/ sábado 29 de agosto de 2020

Democracia Virtual | La chatarra es ley

La "Ley Chatarra" no tiene razón de ser, pues a través del tiempo solo se convertirá en una legislación más que permanecerá como letra muerta. Nadie la va a respetar y nadie hará que la respeten.

El asunto de la nutrición va más allá de una legislación. Esto tiene que ver con un proceso de enseñanza-aprendizaje, de educación, para que los buenos hábitos alimenticios y la actividad física se conviertan en una cuestión de cultura en Tabasco, México y el mundo entero.

La gente sabe, por ejemplo, que el alcoholismo, el tabaquismo, la drogadicción, entre otros vicios, tiene como fin la destrucción y la muerte, pero una gran cantidad de personas sigue en esa actividad sin atender recomendación o advertencia alguna.

Aunque el gobierno y otras instituciones de la sociedad civil estructuren campañas en medios de comunicación para señalar todo lo malo de esos hábitos y las consecuencias que provocan en el ser humano, el problema crece día con día.

Recientemente hemos visto en la televisión una gran cantidad de spots alusivos a los efectos de la drogadicción, donde algunas personas dan testimonio de todo lo que les pasó a causa de los vicios y la gente sigue igual, no cambia.

¿Que se necesita realmente para transformarse? En primer lugar voluntad. Si la persona no tiene el deseo de salir de la situación en que se encuentra no lo hará nunca. Tiene que llegar a eso que le llaman "tocar fondo" para de ahí reinventarse.

Se puede hacer, además, muchas cosas con las nuevas generaciones y no solamente en cuestión de alimentación sino también en cultura vial, en buenas costumbres, principios; educarlos, pues, desde casa, y con la ayuda de los maestros en la escuela.

En vez de hacer más leyes que para nada servirán se debe buscar el origen del problema y, si es necesario, regresar al principio para detectar qué fue lo que se perdió, ¿Dónde nos extraviamos, a partir de cuándo y por qué?

Por principio de cuentas tenemos que reconocer que la familia contemporánea es extremadamente disfuncional. A pocos o nadie le interesa ya conservar la familia porque ha dejado de ser un valor.

Hay, por ejemplo, leyes que permiten a los matrimonios divorciarse con gran facilidad y abandonar a sus hijos, culpándolos inclusive de sus problemas y dejarlos a merced de abusos, mala alimentación y de todos los vicios.

Los hombres se volvieron irresponsables y las mujeres tuvieron que salir a trabajar para llevar el sustento a la casa. Eso hizo que los niños quedarán abandonados, comieran lo que tuvieran a su alcance porque no había quien les diera una alimentación correcta en casa y se desviaran a cualquier parte porque nunca tuvieron dirección.

Los padres llegan cansados a casa, comen, se ponen a ver la tele, a revisar sus redes sociales, y, los fines de semana, toman cerveza, hacen carnes asadas, se divierten porque al fin y al cabo "mundo ahí te quedas", y los niños que aprenden el modelo de sus padres, más de lo que se les enseña, empiezan a practicar lo mismo y se genera la cultura que nos lleva al problema que ahora enfrentamos.

Si el problema de salud de la gente fuera solamente por alimentos chatarra, entonces que hagan una ley que prohíba la fabricación de ese tipo de comida. Estoy seguro que mucha gente se pregunta ¿Y si no quieren que uno consuma eso, para que lo venden? Lo mismo que el alcohol, los cigarros y otras cosas.

Vivimos en un mundo bastante complejo dónde se hace una ley para prohibir la comida chatarra pero se promueve otra para legalizar la marihuana; se defienden los derechos humanos de los delincuentes pero se aplican severos castigos a quienes se defienden de la delincuencia. Todos quieren vivir, divertirse y gozar, y pelean por un derecho a abortar. Se ataca a quienes logran prosperar con esfuerzo y trabajo honesto y se admira a los políticos corruptos que se vuelven multimillonarios cada tres o seis años.

Necesitamos arrepentirnos de la forma en que vivimos y cambiar nuestra mentalidad. Lo que se está haciendo ahora no funciona. Busquemos el origen del problema y corrijamos en el seno de la familia todo lo malo, no podrá ser de otra forma, de lo contrario iremos cada día hacia la autodestrucción.

