugar para estacionarse a los clientes del mercado, que cuenta con un espacio muy pequeño para ello.

Y tal como ocurre en todos los puntos de venta en la ciudad, pululan los hombres, y también mujeres, que con franela en mano creen ayudar a los automovilistas y se sienten con el derecho de obtener una propina por “cuidar” el vehículo o “agilizar” la entrada o salida de un automovilista. Llegaron para quedarse al igual que los limpia-parabrisas de los cruceros, en una especie de autoempleo que se ha extendido más en algunas ciudades que en otras. Y Villahermosa parece ser líder en ello.

No son pocas las imágenes que se observan por ejemplo de objetos que son lanzados a la calles desde un vehículo, sea particular o del transporte público, como envolturas o botellas.

En la medida que la autoridad ejerza mayor presencia y orden, en igual sentido habrá más conciencia personal en el cumplimiento de las normas, tal como ocurre en otros países, y ya en algunas ciudades mexicanas, donde una mínima falta no es tolerada.

Tal como ocurrió con la reforma a las normas sobre conducción en motocicletas, podrían adecuarse las de automovilistas particulares y del transporte público, con énfasis en la capacitación de aspirantes a conductores. Incluso, de un sistema de sanciones cívicas y trabajo comunitario a partir de radares y videocámaras.

HOJAS SUELTAS…

A partir de las visitas de los embajadores de Estados Unidos, Christopher Landau y de China, Zhu Quingquiao, a Tabasco, se espera que en el corto y mediano plazos haya inversiones significativas y cooperación en temas de seguridad, educación y cultura, con dos de las principales potencias del mundo. Ojalá se pase pronto en Tabasco de las expectativas a los resultados concretos en materia económica.


Transitar en Villahermosa se ha convertido en travesía de alto riesgo. Entre esquivar los incontables baches, adivinar cuál luz del semáforo funciona o si aplica la cultura del uno por uno para no impactarse con otro vehículo, de evitar ir detrás de un taxi o combisero porque frenan donde les da la gana, las calles son generador de estrés constante.

Ni qué decir de las y los conductores en doble fila que interrumpen o ralentizan el tránsito sin importarles su proceder y hasta se enojan si les tocan el claxon.

Además ya no sabe uno si un simple reclamo puede transformarse en un acto violento. Ya no se teme si el aludido es ciudadano influyente sino que vaya armado. Efectos de la alta percepción de inseguridad.

Y tal como ocurre en las películas, cuando tales sucesos ocurren, aún sea algo menor, pareciera mágica la ausencia de patrulleros. Eso sí, uno se los encuentra en cruceros donde poco pueden aportar para agilizar la vialidad, pero quizá sí funcionan en mucho para la recaudación vía multas, en el mejor de los casos.

En Villahermosa se van perdiendo incluso espacios para los automovilistas. Cuando no son las entradas de cocheras, que tienen todo el derecho, están los apartados con cualquier cachivache o las unidades de transporte público.

Por ejemplo, en la avenida Esperanza Iris, a la altura del mercado de La Sierra, se suma cada cierto tiempo un mayor número de unidades de combis y prácticamente dejan sin lugar para estacionarse a los clientes del mercado, que cuenta con un espacio muy pequeño para ello.

Y tal como ocurre en todos los puntos de venta en la ciudad, pululan los hombres, y también mujeres, que con franela en mano creen ayudar a los automovilistas y se sienten con el derecho de obtener una propina por “cuidar” el vehículo o “agilizar” la entrada o salida de un automovilista. Llegaron para quedarse al igual que los limpia-parabrisas de los cruceros, en una especie de autoempleo que se ha extendido más en algunas ciudades que en otras. Y Villahermosa parece ser líder en ello.

No son pocas las imágenes que se observan por ejemplo de objetos que son lanzados a la calles desde un vehículo, sea particular o del transporte público, como envolturas o botellas.

En la medida que la autoridad ejerza mayor presencia y orden, en igual sentido habrá más conciencia personal en el cumplimiento de las normas, tal como ocurre en otros países, y ya en algunas ciudades mexicanas, donde una mínima falta no es tolerada.

Tal como ocurrió con la reforma a las normas sobre conducción en motocicletas, podrían adecuarse las de automovilistas particulares y del transporte público, con énfasis en la capacitación de aspirantes a conductores. Incluso, de un sistema de sanciones cívicas y trabajo comunitario a partir de radares y videocámaras.

HOJAS SUELTAS…

A partir de las visitas de los embajadores de Estados Unidos, Christopher Landau y de China, Zhu Quingquiao, a Tabasco, se espera que en el corto y mediano plazos haya inversiones significativas y cooperación en temas de seguridad, educación y cultura, con dos de las principales potencias del mundo. Ojalá se pase pronto en Tabasco de las expectativas a los resultados concretos en materia económica.