/ sábado 6 de junio de 2020

Democracia virtual | No todo ha sido malo

Entre todo lo malo que representa la pandemia por Covid-19, el gobernador Adán Augusto López Hernández dio a conocer buenas noticias en la conferencia mañanera encabezada por el presidente López Obrador, en su estado natal Tabasco. Ahí dijo que en comparación con gobiernos anteriores se han reducido “prácticamente en su totalidad los delitos de alto impacto”.


El avance en la reducción de los índices delictivos es notorio y solo quedan pendientes “el homicidio doloso y la violencia intrafamiliar” (digamos que también queda pendiente aplicar la ley a Arturo Núñez y su pandilla); los resultados son producto de un trabajo coordinado entre gobiernos estatal, federal, municipal, secretarías de la Defensa Nacional y Marina, Guardia Nacional y mesas regionales de La Chontalpa, Centro, Sierra y Ríos.


Aunque esta información podría pasar desapercibida entre la ciudadanía por la desgracia que vive el estado a consecuencia del coronavirus, no es cosa menor que en comparación con 2018 la actual administración haya reducido en un 67 por ciento el delito de secuestro, el robo a comercios en un 25 por ciento y la extorsión en un 54 por ciento, en tan solo año y medio.


Algunos podrán estar en desacuerdo con las declaraciones de López Hernández, pero la realidad indica que aún con la parálisis económica y pérdida de empleos en los últimos dos meses y medio, se puede circular con seguridad en las calles de Villahermosa, así como en las carreteras que comunican a los diferentes municipios de la geografía tabasqueña.


Una de las demandas más insistentes de la población tabasqueña en las campañas políticas de 2018 fue precisamente el combate a la delincuencia porque la población vivía en la incertidumbre. Tabasco, durante el desgobierno de Arturo Núñez Jiménez se mantuvo en los primeros lugares de criminalidad y nunca hizo nada para contrarrestar el problema.


Adán Augusto López, en un año y medio, logró conformar un buen equipo de seguridad, procuración y administración de justicia, integrado por Hernán Bermúdez Requena en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Jaime Lastra Bastar en la Fiscalía General del Estado (FGET) y Enrique Priego Oropeza en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Los resultados están a la vista.


En cuanto a la contención del Covid-19, independientemente de que este gobierno invirtió mil cien millones de pesos en equipamiento, es de reconocer que a pesar del incremento constante de casos positivos, el sistema de salud estatal no se ha visto colapsado y médicos, médicas, enfermeros y enfermeras, camilleros y camilleras, así como personal administrativo y de intendencia de los hospitales, no han manifestado una sola inconformidad durante los 78 días que lleva la cuarentena en Tabasco.


Es casi seguro que algunos buscarán la manera de desacreditar los resultados del gobierno de Adán Augusto López Hernández en Tabasco; sin embargo, esos que desaprueban los alcances de la administración local, regularmente resaltan el trabajo de Andrés Manuel López Obrador. Entonces, ¿se atreverán a contradecir ahora el reconocimiento verbal del presidente al gobernador de Tabasco?

Sassón

Para Guillermo Narváez Osorio, rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), no será fácil resolver los problemas de liquidez que enfrenta la Máxima Casa de Estudios, a fin de cumplir con todos los compromisos actuales y de fin de año, pues inmediatamente que salió a declarar que negociará con sindicatos la desaparición de algunas beneficios establecidos, el Comité Ejecutivo del Sindicato de Profesores e Investigadores (SPIUJAT) que encabeza Melchor Hernández Hernández, señaló que no están dispuestos a ceder ninguna de las prestaciones que han logrado durante muchos años de lucha.


De acuerdo a la cláusula número 32 del Contrato Colectivo de Trabajo, los derechos y logros de la base trabajadora académica de la UJAT y las prestaciones que allí se señalan, son irrenunciables. Así que el rector y su equipo jurídico y administrativo tendrán que buscarle por otra parte. A lo mejor debe empezar por llamar a cuentas a su antecesor José Manuel Piña Gutiérrez, y si es necesario debe escarbar un poco más atrás.

