/ sábado 16 de octubre de 2021

Democracia virtual | A los criminales abrazos y para el pueblo balazos

Si Andrés Manuel López Obrador fuera oposición, ante el violento sometimiento que sufrieron obreros de la compañía Ica Fluor, que trabaja en la construcción de la refinería Dos Bocas, en Paraíso, ya se habría incendiado políticamente el estado de Tabasco y hasta se habría pedido la destitución de Rocío Nahle de la Secretaría de Energía.

Hagamos memoria: hace 30 años cuando el PRD era bronco en Tabasco, sus militantes, con razón justificada o injustificada, cerraban caminos, bloqueaban pozos petroleros, realizaban caminatas por la ciudad de Villahermosa, hacían mítines en las plazas públicas y nadie los reprimía.

Lo más que el gobierno llegaba a hacer era prohibir a los transportistas que le dieron servicio para trasladarlos desde sus comunidades hasta la capital del estado; por eso entonces surgió la arenga de que se transportaran en camiones, camionetas, a caballo, en burro, en bicicletas o a pie, pero que llegarán a las concentraciones convocadas por Andrés Manuel López Obrador.

La gente lo hacía sin problemas, seguía a López Obrador porque lo consideraban un líder aguerrido que daba el ejemplo e iba al frente de sus seguidores, y, a excepción del bloqueo en Guatacalca, Nacajuca (febrero de 1996), donde el ahora presidente resultó descalabrado, el desalojo de Plaza de Armas el 19 de enero de 1994 y la dispersión del bloqueo en la carretera de entrada y salida Cárdenas-Cpatzacoalcos, no se recuerda que la fuerza pública haya reprimido a la gente en actos menores.

Ahora que gobierna la izquierda, que se supone que está al frente de México un demócrata que privilegia las causas justas y da prioridad al derecho de los pobres, cualquier discrepancia es resuelta con la intervención de la fuerza pública. Cualquier inconformidad se mítiga con la brutalidad y la violencia. Como que en este gobierno se ha rebasado totalmente la inteligencia.

Hay quienes, en referencia al sufrimiento del pueblo, dicen: "eso querían, eso tienen". Puede ser que así sea, pero por ningún lado es justificable que se reprima a la gente con las policías municipal, estatal y Guardia Nacional por exigir sus derechos, mientras por otro lado los guardianes se arrodillan ante los criminales y se humillan antes que defender la soberanía nacional. No es posible que se reprima al pueblo con balazos y a las mafias se les obsequien abrazos.

La cantaleta diaria es que conservaroes y neoliberales no dejan trabajar a este gobierno, que detrás de los movimientos sociales están los intereses de grupos políticos opositores porque quieren bloquear sus acciones para hacerlos ver mal ¿Acaso cuando la izquierda fue oposición no hicieron lo mismo? ¿Acaso este país ha estado alguna vez unido, en un mismo sentir, para sacar adelante a su gente?

La verdad es que todos los liderazgos, tanto de partidos como de organizaciones diversas, buscan sus propios beneficios y no les importa quién pague las consecuencias. Hace falta que nazca un líder opositor, con los arrestos necesarios, que se encargue de estar al frente de todos esos movimientos, uno que sea capaz de abandonar la comodidad de sus oficinas y el confort del clima para encabezar las protestas del pueblo.

Los mexicanos están hartos de tanta mentira, se publican encuestas que le dan una alta aceptación al presidente de México pero la realidad contrasta, Andrés Manuel López Obrador ya no puede ni siquiera bajar la ventanilla de su camioneta blindada porque el pueblo, bueno y sabio, aquel que lo cuidaba y lo protegía, ahora lo insulta y, si es posible, le bloquea el paso a su vehículo para que no pueda transitar libremente.

Desde algún lugar del país hace falta alguien que se levante y empiece a marchar por las carreteras y concentrarse en el zócalo capitalino, así como el actual mandatario mexicano lo hacía hace 30 años en Tabasco, alguien que tenga la osadía suficiente para enfrentar la represión y hacer que López Obrador vuelva en sí, que salga de su estado alucinante, porque esta situación que se vive en México no es la que prometió, la realidad es totalmente diferente.

Sassón

En Tabasco, el senador peredista Juan Manuel Fócil solo protesta a través de las redes sociales; Cabrera Sandoval, líder del PRD, a veces hace declaraciones desde su oficina; Dagoberto Lara Sedas, dirigente del PRI, ese no solo es aliado del gobierno represor, sino que prácticamente ya aniquiló a su partido. Los pocos que quedan en las filas del tricolor pronto renunciarán.

Hace falta alguien con gallardia, hace falta alguien que no le tenga miedo al gobierno de Morena, aunque lo veo vinotinto...

Los adoradores del gobierno de hoy, dicen exactamente lo mismo que decían cuando adoraban a los conservadores y neoliberales: que los inconformes son un grupito, que atentan contra la economía y las inversiones del estado de Tabasco y que sus demandas no tienen razón... y lo que es peor, creo que son los mismos textoservidores de siempre.

