/ jueves 25 de junio de 2020

De Primera Mano |  Tabasco: ¿Para vivir hay que morir?

Si el zar contra el coronavirus en México, Hugo López-Gatell, ya extendió la emergencia sanitaria hasta por tres años, y si Tabasco se encamina a ser en los próximos días el epicentro nacional de la enfermedad, entonces el regreso a la “nueva normalidad” en el Edén es un salto al vacío por cuyas víctimas alguien debe responder.

La decisión de no esperar que baje el semáforo de rojo a naranja para reabrir el comercio, como sucedió en la Ciudad de México, pese a que en la capital ya van 11 días con una leve mejoría, constituye por lo menos una irresponsabilidad administrativa.

La disposición oficial de volver a las actividades comerciales cuando la entidad ni siquiera se acerca al punto máximo de la incidencia, debe obligar a la sociedad a organizarse para pedir cuentas sobre las próximas muertes.

El Gobierno de Tabasco se ha puesto en la misma sintonía de la federación de minimizar la enfermedad, acaso confiado en que la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador va a poner a buen resguardo a quien el pueblo señale como causante de su luto.

Hasta el lunes pasado, en lo que va de la nueva fase, que arrancó el 1 de junio, en el estado se había acumulado un 52.5 por ciento del total de casos registrados después de que el 30 de mayo pasado se terminó la Jornada Nacional de Sana Distancia.

De los ocho mil 890 contagios anotados hasta el martes, cuatro mil 573 se presentaron en los 22 días de junio, lo cual representa más de la mitad de la incidencia.

Hasta ayer Tabasco seguía estando en tercer lugar nacional en casos confirmados, solo superado por la Ciudad de México y el Estado de México, que por su densidad poblacional puntean en el ranking del país.

En defunciones acumuladas la entidad ocupa el séptimo lugar en el país con arriba de 900 muertes.

La estrategia de optar por abrir la economía antes que salvar la vida de los tabasqueños muestra que el régimen carece de iniciativa propia y se deja llevar por la fuerza de la narrativa presidencial de creer que la curva epidemiológica ya está domada.

Enseña, además, que el gabinete choco carece de peso en las decisiones gubernamentales sobre la pandemia.

Los viejos lobos de mar del gobierno estatal se están viendo como mansas palomas en temas sanitarios.

Ellos también deberán ser llamados a cuentas cuando la sociedad pida justicia por las bajas mortales de la irresponsabilidad de abrirle las fronteras al mortal virus.

El proselitismo de López Obrador quizá le alcance al régimen para salvar el proceso electoral de mediados de sexenio, pero conforme se avecine el 2024 registrará un desgaste mayor con el que cerraron las dos últimas administraciones de Tabasco.

Será la “oportunidad de oro” para la oposición.


PARA SU INFORMACIÓN…


EL ALCALDE DE Cárdenas, Armando Beltrán Tenorio, anunció en sus redes sociales que dio positivo a coronavirus. El contagio del edil se da en el contexto de la lucha contra la pandemia que se libra en el segundo municipio en importancia del estado. El ayuntamiento cardenense ha logrado que las tres veces heroica localidad no esté en el lugar dos de casos en el estado, ya que después de Centro se ubica Nacajuca. Cárdenas se mantiene peleando el tercer lugar con Macuspana, que debería estar en mejor posición por tener menos habitantes que la tierra que comanda BeltránDE PRIMERA MANO se publica martes y jueves como una aportación del reportero para no enrarecer más el ambiente.

Si el zar contra el coronavirus en México, Hugo López-Gatell, ya extendió la emergencia sanitaria hasta por tres años, y si Tabasco se encamina a ser en los próximos días el epicentro nacional de la enfermedad, entonces el regreso a la “nueva normalidad” en el Edén es un salto al vacío por cuyas víctimas alguien debe responder.

La decisión de no esperar que baje el semáforo de rojo a naranja para reabrir el comercio, como sucedió en la Ciudad de México, pese a que en la capital ya van 11 días con una leve mejoría, constituye por lo menos una irresponsabilidad administrativa.

La disposición oficial de volver a las actividades comerciales cuando la entidad ni siquiera se acerca al punto máximo de la incidencia, debe obligar a la sociedad a organizarse para pedir cuentas sobre las próximas muertes.

El Gobierno de Tabasco se ha puesto en la misma sintonía de la federación de minimizar la enfermedad, acaso confiado en que la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador va a poner a buen resguardo a quien el pueblo señale como causante de su luto.

Hasta el lunes pasado, en lo que va de la nueva fase, que arrancó el 1 de junio, en el estado se había acumulado un 52.5 por ciento del total de casos registrados después de que el 30 de mayo pasado se terminó la Jornada Nacional de Sana Distancia.

De los ocho mil 890 contagios anotados hasta el martes, cuatro mil 573 se presentaron en los 22 días de junio, lo cual representa más de la mitad de la incidencia.

Hasta ayer Tabasco seguía estando en tercer lugar nacional en casos confirmados, solo superado por la Ciudad de México y el Estado de México, que por su densidad poblacional puntean en el ranking del país.

En defunciones acumuladas la entidad ocupa el séptimo lugar en el país con arriba de 900 muertes.

La estrategia de optar por abrir la economía antes que salvar la vida de los tabasqueños muestra que el régimen carece de iniciativa propia y se deja llevar por la fuerza de la narrativa presidencial de creer que la curva epidemiológica ya está domada.

Enseña, además, que el gabinete choco carece de peso en las decisiones gubernamentales sobre la pandemia.

Los viejos lobos de mar del gobierno estatal se están viendo como mansas palomas en temas sanitarios.

Ellos también deberán ser llamados a cuentas cuando la sociedad pida justicia por las bajas mortales de la irresponsabilidad de abrirle las fronteras al mortal virus.

El proselitismo de López Obrador quizá le alcance al régimen para salvar el proceso electoral de mediados de sexenio, pero conforme se avecine el 2024 registrará un desgaste mayor con el que cerraron las dos últimas administraciones de Tabasco.

Será la “oportunidad de oro” para la oposición.


PARA SU INFORMACIÓN…


EL ALCALDE DE Cárdenas, Armando Beltrán Tenorio, anunció en sus redes sociales que dio positivo a coronavirus. El contagio del edil se da en el contexto de la lucha contra la pandemia que se libra en el segundo municipio en importancia del estado. El ayuntamiento cardenense ha logrado que las tres veces heroica localidad no esté en el lugar dos de casos en el estado, ya que después de Centro se ubica Nacajuca. Cárdenas se mantiene peleando el tercer lugar con Macuspana, que debería estar en mejor posición por tener menos habitantes que la tierra que comanda BeltránDE PRIMERA MANO se publica martes y jueves como una aportación del reportero para no enrarecer más el ambiente.