Entre todo lo malo que representa la pandemia por Covid-19, el gobernador Adán Augusto López Hernández dio a conocer buenas noticias en la conferencia mañanera encabezada por el presidente López Obrador, en su estado natal Tabasco. Ahí dijo que en comparación con gobiernos anteriores se han reducido “prácticamente en su totalidad los delitos de alto impacto”.


El avance en la reducción de los índices delictivos es notorio y solo quedan pendientes “el homicidio doloso y la violencia intrafamiliar” (digamos que también queda pendiente aplicar la ley a Arturo Núñez y su pandilla); los resultados son producto de un trabajo coordinado entre gobiernos estatal, federal, municipal, secretarías de la Defensa Nacional y Marina, Guardia Nacional y mesas regionales de La Chontalpa, Centro, Sierra y Ríos.


Aunque esta información podría pasar desapercibida entre la ciudadanía por la desgracia que vive el estado a consecuencia del coronavirus, no es cosa menor que en comparación con 2018 la actual administración haya reducido en un 67 por ciento el delito de secuestro, el robo a comercios en un 25 por ciento y la extorsión en un 54 por ciento, en tan solo año y medio.


Algunos podrán estar en desacuerdo con las declaraciones de López Hernández, pero la realidad indica que aún con la parálisis económica y pérdida de empleos en los últimos dos meses y medio, se puede circular con seguridad en las calles de Villahermosa, así como en las carreteras que comunican a los diferentes municipios de la geografía tabasqueña.


Una de las demandas más insistentes de la población tabasqueña en las campañas políticas de 2018 fue precisamente el combate a la delincuencia porque la población vivía en la incertidumbre. Tabasco, durante el desgobierno de Arturo Núñez Jiménez se mantuvo en los primeros lugares de criminalidad y nunca hizo nada para contrarrestar el problema.


Adán Augusto López, en un año y medio, logró conformar un buen equipo de seguridad, procuración y administración de justicia, integrado por Hernán Bermúdez Requena en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Jaime Lastra Bastar en la Fiscalía General del Estado (FGET) y Enrique Priego Oropeza en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Los resultados están a la vista.


En cuanto a la contención del Covid-19, independientemente de que este gobierno invirtió mil cien millones de pesos en equipamiento, es de reconocer que a pesar del incremento constante de casos positivos, el sistema de salud estatal no se ha visto colapsado y médicos, médicas, enfermeros y enfermeras, camilleros y camilleras, así como personal administrativo y de intendencia de los hospitales, no han manifestado una sola inconformidad durante los 78 días que lleva la cuarentena en Tabasco.


Es casi seguro que algunos buscarán la manera de desacreditar los resultados del gobierno de Adán Augusto López Hernández en Tabasco; sin embargo, esos que desaprueban los alcances de la administración local, regularmente resaltan el trabajo de Andrés Manuel López Obrador. Entonces, ¿se atreverán a contradecir ahora el reconocimiento verbal del presidente al gobernador de Tabasco?

Sassón

Para Guillermo Narváez Osorio, rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), no será fácil resolver los problemas de liquidez que enfrenta la Máxima Casa de Estudios, a fin de cumplir con todos los compromisos actuales y de fin de año, pues inmediatamente que salió a declarar que negociará con sindicatos la desaparición de algunas beneficios establecidos, el Comité Ejecutivo del Sindicato de Profesores e Investigadores (SPIUJAT) que encabeza Melchor Hernández Hernández, señaló que no están dispuestos a ceder ninguna de las prestaciones que han logrado durante muchos años de lucha.


De acuerdo a la cláusula número 32 del Contrato Colectivo de Trabajo, los derechos y logros de la base trabajadora académica de la UJAT y las prestaciones que allí se señalan, son irrenunciables. Así que el rector y su equipo jurídico y administrativo tendrán que buscarle por otra parte. A lo mejor debe empezar por llamar a cuentas a su antecesor José Manuel Piña Gutiérrez, y si es necesario debe escarbar un poco más atrás.