Si Andrés Manuel López Obrador fuera oposición, ante el violento sometimiento que sufrieron obreros de la compañía Ica Fluor, que trabaja en la construcción de la refinería Dos Bocas, en Paraíso, ya se habría incendiado políticamente el estado de Tabasco y hasta se habría pedido la destitución de Rocío Nahle de la Secretaría de Energía.

Hagamos memoria: hace 30 años cuando el PRD era bronco en Tabasco, sus militantes, con razón justificada o injustificada, cerraban caminos, bloqueaban pozos petroleros, realizaban caminatas por la ciudad de Villahermosa, hacían mítines en las plazas públicas y nadie los reprimía.

Lo más que el gobierno llegaba a hacer era prohibir a los transportistas que le dieron servicio para trasladarlos desde sus comunidades hasta la capital del estado; por eso entonces surgió la arenga de que se transportaran en camiones, camionetas, a caballo, en burro, en bicicletas o a pie, pero que llegarán a las concentraciones convocadas por Andrés Manuel López Obrador.

La gente lo hacía sin problemas, seguía a López Obrador porque lo consideraban un líder aguerrido que daba el ejemplo e iba al frente de sus seguidores, y, a excepción del bloqueo en Guatacalca, Nacajuca (febrero de 1996), donde el ahora presidente resultó descalabrado, el desalojo de Plaza de Armas el 19 de enero de 1994 y la dispersión del bloqueo en la carretera de entrada y salida Cárdenas-Cpatzacoalcos, no se recuerda que la fuerza pública haya reprimido a la gente en actos menores.

Ahora que gobierna la izquierda, que se supone que está al frente de México un demócrata que privilegia las causas justas y da prioridad al derecho de los pobres, cualquier discrepancia es resuelta con la intervención de la fuerza pública. Cualquier inconformidad se mítiga con la brutalidad y la violencia. Como que en este gobierno se ha rebasado totalmente la inteligencia.

Hay quienes, en referencia al sufrimiento del pueblo, dicen: "eso querían, eso tienen". Puede ser que así sea, pero por ningún lado es justificable que se reprima a la gente con las policías municipal, estatal y Guardia Nacional por exigir sus derechos, mientras por otro lado los guardianes se arrodillan ante los criminales y se humillan antes que defender la soberanía nacional. No es posible que se reprima al pueblo con balazos y a las mafias se les obsequien abrazos.

La cantaleta diaria es que conservaroes y neoliberales no dejan trabajar a este gobierno, que detrás de los movimientos sociales están los intereses de grupos políticos opositores porque quieren bloquear sus acciones para hacerlos ver mal ¿Acaso cuando la izquierda fue oposición no hicieron lo mismo? ¿Acaso este país ha estado alguna vez unido, en un mismo sentir, para sacar adelante a su gente?

La verdad es que todos los liderazgos, tanto de partidos como de organizaciones diversas, buscan sus propios beneficios y no les importa quién pague las consecuencias. Hace falta que nazca un líder opositor, con los arrestos necesarios, que se encargue de estar al frente de todos esos movimientos, uno que sea capaz de abandonar la comodidad de sus oficinas y el confort del clima para encabezar las protestas del pueblo.

Los mexicanos están hartos de tanta mentira, se publican encuestas que le dan una alta aceptación al presidente de México pero la realidad contrasta, Andrés Manuel López Obrador ya no puede ni siquiera bajar la ventanilla de su camioneta blindada porque el pueblo, bueno y sabio, aquel que lo cuidaba y lo protegía, ahora lo insulta y, si es posible, le bloquea el paso a su vehículo para que no pueda transitar libremente.

Desde algún lugar del país hace falta alguien que se levante y empiece a marchar por las carreteras y concentrarse en el zócalo capitalino, así como el actual mandatario mexicano lo hacía hace 30 años en Tabasco, alguien que tenga la osadía suficiente para enfrentar la represión y hacer que López Obrador vuelva en sí, que salga de su estado alucinante, porque esta situación que se vive en México no es la que prometió, la realidad es totalmente diferente.

Sassón

En Tabasco, el senador peredista Juan Manuel Fócil solo protesta a través de las redes sociales; Cabrera Sandoval, líder del PRD, a veces hace declaraciones desde su oficina; Dagoberto Lara Sedas, dirigente del PRI, ese no solo es aliado del gobierno represor, sino que prácticamente ya aniquiló a su partido. Los pocos que quedan en las filas del tricolor pronto renunciarán.

Hace falta alguien con gallardia, hace falta alguien que no le tenga miedo al gobierno de Morena, aunque lo veo vinotinto...

Los adoradores del gobierno de hoy, dicen exactamente lo mismo que decían cuando adoraban a los conservadores y neoliberales: que los inconformes son un grupito, que atentan contra la economía y las inversiones del estado de Tabasco y que sus demandas no tienen razón... y lo que es peor, creo que son los mismos textoservidores de siempre.