/ sábado 8 de agosto de 2020

Democracia virtual | Gobierno, estructura fundamental de Morena

La pandemia del Covid-19 se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los tres niveles de gobierno porque no saben cómo atacar con eficiencia el problema, y, además, representa una grave preocupación para la gente que sabe que si se contagia de virus su vida y la de su familia puede estar en riesgo.

La curva no se aplana, la inseguridad no cede, la economía no crece, la corrupción no se desarraiga y la impunidad galopa a tropel cerrado en un país que puso su esperanza en Andrés Manuel López Obrador y su partido. Tal parece que día con día son más los mexicanos y tabasqueños decepcionados del nuevo régimen identificado como 4T, pero eso no será suficiente para derrocar a Morena en 2021.

Se intuye, por lógica, que todos los desaciertos del actual gobierno pudieran traducirse en preferencias hacia la oposición que hace hasta lo imposible por recuperar parte del poder perdido en 2018; pero, independientemente de que los gobiernos de Morena han resultado pésimos y hasta ahora no han dado los resultados que la sociedad espera, las cosas pudieran complicarse para el PRI, PRD, PAN y MC, porque la estructura fundamental del partido en el gobierno se fundamenta en sus programas sociales.

En Tabasco, por ejemplo, el año pasado el gobierno federal invirtió 13 mil millones de pesos a través de 13 programas sociales que beneficiaron directamente a 579 mil personas. Esto es una realidad y se puede considerar que tan solo por esas acciones Morena tendría cautivos igual números de sufragios en la entidad.

¿Quiénes son los representantes de esos programas en las comunidades del estado? Nadie sabe y no creo que el Instituto de Transparencia esté dispuesto a proporcionarle esa información a los partidos políticos que lo soliciten, ya que los hombres en el poder empiezan a controlar partidos e instituciones.

Es un hecho que familiares de todos los muertos por Covid-19 están decepcionados de este gobierno, así como aquellos que perdieron sus empleos, cerraron sus negocios y uno que otro mediano empresario quebrado que no encuentra la forma de recuperarse, pero todos aquellos que cobran 5 mil pesos mensuales a través del programa Sembrando Vida, los padres de jóvenes que reciben una beca y aquellos que cobran por “transformar el futuro”, no solo volverán a votar sino que promoverán al partido oficial con sus familiares y amigos para no perder privilegios en el siguiente trienio.

No será fácil para partidos de oposición regresar al poder, menos si se encuentran echados en la hamaca en espera de que el gobierno haga mal las cosas para que sean beneficiados y, en vez de fortalecerse en alianza con quienes pueden ayudarlos, mienten e incumplen compromisos.

Asimismo, mientras todos están distraídos en ver qué disparate o gracejada dice el presidente Andrés Manuel López en las conferencias mañaneras, los hombres del gobierno afinan una potente estructura electoral mediante programas sociales que asegurará su permanencia en el poder. A menos que la oposición unida impresione en su momento con alguna efectiva estrategia.

Los adversarios del partido oficial no deben confiarse en que por el simple hecho de que han salido mal las cosas en el gobierno de Morena la gente se va a volcar a votar por ellos en el 2021. El proceso arranca en octubre y, si vemos con detenimiento, no hay acuerdos importantes entre PRI, PRD, MC y PAN, a fin de sorprender al gobierno en la futura contienda.

Sassón

Por cierto, los gobernantes se apoderan cada día de más instituciones, estrangulan financieramente a partidos de oposición y presionan jurídicamente a sus adversarios para hacer más fácil y más seguro el triunfo de Morena en las próximas elecciones. Se necesitan acuerdos y consensos entre partidos antagónicos y alianzas con quienes puedan convertirse en fuentes de financiamiento. Todo suma.

La pandemia del Covid-19 se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los tres niveles de gobierno porque no saben cómo atacar con eficiencia el problema, y, además, representa una grave preocupación para la gente que sabe que si se contagia de virus su vida y la de su familia puede estar en riesgo.

La curva no se aplana, la inseguridad no cede, la economía no crece, la corrupción no se desarraiga y la impunidad galopa a tropel cerrado en un país que puso su esperanza en Andrés Manuel López Obrador y su partido. Tal parece que día con día son más los mexicanos y tabasqueños decepcionados del nuevo régimen identificado como 4T, pero eso no será suficiente para derrocar a Morena en 2021.

Se intuye, por lógica, que todos los desaciertos del actual gobierno pudieran traducirse en preferencias hacia la oposición que hace hasta lo imposible por recuperar parte del poder perdido en 2018; pero, independientemente de que los gobiernos de Morena han resultado pésimos y hasta ahora no han dado los resultados que la sociedad espera, las cosas pudieran complicarse para el PRI, PRD, PAN y MC, porque la estructura fundamental del partido en el gobierno se fundamenta en sus programas sociales.

En Tabasco, por ejemplo, el año pasado el gobierno federal invirtió 13 mil millones de pesos a través de 13 programas sociales que beneficiaron directamente a 579 mil personas. Esto es una realidad y se puede considerar que tan solo por esas acciones Morena tendría cautivos igual números de sufragios en la entidad.

¿Quiénes son los representantes de esos programas en las comunidades del estado? Nadie sabe y no creo que el Instituto de Transparencia esté dispuesto a proporcionarle esa información a los partidos políticos que lo soliciten, ya que los hombres en el poder empiezan a controlar partidos e instituciones.

Es un hecho que familiares de todos los muertos por Covid-19 están decepcionados de este gobierno, así como aquellos que perdieron sus empleos, cerraron sus negocios y uno que otro mediano empresario quebrado que no encuentra la forma de recuperarse, pero todos aquellos que cobran 5 mil pesos mensuales a través del programa Sembrando Vida, los padres de jóvenes que reciben una beca y aquellos que cobran por “transformar el futuro”, no solo volverán a votar sino que promoverán al partido oficial con sus familiares y amigos para no perder privilegios en el siguiente trienio.

No será fácil para partidos de oposición regresar al poder, menos si se encuentran echados en la hamaca en espera de que el gobierno haga mal las cosas para que sean beneficiados y, en vez de fortalecerse en alianza con quienes pueden ayudarlos, mienten e incumplen compromisos.

Asimismo, mientras todos están distraídos en ver qué disparate o gracejada dice el presidente Andrés Manuel López en las conferencias mañaneras, los hombres del gobierno afinan una potente estructura electoral mediante programas sociales que asegurará su permanencia en el poder. A menos que la oposición unida impresione en su momento con alguna efectiva estrategia.

Los adversarios del partido oficial no deben confiarse en que por el simple hecho de que han salido mal las cosas en el gobierno de Morena la gente se va a volcar a votar por ellos en el 2021. El proceso arranca en octubre y, si vemos con detenimiento, no hay acuerdos importantes entre PRI, PRD, MC y PAN, a fin de sorprender al gobierno en la futura contienda.

Sassón

Por cierto, los gobernantes se apoderan cada día de más instituciones, estrangulan financieramente a partidos de oposición y presionan jurídicamente a sus adversarios para hacer más fácil y más seguro el triunfo de Morena en las próximas elecciones. Se necesitan acuerdos y consensos entre partidos antagónicos y alianzas con quienes puedan convertirse en fuentes de financiamiento. Todo suma.