Los resultados de la elección del 2021 serán de suma importancia, porque la oposición buscará, de cualquier forma, recuperar la mayoría en la Cámara de Diputados federal, así como obtener el triunfo de las gubernaturas, diputaciones locales y alcaldías en todas las entidades donde habrá contienda el próximo año.
Morena, PVEM y PT preparan una alianza rumbo al 2021 para mantener el gobierno, y, por otra parte, PRI, PAN, PRD y MC pudieran hilvanar un pacto para contender con candidatos comunes y despojar al partido oficial del poder que ahora tiene. Con los yerros del partido oficial no sería muy difícil para la oposición ganar mayoritariamente, solo necesitan ponerse de acuerdo.
Morena, partido fundado por Andrés Manuel López Obrador en 2014 para llegar a la presidencia de la república en 2018, hoy se encuentra gravemente herido por la denuncia que esa misma organización política presentó ante la Fiscalía General de la República, en contra de Yeidckol Polevnski, ex líder nacional y actual secretaria general del Movimiento, por los presuntos delitos de daño patrimonial, desvío de recursos y lavado de dinero. Está en duda el “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”.
El PRI de Alejandro Moreno Cárdenas se reporta listo para dar la batalla; sin embargo, tendría que revisar si en todas las entidades federativas del país los comités directivos en realidad hacen bien el trabajo para convencer a la ciudadanía de que son la mejor opción para el 2021 o simplemente se encuentran en la comodidad del confinamiento, porque de los resultados de la contienda intermedia depende mucho el futuro político del ex gobernador campechano.
Habría que revisar si las organizaciones y dirigencias municipales representan los intereses de su partido. ¿Está aceitada la maquinaria en los comités seccionales? ¿Los líderes estatales son fieles y leales al proyecto presidencial de 2024 o siguen entregados a los grupos de siempre para traicionar en su momento si no responden a sus intereses? Recordemos que esos grupos de poder son los que la gente detesta y por eso la mayoría decidió votar por Andrés Manuel López Obrador y su partido en 2018.
Si las dirigencias siguen viciadas y entregadas a las mismas mafias, perdedoras por cierto, entonces el PRI tendrá problemas, pues aunque los gobiernos de Morena hayan salido puques en su mayoría y sean los peores de la historia, la ciudadanía de todas maneras desechará las propuestas del tricolor y se inclinará por cualquier otra opción.
Los resultados que se obtengan en Tabasco serán importantísimos el año que viene, pues recordemos que en la tierra del presidente López Obrador, los pésimos gobiernos municipales y la complicidad del Congreso local con gobiernos anteriores, identificados por la corrupción, no deja lugar a dudas que ese partido será un ave de paso que “llegó ayer, gobierna hoy y se irá mañana” (a menos que haya un gran fraude electoral).
Desde antes y durante la pandemia hay muchos factores que influyen en sufragios a favor de la oposición en la elección intermedia de 2021, pero si el PRI en las entidades federativas continúa en manos de los mismos grupos que perdieron la elección de 2018, los resultados podrían no favorecerle, porque como ya lo ha repetido una y mil veces Alejandro Moreno Cárdenas, no se pueden obtener resultados diferentes si se hace lo mismo.
