/ sábado 17 de abril de 2021

Democracia Virtual | La piedra en el zapato de Morena

Sí Morena tuviera la aceptación que dice tener, si el pueblo realmente respaldara a ese partido y sus dirigentes estuvieran seguros de que la victoria les pertenece y nadie se la va a arrebatar el próximo 6 de junio, no sería necesario que los gobernantes en general metieran las manos en el proceso electoral, ni que un ejército de bots buscara desprestigiar a sus adversarios en las redes sociales.

Está claro que la fuerza de la oposición, principalmente el PRI que en esta ocasión se alió con PAN y PRD, es real, porque de lo contrario no habría la necesidad de spots tan violentos ni de utilizar programas sociales para presionar a la gente y casi obligarla a votar por quienes hoy gobiernan, ni mucho menos descalificar al INE (árbitro electoral).

Sí el PRI estuviera muerto como los integrantes y defensores de Morena quieren hacerle creer a la ciudadanía, entonces ¿para qué tanta rudeza? y ¿Por qué la gente dice que estábamos mejor antes que ahora?

Sin embargo, también es cierto que el pueblo no es tonto, tonto es aquel que cree que el pueblo es tonto.

A estas alturas la gente recibe todo lo que viene del gobierno porque sabe que es dinero de sus impuestos y que los beneficios nunca se van a acabar, siempre han existido. De hecho muchos de los programas actuales son los mismos de antes, solo les cambiaron el nombre.

El pueblo ya experimentó en 2018 y ahora no acepta que les impongan como candidatos a los mismos deshonestos y mentirosos de siempre, que en todas las elecciones anteriores y en todos los gobiernos anteriores, incluido el actual, les han quedado a deber. Por eso el pueblo está molesto. No quieren a esos corruptos del pasado que se disfrazaron con piel Morena.

Hasta este momento no hay un solo gobernante de Morena que haya cumplido lo que prometió, así como tampoco los pobres se han vuelto ricos, ni los responsables del saqueo anterior están en la cárcel, ni los muertos por actos criminales han disminuido, ni el empleo ha crecido, ni la gasolina ha bajado, ni el avión se ha vendido, ni la corrupción se ha disminuido, ni la impunidad se ha erradicado.

La verdad es que el pueblo ya se dio cuenta que Morena está integrado por lo peor que había en el PRI, PAN y PRD, y que todos aquellos que defienden a ese partido son los mismos que han vivido pegados a la ubre gubernental durante toda su existencia.

Si la gente que vota se detiene tantito y razona, analiza, se va a dar cuenta que quienes hoy gobiernan son los mismos que participaron 30 años atrás en gobiernos anteriores, de esos tres partidos, y que se fueron de sus filas porque al haber ocupado todos los cargos habidos y por haber, no tenían opción para seguir viviendo del presupuesto porque los nuevos cuadros de sus partidos también querían participar.

¿Entonces qué hicieron? Renunciaron y se fueron a Morena. Por eso los fundadores de ese partido están molestos al extremo y ya no están dispuestos a darle su voto a los chapulines que brincan de partido en partido y de puesto público en puesto público, porque nunca han dado resultados. Algunas veces los engañaron con camiseta roja, otra con amarilla, otra con verde y ahora con vino tinto. Los verdaderos demócratas se sienten traicionados.

La gente leal al movimiento democrático hizo hasta lo imposible porque Andrés Manuel López obrador llegara a la presidencia de la república, algunos hasta perdieron a sus familiares en esa lucha, y resulta que ahora, cuando conquistaron la meta y llegaron al poder, quienes se beneficiaron fueron aquellos que en la década de los 90's hasta pagaban para que golpearan salvajemente en los medios de comunicación al hoy jefe del Ejecutivo Nacional.

Pregúntense ustedes, mis fieles cinco lectores ¿Qué necesidad tiene el presidente López Obrador de hacerle campaña a Morena para ver si pueden ganar los ex priístas, ex panistas y ex perredistas que ahora son candidatos de ese partido a presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y gobernadores?

¿O que necesidad tiene el mandatario mexicano de desprestigiarse y parecer un dictador ante el mundo entero por atacar a las instituciones que han contribuido a la vida democrática de este país?

Ahora resulta que los ejecutores de marchas, mítines, excesos y demás, en defensa de la democracia, ahora se han convertido en paladines de la ilegalidad y la corrupción. ¡No puede ser! No hay que perder la capacidad de análisis.