La "Ley Chatarra" no tiene razón de ser, pues a través del tiempo solo se convertirá en una legislación más que permanecerá como letra muerta. Nadie la va a respetar y nadie hará que la respeten.

El asunto de la nutrición va más allá de una legislación. Esto tiene que ver con un proceso de enseñanza-aprendizaje, de educación, para que los buenos hábitos alimenticios y la actividad física se conviertan en una cuestión de cultura en Tabasco, México y el mundo entero.

La gente sabe, por ejemplo, que el alcoholismo, el tabaquismo, la drogadicción, entre otros vicios, tiene como fin la destrucción y la muerte, pero una gran cantidad de personas sigue en esa actividad sin atender recomendación o advertencia alguna.

Aunque el gobierno y otras instituciones de la sociedad civil estructuren campañas en medios de comunicación para señalar todo lo malo de esos hábitos y las consecuencias que provocan en el ser humano, el problema crece día con día.

Recientemente hemos visto en la televisión una gran cantidad de spots alusivos a los efectos de la drogadicción, donde algunas personas dan testimonio de todo lo que les pasó a causa de los vicios y la gente sigue igual, no cambia.

¿Que se necesita realmente para transformarse? En primer lugar voluntad. Si la persona no tiene el deseo de salir de la situación en que se encuentra no lo hará nunca. Tiene que llegar a eso que le llaman "tocar fondo" para de ahí reinventarse.

Se puede hacer, además, muchas cosas con las nuevas generaciones y no solamente en cuestión de alimentación sino también en cultura vial, en buenas costumbres, principios; educarlos, pues, desde casa, y con la ayuda de los maestros en la escuela.

En vez de hacer más leyes que para nada servirán se debe buscar el origen del problema y, si es necesario, regresar al principio para detectar qué fue lo que se perdió, ¿Dónde nos extraviamos, a partir de cuándo y por qué?

Por principio de cuentas tenemos que reconocer que la familia contemporánea es extremadamente disfuncional. A pocos o nadie le interesa ya conservar la familia porque ha dejado de ser un valor.

Hay, por ejemplo, leyes que permiten a los matrimonios divorciarse con gran facilidad y abandonar a sus hijos, culpándolos inclusive de sus problemas y dejarlos a merced de abusos, mala alimentación y de todos los vicios.

Los hombres se volvieron irresponsables y las mujeres tuvieron que salir a trabajar para llevar el sustento a la casa. Eso hizo que los niños quedarán abandonados, comieran lo que tuvieran a su alcance porque no había quien les diera una alimentación correcta en casa y se desviaran a cualquier parte porque nunca tuvieron dirección.

Los padres llegan cansados a casa, comen, se ponen a ver la tele, a revisar sus redes sociales, y, los fines de semana, toman cerveza, hacen carnes asadas, se divierten porque al fin y al cabo "mundo ahí te quedas", y los niños que aprenden el modelo de sus padres, más de lo que se les enseña, empiezan a practicar lo mismo y se genera la cultura que nos lleva al problema que ahora enfrentamos.

Si el problema de salud de la gente fuera solamente por alimentos chatarra, entonces que hagan una ley que prohíba la fabricación de ese tipo de comida. Estoy seguro que mucha gente se pregunta ¿Y si no quieren que uno consuma eso, para que lo venden? Lo mismo que el alcohol, los cigarros y otras cosas.

Vivimos en un mundo bastante complejo dónde se hace una ley para prohibir la comida chatarra pero se promueve otra para legalizar la marihuana; se defienden los derechos humanos de los delincuentes pero se aplican severos castigos a quienes se defienden de la delincuencia. Todos quieren vivir, divertirse y gozar, y pelean por un derecho a abortar. Se ataca a quienes logran prosperar con esfuerzo y trabajo honesto y se admira a los políticos corruptos que se vuelven multimillonarios cada tres o seis años.

Necesitamos arrepentirnos de la forma en que vivimos y cambiar nuestra mentalidad. Lo que se está haciendo ahora no funciona. Busquemos el origen del problema y corrijamos en el seno de la familia todo lo malo, no podrá ser de otra forma, de lo contrario iremos cada día hacia la autodestrucción.