/ sábado 18 de julio de 2020

Democracia virtual | El circo de “Emilio L”

Los casos de Covid-19 van en aumento en México y los decesos por la pandemia se elevan cada día sin que las autoridades de gobierno puedan hacer nada para disminuirlos. No hay manera de aplanar la curva, razón por la cual han tenido que recurrir al circo de “Emilio L” para apaciguar al pueblo, que desafortunadamente empieza a pedir pan y no le dan.

A Lozoya se le imputan los delitos de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho, derivados de la venta de la planta Agro Nitrogenados y el caso Odebrech, empresa brasileña de la que supuestamente recibió sobornos por el orden de los 10 millones de dólares para beneficiarla con algunos contratos.

El inicio de la función fue increíble, pues el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), según testifican algunos medios, no fue trasladado de inmediato al reclusorio Norte a su llegada a México sino a un hospital privado por una supuesta anemia, problemas sensibles en el esófago así como debilidad general en toda su salud. Es asombroso cómo le pudo pasar todo eso en tan solo el traslado de España a México.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señaló que la extradición de “Emilio L” es “algo muy importante para seguir limpiando de corrupción el país, para que no haya repetición de estos hechos vergonzosos”; sin embargo, todavía no se aclara ni se encarcela a los responsables de la compra de heparina sódica que se aplicó a 67 pacientes en el hospital regional de Pemex, en Tabasco, de los cuales fallecieron por lo menos una decena. Un acto de corrupción más pequeño, pero corrupción al fin en esta administración y en este tiempo.

La extradición de “Emilio L” es una buena advertencia, aquí podrían abrirse muchas líneas de investigación si es que el ex director general de Pemex cumple su amenaza de hablar y dar a conocer quiénes fueron sus cómplices y de quién o quienes recibía órdenes para ejecutar esos multimillonarios negocios.

Sería extraordinario que a partir de una perfecta investigación se descubriera la corrupción al más alto nivel, se llegará hasta los anteriores presidentes de la república que se consideran los más corruptos, los saqueadores del presupuesto del país, aquellos que sin misericordia se robaron el dinero del pueblo, según Andrés Manuel López Obrador, los encarcelaran y se recuperara lo robado.

Con eso seguramente se solucionaría en mucho el problema económico de México y se daría una lección de lo que debe hacer un presidente honesto y honrado, que luchó 30 años para llegar al poder y hacer justicia al pueblo, porque las acciones hasta ahora realizadas no han dado los resultados requeridos.

Por ejemplo, ahora que se maneja con honestidad el dinero de México no ha servido de nada bajar el presupuesto a la educación, a la salud, al campo, cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, rifar el avión presidencial, cerrar guarderías, subir de 65 a 68 años el apoyo económico a los adultos mayores, entre otras cosas que en vez de incrementar la economía la ha derribado entre un 8 y 10%.

Entonces, si en verdad se logra encarcelar a los responsables de la corrupción, a todos aquellos que han saqueado a México, el pueblo se sentirá agradecido con su gobierno, de lo contrario considerará que solo le dieron circo (o atole con el dedo) porque no había pan, en una época de calamidad en la que miles de mexicanos han muerto por una ineficiente administración gubernamental y una errónea estrategia en el manejo de la pandemia de Covid-19 que, además, ha empobrecido a millones.

Sassón

El reporte del jueves por la tarde indica que se alcanzó la cifra de 16 mil 210 casos confirmados de Covid-19 y mil 513 personas fallecidas en Tabasco. Si a estas cifras le aplicamos el famoso “modelo centinela”, tendríamos 129 mil 680 casos confirmados y 12 mil 104 muertos. Esta no es una cifra menor para una población de 2 millones 395 mil habitantes.

Los casos de Covid-19 van en aumento en México y los decesos por la pandemia se elevan cada día sin que las autoridades de gobierno puedan hacer nada para disminuirlos. No hay manera de aplanar la curva, razón por la cual han tenido que recurrir al circo de “Emilio L” para apaciguar al pueblo, que desafortunadamente empieza a pedir pan y no le dan.

A Lozoya se le imputan los delitos de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho, derivados de la venta de la planta Agro Nitrogenados y el caso Odebrech, empresa brasileña de la que supuestamente recibió sobornos por el orden de los 10 millones de dólares para beneficiarla con algunos contratos.

El inicio de la función fue increíble, pues el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), según testifican algunos medios, no fue trasladado de inmediato al reclusorio Norte a su llegada a México sino a un hospital privado por una supuesta anemia, problemas sensibles en el esófago así como debilidad general en toda su salud. Es asombroso cómo le pudo pasar todo eso en tan solo el traslado de España a México.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señaló que la extradición de “Emilio L” es “algo muy importante para seguir limpiando de corrupción el país, para que no haya repetición de estos hechos vergonzosos”; sin embargo, todavía no se aclara ni se encarcela a los responsables de la compra de heparina sódica que se aplicó a 67 pacientes en el hospital regional de Pemex, en Tabasco, de los cuales fallecieron por lo menos una decena. Un acto de corrupción más pequeño, pero corrupción al fin en esta administración y en este tiempo.

La extradición de “Emilio L” es una buena advertencia, aquí podrían abrirse muchas líneas de investigación si es que el ex director general de Pemex cumple su amenaza de hablar y dar a conocer quiénes fueron sus cómplices y de quién o quienes recibía órdenes para ejecutar esos multimillonarios negocios.

Sería extraordinario que a partir de una perfecta investigación se descubriera la corrupción al más alto nivel, se llegará hasta los anteriores presidentes de la república que se consideran los más corruptos, los saqueadores del presupuesto del país, aquellos que sin misericordia se robaron el dinero del pueblo, según Andrés Manuel López Obrador, los encarcelaran y se recuperara lo robado.

Con eso seguramente se solucionaría en mucho el problema económico de México y se daría una lección de lo que debe hacer un presidente honesto y honrado, que luchó 30 años para llegar al poder y hacer justicia al pueblo, porque las acciones hasta ahora realizadas no han dado los resultados requeridos.

Por ejemplo, ahora que se maneja con honestidad el dinero de México no ha servido de nada bajar el presupuesto a la educación, a la salud, al campo, cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, rifar el avión presidencial, cerrar guarderías, subir de 65 a 68 años el apoyo económico a los adultos mayores, entre otras cosas que en vez de incrementar la economía la ha derribado entre un 8 y 10%.

Entonces, si en verdad se logra encarcelar a los responsables de la corrupción, a todos aquellos que han saqueado a México, el pueblo se sentirá agradecido con su gobierno, de lo contrario considerará que solo le dieron circo (o atole con el dedo) porque no había pan, en una época de calamidad en la que miles de mexicanos han muerto por una ineficiente administración gubernamental y una errónea estrategia en el manejo de la pandemia de Covid-19 que, además, ha empobrecido a millones.

Sassón

El reporte del jueves por la tarde indica que se alcanzó la cifra de 16 mil 210 casos confirmados de Covid-19 y mil 513 personas fallecidas en Tabasco. Si a estas cifras le aplicamos el famoso “modelo centinela”, tendríamos 129 mil 680 casos confirmados y 12 mil 104 muertos. Esta no es una cifra menor para una población de 2 millones 395 mil habitantes.