Sí Morena tuviera la aceptación que dice tener, si el pueblo realmente respaldara a ese partido y sus dirigentes estuvieran seguros de que la victoria les pertenece y nadie se la va a arrebatar el próximo 6 de junio, no sería necesario que los gobernantes en general metieran las manos en el proceso electoral, ni que un ejército de bots buscara desprestigiar a sus adversarios en las redes sociales.

Está claro que la fuerza de la oposición, principalmente el PRI que en esta ocasión se alió con PAN y PRD, es real, porque de lo contrario no habría la necesidad de spots tan violentos ni de utilizar programas sociales para presionar a la gente y casi obligarla a votar por quienes hoy gobiernan, ni mucho menos descalificar al INE (árbitro electoral).

Sí el PRI estuviera muerto como los integrantes y defensores de Morena quieren hacerle creer a la ciudadanía, entonces ¿para qué tanta rudeza? y ¿Por qué la gente dice que estábamos mejor antes que ahora?

Sin embargo, también es cierto que el pueblo no es tonto, tonto es aquel que cree que el pueblo es tonto.

A estas alturas la gente recibe todo lo que viene del gobierno porque sabe que es dinero de sus impuestos y que los beneficios nunca se van a acabar, siempre han existido. De hecho muchos de los programas actuales son los mismos de antes, solo les cambiaron el nombre.

El pueblo ya experimentó en 2018 y ahora no acepta que les impongan como candidatos a los mismos deshonestos y mentirosos de siempre, que en todas las elecciones anteriores y en todos los gobiernos anteriores, incluido el actual, les han quedado a deber. Por eso el pueblo está molesto. No quieren a esos corruptos del pasado que se disfrazaron con piel Morena.

Hasta este momento no hay un solo gobernante de Morena que haya cumplido lo que prometió, así como tampoco los pobres se han vuelto ricos, ni los responsables del saqueo anterior están en la cárcel, ni los muertos por actos criminales han disminuido, ni el empleo ha crecido, ni la gasolina ha bajado, ni el avión se ha vendido, ni la corrupción se ha disminuido, ni la impunidad se ha erradicado.

La verdad es que el pueblo ya se dio cuenta que Morena está integrado por lo peor que había en el PRI, PAN y PRD, y que todos aquellos que defienden a ese partido son los mismos que han vivido pegados a la ubre gubernental durante toda su existencia.

Si la gente que vota se detiene tantito y razona, analiza, se va a dar cuenta que quienes hoy gobiernan son los mismos que participaron 30 años atrás en gobiernos anteriores, de esos tres partidos, y que se fueron de sus filas porque al haber ocupado todos los cargos habidos y por haber, no tenían opción para seguir viviendo del presupuesto porque los nuevos cuadros de sus partidos también querían participar.

¿Entonces qué hicieron? Renunciaron y se fueron a Morena. Por eso los fundadores de ese partido están molestos al extremo y ya no están dispuestos a darle su voto a los chapulines que brincan de partido en partido y de puesto público en puesto público, porque nunca han dado resultados. Algunas veces los engañaron con camiseta roja, otra con amarilla, otra con verde y ahora con vino tinto. Los verdaderos demócratas se sienten traicionados.

La gente leal al movimiento democrático hizo hasta lo imposible porque Andrés Manuel López obrador llegara a la presidencia de la república, algunos hasta perdieron a sus familiares en esa lucha, y resulta que ahora, cuando conquistaron la meta y llegaron al poder, quienes se beneficiaron fueron aquellos que en la década de los 90's hasta pagaban para que golpearan salvajemente en los medios de comunicación al hoy jefe del Ejecutivo Nacional.

Pregúntense ustedes, mis fieles cinco lectores ¿Qué necesidad tiene el presidente López Obrador de hacerle campaña a Morena para ver si pueden ganar los ex priístas, ex panistas y ex perredistas que ahora son candidatos de ese partido a presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y gobernadores?

¿O que necesidad tiene el mandatario mexicano de desprestigiarse y parecer un dictador ante el mundo entero por atacar a las instituciones que han contribuido a la vida democrática de este país?

Ahora resulta que los ejecutores de marchas, mítines, excesos y demás, en defensa de la democracia, ahora se han convertido en paladines de la ilegalidad y la corrupción. ¡No puede ser! No hay que perder la capacidad de análisis.