La intención del régimen actual de acabar con los partidos de oposición es clara. Desde el gobierno aprovechan cualquier circunstancia para tratar de desaparecer el sistema de partidos y crear un gobierno autoritario.
Suponiendo sin conceder que desapareciera el PRI, ¿a dónde se irían todos sus militantes? Seguramente se refugiarían en Morena, porque es la organización que actualmente ostenta el poder. ¿Y cuál es el beneficio? Que los propietarios del partido vino tinto se enriquezcan más de lo que se han enriquecido y el pueblo siga igual o peor de lo que ahora está.
Se han preguntado ustedes ¿qué ideología puede tener una persona que traiciona a su partido porque no le ve fuerza para ganar una elección en cualquiera de los tres niveles de gobierno y se va al que cuenta con el poder político y económico? Ninguna. Solo ambición personal.
O, todavía peor, ¿qué calidad moral pueden tener todos aquellos a quienes el PRI y el PAN les dieron trabajo en el gobierno o en las empresas paraestatales, ahora productivas del Estado (Pemex o CFE), y en este momento se desgarran las vestiduras en defensa de López Obrador para mantener el puesto y hasta se dicen Amlovers? Ninguna tampoco.
Sin embargo, una gran cantidad de gente ha hecho esto. Se cambiaron del PRI al PRD y siguieron pegados a la ubre presupuestal del gobierno. ¿Quiénes fueron? Los mismos de siempre que desplazaron a los fundadores del partido del sol azteca y posteriormente a los de Morena.
Cuando vieron acotadas sus posibilidades en el PRD se fueron a Morena con Andrés Manuel López Obrador, quién, dicho sea de paso, tiene el mismo historial: se fue del PRI porque no lo hicieron candidato a la alcaldía de Macuspana, Tabasco, y luego se fue del PRD cuando ya no tuvo oportunidad de ser candidato a la presidencia de México por tercera ocasión. Pero la lucha no era por cargos, decía.
Entonces esa es la intención. Los poderosos de hoy buscan asfixiar la democracia por todos los medios para establecer una dictadura de un solo partido y de un solo hombre
Para tal fin usan toda la fuerza del Estado, a efecto de organizar persecuciones políticas o disminuir los recursos financieros a los institutos políticos del país y sus actores.
Recordemos que se ha reformado la ley para disminuir las prerrogativas de los partidos. La propuesta de Morena se dio ahora que está en el poder, pero cuando era oposición pedía más presupuesto. Y, por si fuera poco, ahora pretende reformar la ley electoral para desaparecer al INE.
Actualmente, tanto a Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, como a Dagoberto Lara Sedas, dirigente estatal del tricolor, les ha tocado bailar con la más fea. Ellos han tenido que enfrentar las consecuencias de muchos priístas que ahora están en Morena.
Alito tiene que luchar con un partido al que todos aquellos que hoy exigen su salida fueron los que, en cada ciclo que les tocó estar al frente, le metieron un clavo al ataúd. Y ahora se proclaman como los salvadores del Revolucionario Institucional.
En Tabasco, inclusive, el gobierno aprovechó algunos juicios laborales para, de plano, embargarle los pocos recursos económicos que ese partido percibe por la vía de las prerrogativas.
Esto seguramente va a provocar que todavía algunos se vayan de ese instituto porque verán más disminuidas sus posibilidades de recuperar los espacios perdidos, pero también hará que quienes se queden lo hagan por convicción y lealtad a su partido.
De cualquier manera los problemas no son eternos y nadie debe tomar decisiones definitivas para circunstancias pasajeras.
Eso sí, quienes están al frente de ese partido merecen ser premiados con las mejores posiciones en los siguientes procesos electorales. No necesitan mendigar cargos, ya se los ganaron.
Sassón
Se consumó la farsa de la refinería Olmeca. Cuando en la 4T no concluyen una obra y llega la fecha de entregarla, la inuguran, solo argumentan que se trata de la primera etapa.
