/ sábado 20 de noviembre de 2021

Democracia virtual | ¡Capitán! Aplique el modelo FORDEC

Para nadie es un secreto que Enrique Priego Oropeza, Adán Augusto López Hernández y Jaime Lastra Bastar forman parte del grupo de Manuel Gurría Ordóñez, aquel que suplió en la gubernatura de Tabasco a Salvador Neme Castillo. De hecho, todos colaboraron, desde distintos puestos, en esa administración que inició el 28 de enero de 1992 y concluyó el 31 de diciembre de 1994.

Hago esta referencia porque dos de ellos ya ocuparon la silla gubernamental, el primero como gobernador interino en 2001, y el segundo como gobernador constitucional del 1 de enero de 2019 al 26 de agosto de 2021. Jaime Lastra todavía tiene trompo vivo y podría ser el proyecto para 2024.

¿A qué viene recordar esto? A que no es casualidad que el Secretario de Gobierno, Guillermo Arturo del Rivero León, haya armado un alboroto, mediante la publicación de un inusual Tweet, porque no lo llamaron a comparecer al Congreso del Estado para desahogar la glosa del Tercer Informe de Gobierno y culpó de tal hecho a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) que preside Jaime Lastra Bastar de tal omisión.

Asimismo, desde otro frente, Lorena Beauregard de los Santos abrió fuego en contra de Enrique Priego Oropeza y, en contribución a tal suceso, Fernando Mayans Canabal, director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) coincidió con ella en señalar actos de corrupción en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que preside el ex gobernador interino.

Priego Oropeza se defendió y dijo que solo son habladas porque no tienen ninguna prueba de sus dichos y, por consecuencia, en dos años 11 meses que lleva al frente del Poder Judicial, ninguno de sus acusadores ha promovido investigación alguna ante el Consejo de la Judicatura sobre el actuar de los jueces.

Aquí cobra importancia el señalamiento de que “es tenebroso acusar sin pruebas”, porque a Lorena Beauregard se le relaciona con Humberto Mayans Canabal, y Fernando es su hermano. Ambos consanguíneos aspiran a la gubernatura del estado de Tabasco desde hace muchos años y no sería raro que desde ahora empezaran a minar a Jaime Lastra para descarrilarlo, si es que éste busca ser candidato de Morena en el 2024.

Ahora bien, Adán Augusto López Hernández, actual secretario de Gobernación, es parte del “gurriato” pero también es cuñado de Humberto Mayans Canabal, cosa que podrían complicar el proceso de sucesión, desde ahora, al gobernador interino Carlos Manuel Merino Campos si es que éste no tiene metidas las manos, por instrucciones superiores, en estos extraños hechos.

A Merino Campos le será muy fácil dar un manotazo en la mesa y agradecer a Guillermo Arturo del Rivero León y Fernando Mayans Canabal su valiosa cooperación y despedirlos por alterar el orden en su gobierno, además de soslayar su autoridad, de lo contrario, continuará la intriga y las cosas se pueden descontrolar.

Sassón

A Raúl Ojeda Zubieta ya lo mandaron a Cuernavaca, a Oscar Cantón Zetina a Oaxaca, ya torpedearon a Jaime Lastra. Se están poniendo interesantes las cosas para todos aquellos que aspiran a la candidatura al gobierno del estado de Tabasco. Y falta que empiece la guerra entre los que ocupan cargos en la administración federal.

Para nadie es un secreto que Enrique Priego Oropeza, Adán Augusto López Hernández y Jaime Lastra Bastar forman parte del grupo de Manuel Gurría Ordóñez, aquel que suplió en la gubernatura de Tabasco a Salvador Neme Castillo. De hecho, todos colaboraron, desde distintos puestos, en esa administración que inició el 28 de enero de 1992 y concluyó el 31 de diciembre de 1994.

Hago esta referencia porque dos de ellos ya ocuparon la silla gubernamental, el primero como gobernador interino en 2001, y el segundo como gobernador constitucional del 1 de enero de 2019 al 26 de agosto de 2021. Jaime Lastra todavía tiene trompo vivo y podría ser el proyecto para 2024.

¿A qué viene recordar esto? A que no es casualidad que el Secretario de Gobierno, Guillermo Arturo del Rivero León, haya armado un alboroto, mediante la publicación de un inusual Tweet, porque no lo llamaron a comparecer al Congreso del Estado para desahogar la glosa del Tercer Informe de Gobierno y culpó de tal hecho a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) que preside Jaime Lastra Bastar de tal omisión.

Asimismo, desde otro frente, Lorena Beauregard de los Santos abrió fuego en contra de Enrique Priego Oropeza y, en contribución a tal suceso, Fernando Mayans Canabal, director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) coincidió con ella en señalar actos de corrupción en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que preside el ex gobernador interino.

Priego Oropeza se defendió y dijo que solo son habladas porque no tienen ninguna prueba de sus dichos y, por consecuencia, en dos años 11 meses que lleva al frente del Poder Judicial, ninguno de sus acusadores ha promovido investigación alguna ante el Consejo de la Judicatura sobre el actuar de los jueces.

Aquí cobra importancia el señalamiento de que “es tenebroso acusar sin pruebas”, porque a Lorena Beauregard se le relaciona con Humberto Mayans Canabal, y Fernando es su hermano. Ambos consanguíneos aspiran a la gubernatura del estado de Tabasco desde hace muchos años y no sería raro que desde ahora empezaran a minar a Jaime Lastra para descarrilarlo, si es que éste busca ser candidato de Morena en el 2024.

Ahora bien, Adán Augusto López Hernández, actual secretario de Gobernación, es parte del “gurriato” pero también es cuñado de Humberto Mayans Canabal, cosa que podrían complicar el proceso de sucesión, desde ahora, al gobernador interino Carlos Manuel Merino Campos si es que éste no tiene metidas las manos, por instrucciones superiores, en estos extraños hechos.

A Merino Campos le será muy fácil dar un manotazo en la mesa y agradecer a Guillermo Arturo del Rivero León y Fernando Mayans Canabal su valiosa cooperación y despedirlos por alterar el orden en su gobierno, además de soslayar su autoridad, de lo contrario, continuará la intriga y las cosas se pueden descontrolar.

Sassón

A Raúl Ojeda Zubieta ya lo mandaron a Cuernavaca, a Oscar Cantón Zetina a Oaxaca, ya torpedearon a Jaime Lastra. Se están poniendo interesantes las cosas para todos aquellos que aspiran a la candidatura al gobierno del estado de Tabasco. Y falta que empiece la guerra entre los que ocupan cargos en la administración federal.